Desde que descubriera su obra allá por mi adolescencia, nunca he dejado de leer a Philip K. Dick. Las ediciones de Martínez Roca de sus cuentos completos (La Segunda Variedad, El Padre Cosa...) fueron mis libros de cabecera durante mucho tiempo. Como es natural, siempre sentí curiosidad por conocer cómo era en su día a día tan genial escritor, y lo que encontré me dejó sorprendido. Sus problemas mentales, su complicada personalidad, sus coqueteos con las drogas y su inestabilidad emocional eran el cóctel perfecto para el desastre. Contra todo pronóstico, el resultado fue uno de los escritores más influyentes del siglo XX, y no solo en el campo de la ciencia ficción.
Las mujeres de Philip K. Dick
Entre 1958 y 1964, Anne R. Dick compartió su vida con el autor de El Hombre en el Castillo. Fue su tercera esposa (de cinco) pero, a la vista de la biografía que de él escribió, En Busca de Philip K. Dick, parece que fue con la que tuvo más afinidad. Publicada por Ediciones Gigamesh en 2020, la obra condensa en 450 páginas la vida del atormentado genio, un hombre dominado por sus pasiones: las mujeres, sobre todo las morenas, la escritura y sus diversas obsesiones.
El libro está dividido en tres grandes bloques. En la primera parte, la autora relata en primera persona sus vivencias con el escritor, a quien llamará en toda la obra simplemente Phil. Visitar a una nueva pareja de vecinos fue el sencillo y amable gesto que llevó a Anne Rubenstein, solo un par de semanas después, a entablar un idilio con el genial escritor. Muy pronto, la a priori tranquila existencia que el matrimonio iba a llevar en Point Reyes Station, una localidad costera al norte de San Francisco, saltó por los aires cuando Anne y Dick se conocen.
Con un estilo ameno y, en ocasiones, divertido, Anne describe el día a día con el escritor, quien muy pronto hace buenas migas con las hijas que tuvo con su recién fallecido marido. En esta parte del libro, una tercera parte de este, la narración es casi una novela romántica con algunos tintes turbios, sobre todo al final de su convivencia. Cuando la autora nombra las obras de Dick, es para ponerlas en contexto y relacionarlas con el día a día del autor y su relación con ella. No estamos, por tanto, ante un análisis de Dick como escritor, sino cómo era en su vida privada y cómo influía en su obra. Es curioso saber, por ejemplo, que uno de los autores favoritos de Dick era H. P. Lovecraft, de quien tenía numerosos libros que a veces leía en voz alta a sus hijas.
También es notorio cómo Anne R. Dick revela que la obsesión de su marido era escribir literatura seria y apartarse de la ciencia ficción. Muy pronto quedó claro que el éxito como escritor de ciencia ficción señalaba el camino a seguir. No obstante, ahí quedan títulos inclasificables como Confesiones de un Artista de Mierda (1975), Ir Tirando (1985) o su voluminosa Exégesis (2011), libros actualmente difíciles de hallar. Puedes encontrarlos en la tienda online de Gigamesh; tienen un extenso surtido de libros descatalogados a precios muy interesantes.
Philip K. Dick, su vida después de Anne
A pesar de confesarle en más de una ocasión que era el gran amor de su vida, Philip K. Dick deja a su esposa Anne en 1964. Las circunstancias personales inciden directamente en su obra; su novela Los Clanes de la Luna Alfana, escrita en aquel período, tratan temas como el divorcio y la reconciliación.
La segunda parte de la biografía abarca desde 1964 a 1982, cuando fallece el escritor. En esta parte, Anne R. Dick se basa fuentes como cartas y entrevistas personales y telefónicas con las personas que se relacionaron con su exmarido. Obviamente, la narración se hace más impersonal, aunque queda patente que la artista sigue sintiendo algo por Phil y nunca descarta una reconciliación. Al mismo tiempo, la lectura se resiente respecto a la primera parte, sobre todo porque la propia naturaleza fragmentaria de las fuentes hace que el tono del libro sea más frío y distante. La enorme cantidad de personas mencionadas también hacen difícil seguir el hilo de los acontecimientos.
La autora tiene acceso a cartas que el autor de ¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas? escribió a amigos y amantes en las que desvela poco a poco su descenso a los infiernos. Su vida en Berkeley, lugar de nacimiento de la contracultura y el movimiento hippy, no hizo tampoco mucho bien a la inestable mente del escritor, quien pronto se aficionó tanto a las drogas legales como ilegales. Son años en los que la paranoia le domina, afirmando incluso que el FBI y la CIA habían colocado micrófonos en el arenero de sus gatos (!). Su casa se convierte en lugar de reunión de vagos, comunistas, activistas y hippies, y tiene que poner a buen recaudo sus manuscritos temiendo que alguien los robe o destruya, como el de Fluyan mis Lágrimas, Dijo el Policía.
El legado de Philip K. Dick
El 2 de marzo de 1982, Philip Kindred Dick fallece de las complicaciones derivadas de un derrame cerebral. Su mente se la había jugado por última vez. La tercera parte de la biografía de Anne R. Dick se centra en la juventud del escritor, concretamente desde su nacimiento en 1928 hasta el mismo día en que ambos se conocieron en la casa de Point Reyes.
En esta parte de las memorias, Anne recaba información de quienes rodearon a Phil en sus primeros años. Entre ellos, Edgar Dick, su padre, quien culpaba a su ex esposa Dorothy de parte de los problemas psicológicos de su hijo. Particularmente importante es el papel que juega en la vida del escritor su hermana melliza Jane Charlotte, fallecida a muy corta edad debido a la desnutrición. El fantasma de su hermana siempre acompañaría al escritor.
Anne apunta que ya en su adolescencia comienzan a emerger los problemas psicológicos de Philip K, Dick. Tímido y retraído, prefiere la soledad y sufre constantes cambios de humor. Gran aficionado a la música clásica y a las revistas de ciencia ficción, algo que le acompañaría toda su vida, Dick comienza a escribir desde muy joven. También despierta su obsesión por las chicas morenas...
Entre 1951 y 1958, Philip K. Dick escribe gran parte de su prosa breve, más de ochenta relatos y siete novelas. Es una época de ebullición creativa y puede que la más estable de su vida, si es que este apelativo puede aplicarse a su existencia.
¿Biografía de Philip K. Dick o memorias de Anne R. Dick?
En Busca de Philip K. Dick es un libro excepcional, sobre todo porque lo que se nos cuenta está narrado por personas que lo conocieron directamente. No estamos ante un estudio de su obra, de sus creencias religiosas o filosóficas, sino ante un análisis del hombre, de cómo se relacionaba con los demás. No obstante, la lectura de esta biografía deja bastante claro que nunca sabremos realmente por qué Philip K. Dick era así, por qué hacía lo que hacía. En cualquier caso, su compleja personalidad y su innegable talento e imaginación dieron lugar a una de las obras literarias más impresionantes e interesantes del siglo XX, algo por lo que siempre le estaremos agradecido.
Curiosamente, poco antes de fallecer en 2017, Anne R. Dick planeaba publicar su primera obra de ficción, una novela sobre una realidad alternativa en la que los japoneses detonan un arma atómica sobre Los Ángeles para ganar la II Guerra Mundial. La protagonista, en mitad del armagedón, conoce a un escritor llamado Philip K. Dick, a quien intenta convencer de que procede de la realidad descrita en su novela El Hombre en el Castillo, pero no la cree.
Anne R. Dick (1927-2017) no era escritora cuando comenzó a trabajar en esta biografía, y ello es palpable en ocasiones porque tiende a ofrecer más detalles de los necesarios. En otros momentos, la inclusión de anécdotas y comentarios triviales pero divertidos hacen más amena la lectura. Anne era escultora y orfebre, pero su extensa y concienzuda labor de documentación otorgan al libro un valor excepcional como documento sobre un autor fundamental. Pero ¿estamos ante una biografía del escritor o ante unas memorias de su esposa, quien no volvió a casarse? La distinción es difusa. Me inclino a pensar que se trata de unas memorias completadas con los hechos que sucedieron y antecedieron a su vida juntos. Sea como sea, En Busca de Philip K. Dick es un documento excepcional que todo aficionado a la ciencia ficción clásica y de calidad debería leer.
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