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Tif y Tondu: Amenazas Sin Fin, de Will y Desberg. Reseña

Tif y Tondu: Amenazas Sin Fin, de Will y Desberg

Dolmen Editorial acaba de publicar dentro de su sello Fuera Borda el noveno volumen de la colección Tif y Tondu. En este tomo se recogen las primeras historias del por entonces joven guionista Stephen Desberg, publicadas en la revista Spirou entre 1979 y 1983. Atrás quedan las etapas de los dos Maurice, Rosy y Tillieux (creador de Gil Pupila), ofrecidas también al lector español por Dolmen. A los lápices, Willy Maltaite (Will), en la colección desde mediados de 1949. Y es que Tif y Tondu es una colección con solera, ya que sus inicios se remontan a 1938. 

Tif y Tondu, los detectives de la revista Spirou

El tomo Tif y Tondu: Amenazas Sin Fin recoge cuatro historias largas más cuatro cortas que sirven de epílogo o complemento a aquellas. De este modo, las historietas Programación Peligrosa y El Fin de Tif y Tondu son continuación de Jaque, Set y Partido, ya que aparecen los villanos de esta historia larga. Lo mismo sucede con Piratas Informáticos, cómic en el que repite el villano de la historia corta Programación Peligrosa. A quien no se le ve por ningún lado es a Monsieur Choc, el archienemigo de Tif y Tondu en muchas de sus aventuras.

Estamos, por tanto, ante unas historias que, si bien se pueden leer aisladamente, son todavía más disfrutables leerlas en orden, ya que se aprecian consistencia y continuidad. Es decir: algunos de los hechos que suceden en las historias repercuten en las siguientes. En esta parte de la colección, considerada como la segunda etapa clásica de Tif y Tondu, el joven guionista Stephen Desberg, alumno de Tillieux, se hace con las riendas de la cabecera. A pesar de su relativa inexperiencia, Desberg intenta profundizar un poco más en el día a día de los detectives, humanizándolos, como cuando su asesor fiscal les desvela que están en la ruina. Maurice Tillieux enseñó bien a su discípulo antes de fallecer en 1978 en un accidente automovilístico.

Esta humanización de Tif y Tondu realizada por Desberg subraya, por ejemplo, el carácter de donjuán de Tif, que en algunos momentos llega a ser incluso bufonesco. Aunque viendo cómo dibujaba Will a las chicas que rodean siempre a estos dos, es normal que Tif siempre anduviera corriendo detrás de unas faldas. Como nota curiosa, la última viñeta de la historia larga Swastika hubo de retocarse porque el editor de la revista consideró que mostrar a unas amazonas alzando sus bebés ante la estatua de Tif era demasiado para una revista juvenil.

Tif y Tondu: Amenazas Sin Fin, de Will y Desberg

Las cuatro aventuras de Tif y Tondu

En la primera de las historias, Metamorfosis (1980), el calvo Tif y su socio, el peludo Tondu, se trasladan a África a investigar un extraño mal que comienza a aquejar a los animales de un zoo. Al lector poco familiarizado con la historieta franco-belga de este período le sorprenderá el tono sorprendentemente adulto de estas historias. Will y Desberg no tienen reparos en mostrarnos muertes de animales y personas, ya que esto era aceptado por los jóvenes lectores de la época. En cuanto a la historia, en ella se mezclan el tráfico de animales con las mutaciones generadas por la radiación, un comienzo prometedor para el nuevo guionista de la cabecera, Stephen Desberg.

En El Santuario Olvidado (1981), ambos aventureros se ven envueltos en una trama de piratas, tesoros y falsos tiburones ambientada en las tranquilas costas de Bretaña. A mitad de la historia, la acción se traslada a México, con Tif y Tondu envueltos en una trama que muy bien podría haber sido imaginada por el profeta de la astroarqueología Erich von Däniken. Otra obra que parece haber sido de inspiración de Desberg y Will es En Busca del Arca Perdida, estrenada ese mismo año. De hecho, hay un par de viñetas en las que un rayo de sol filtrado por un ventanuco señala a uno de los personajes un portal dimensional. Como ves, a las aventuras de Tif y Tondu no les falta imaginación.

En Jaque, Set y Partido (1982), Will y Desberg se anticipan al futuro y plantean una misteriosa trama que implica coches autónomos, un primitivo GPS, piratas informáticos y espionaje industrial. En esta historieta se presentan a varios personajes que volverán a aparecer en las aventuras siguientes. Destaca la extraordinaria recreación por parte del dibujante de una carrera de fórmula uno, con marcas publicitarias reales incluidas, algo casi impensable hoy día por problemas de derechos.

Tanto en El Santuario Olvidado como en Jaque, Set y Partido, el lector más avezado puede encontrar algunos fallos. En la primera historia vemos una silueta masculina dando instrucciones telefónicas a sus secuaces; más tarde se desvelará que no es precisamente un hombre quien dirige la banda. En Jaque, Set y Partido, Tif asegura haber ganado una carrera automovilística en Sudamérica, aludiendo a la historia A Todo Gas (incluida en el tomo Tif y Tondu. Firmado: Sr. Choc), cuando en realidad fue su socio quien tuvo el honor.

Swastika (1983), la última historia larga del tomo editado por Dolmen, es quizás la más atrevida e interesante. Parte de la premisa de que Hitler y un selecto grupo de jerarcas nazis sobrevive en algún lugar de Sudamérica y pretenden reavivar sus ansias de conquista. Estos tipos, ya octogenarios y muy cascados, emprenden la búsqueda de un elixir rejuvenecedor. Solo de esta forma podrán intentar de nuevo dominar el mundo. Selvas tropicales, tribus de amazonas y cazadores de nazis judíos son algunos de los elementos de esta loca aventura de Tif y Tondu. No solo hubo polémica con la viñeta de Tif  y su estatua, sino con un inocente chiste sobre el proverbial amor por el dinero del pueblo judío, el cual costó a Desberg una buena reprimenda de los editores de la revista Spirou.

Tif y Tondu: Amenazas Sin Fin, de Will y Desberg

Tif y Tondu, unos cómics casi inéditos en español

Sin contar un par de historias sueltas publicada en alguna revista de cómics como Spirou Ardilla, los lectores españoles apenas hemos podido disfrutar de Tif y Tondu. Ha sido Dolmen Editorial, en su sello Fuera Borda, la encargada de traducir al castellano tan interesante material, mayoritariamente las etapas de Rosy, Tillieux y, en el tomo noveno, Stephen Desberg. 

Tif y Tondu: Amenazas Sin Fin se complementa con una jugosa sección de extras. En estas páginas descubrimos los entresijos en torno a la sucesión de Tilliex en los guiones y la llegada de Desberg, así como curiosidades sobre la vida privada de sus personajes. También se abordan temas como la transformación que a principios de los 80 estaba sufriendo el cómic franco-belga, un panorama convulso pero muy fértil que nos dio obras irrepetibles.

En definitiva, Tif y Tondu: Amenazas Sin Fin es un volumen muy disfrutable no solo para lectores habituales de estos personajes, sino para cualquier amante del cómic clásico europeo. Terriblemente divertidas, las aventuras de Tif y Tondu alternan el humor con el drama, con incursiones en temáticas más propias del cómic adulto que de una publicación juvenil. Todo ello con guiños a lo fantástico, aunque sin pasarse. A ello hay que sumar el extraordinario dominio de los lápices de Will. Sus realistas y detallados escenarios, sus vehículos, cuyas marcas y modelos podemos reconocer al instante, el dinamismo de sus personajes y, cómo no, sus bellas mujeres, auténticos figurines de moda, hacen de la lectura de este cómic toda una experiencia que no te debes perder.

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