Con Legends of The Dark Knight, DC quiso hacer historias autoconclusivas de unos cinco números que permitieran a lectores casuales disfrutar de Batman sin los límites de la continuidad. Además, atraía artistas que podían contar lo que desearan. La revolución que supuso en su momento, tanto en la temática como en la estética, fue brutal. Presa y Terror fueron dos de estas obras. ECC Ediciones ha editado ambas obras, guionizadas por Doug Moench y dibujadas por Paul Gulacy, en un solo volumen de su colección Grandes Novelas Gráficas de Batman. Analizamos ambas obras por separado.
Batman: Presa
El guionista, Doug Moench, forma un gran equipo con Paul Gulacy. Si bien las técnicas de dibujo han mejorado mucho y la tecnología también, en su momento, el año 1990, la impresión en el lector era brutal. Lejos de los coloridos fondos de Norm Breyfogle, a cargo de la estupenda serie regular de Batman de la época, aquí se buscaba realismo. Y vaya si lo consiguieron.
La época elegida era muy próxima a la de Batman: Año Uno, de Frank Miller y David Mazzucchelli. Batman apenas había sido visto, pero ya formaba parte de la opinión pública. Aquí no hay más compañero que la obsesión personal de Bruce Wayne por hacer lo que hace, sin tener aún definidos muchos de los gadgets que necesita para ello. Moench nos muestra un Bruce seco, solitario, amargado y obsesivo. El reconocido psiquiatra Hugo Strange es la némesis de Batman, a quien define como un trastornado. La suerte que tiene es que Strange está peor que sus pacientes. Eso sí, puede parecernos trastornado, pero también es muy inteligente, lo que le aleja de la ridiculez en la que caen otros villanos del murciélago.
Para Moench, Bruce Wayne no existe, siendo Batman la verdadera personalidad del personaje, cuando de verdad se siente él mismo. Aunque nos muestre a Bruce ejerciendo de playboy, es de sus versiones primerizas, las más extremas de aparente bon vivant. La posibilidad de que Batman sea un demente planea durante todo el cómic para el lector. Nos vemos ante una versión heroica por lo esforzado e inventivo que tiene que ser Batman en sus comienzos, pero es dura porque Strange da más en el clavo de lo que nos gustaría. Es el peligro del realismo en los cómics.
El aún capitán Gordon, apoyo de Batman tras el rescate de su hijo, se encuentra en medio del politiqueo que aprovecha el alcalde para sacar votos. Además, se esboza el comienzo de una pieza clave de la unión de Gordon con Batman. El tono adulto del cómic se muestra en la complejidad con la que muestran la corrupción y el crimen de Gotham, con personajes y tramas secundarias que prescinden de simplificaciones. Además, el dibujo acompaña a este enfoque, no escatimando mafiosos sin ropa y mujeres casi desnudas de un modo inimaginable en un cómic de Batman anterior a este, y casi que posterior. No se me ocurre mejor heredera para Batman: Año Uno, y decir eso es decir muchísimo de un cómic. Es decir que es imprescindible.
Batman: Terror
Tras el éxito que supuso la obra anterior, el equipo repitió para Terror, que continuaba con los acontecimientos vividos en Presa. Se une El Espantapájaros en esta aventura. Estamos ante un salto temporal relevante, ya que esta obra es de 2003. Y vaya si se nota. La complejidad es mucho menor, así como su ambición. Está centrada en menos escenarios, aunque siguen siendo los inicios de Batman. De hecho, él y Catwoman se están conociendo. La combinación de Hugo Strange y El Espantapájaros es más explosiva de lo que cabría esperarse.
Aunque estemos ante una obra más compleja que la media, mi impresión es que es inferior a la primera. No encontramos secundarios relevantes, ni se transmite la decadencia de Gotham a todos los niveles. Vemos que Batman ya está más resuelto y dispone de más tecnología, aunque su obsesión no le permite disfrutar en ningún sentido. Se intuye que él y Catwoman serán más aliados que enemigos, algo que al menos hace a Batman plantearse la rigidez de su moral.
El dibujo me gusta menos que el de Presa, ya que se nota el cambio en el estilo y el colorido por ser una década más tarde. Si hubieran sido fieles al espíritu de la primera, habría ganado en mi opinión. Algunas caras son algo grotescas, no bien proporcionadas, bastante diferentes a las de Presa. Desconozco por qué Paul Gulacy cambió tanto de estilo en una década, pero no fue a mejor.
El tomo Batman: Presa y Terror es una gran recopilación de una obra que no ha dejado de recordarse desde que se editó, y que invita a redescubrirla cada pocos años. Yo suelo hacerlo.
Batman: Presa y Terror (Grandes Novelas Gráficas de Batman) ECC Ediciones. EDICIÓN ORIGINAL: Legends of the Dark Knight núms. 11-15, Batman: Legends of the Dark Knight núms. 137-141 USA. GUION. Doug Moench. DIBUJO: Paul Gulacy. FORMATO: 256 páginas. A color. Cartoné. PRECIO: 32,50 €
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