El juego que dan Batman y Robin como padre e hijo biológico no siempre se ha visto en las series regulares. Ya son tantos los personajes que se asoman a la Batfamilia que es complicado darles a todos su lugar. Para llenar este vacío, se creó la cabecera Batman y Robin, que ECC Ediciones está recopilando en tomos en rústica de seis números. Damos por sentado que en estos tiempos el papel de Robin es encarnado por Damian Wayne. Aunque no es una colección regular, desde que apareció considero que es una de las apuestas más seguras que podemos encontrar en el actual mercado superheroico.
ANTECEDENTES DE EL AMANECER DE DC: BATMAN Y ROBIN
Como ya hemos comentado, esta serie comenzó de la mano de Peter Tomasi y Patrick Gleason allá por los lejanos Nuevos 52. Confieso que es de las colecciones que más he releído. Damian ha vivido numerosas aventuras por su cuenta, difícil ya de contabilizar. Tras su reciente recorrido junto a su padre en Batman contra Robin, de la mano de Mark Waid y editado en grapa en España, llega la continuación, este tomo. Es ahora Joshua Williamson, un autor que suele ser una especie de comodín para Batman, el que lleva el guion. Si bien no siempre me convencen sus propuestas, parece que en esta ocasión está muy cómodo y sabe lo que nos quiere contar.
Tras los duros momentos vividos en la fase inmediatamente anterior, Damian decide abandonar su vida errante y convivir con su padre, como si fuera un adolescente normal de catorce años. En estos momentos, la fortuna de Bruce no está en sus manos, así que la Mansión Wayne es sustituida por un adosado en un barrio pijo.
LAS TRAMAS CENTRALES DE BATMAN Y ROBIN DE WILLIAMSON
Parece que Joshua Williamson es otro admirador como yo de lo que Tomasi hizo con padre e hijo. Sabe que la relación entre ellos debe ser creíble, interesante y ocupar buena parte de la trama. Además, aquí no tenemos la presencia de Alfred y su gran influencia mediadora entre los dos. Eso sí, tenemos su recuerdo.
Williamson hace un gran trabajo en ese sentido. Bruce toma decisiones de padre normal con Damian y lo vemos en el instituto. Obviamente, un chico como él no pasa desapercibido y toda esa parte da mucho juego. Bruce trata de acercarse al chico, pero parece que como mejor lo hace es trabajando como Batman y Robin.
Conocemos a algunos villanos nuevos, y el pasado de Damian puede tener algo que ver con ellos. La acción es buena y los recuerdos del chico con su madre y su particular entrenamiento no decepcionan. Hay mucho equilibrio entre los momentos más cercanos entre ellos y la dinámica que se espera del dúo en la batalla.
En cuanto al dibujo, es inevitable reconocer la gran inspiración del estilo manga que ofrece Simone Di Meo. Muy bonito, en mi opinión, y le va bastante a este dúo. Menos me entusiasma la parte a cargo de Nikola Čižmešija, poco estilizado y algo irregular. Una pena porque su parte es la más distendida del tomo.
En definitiva, se sigue demostrando que la cabecera Batman y Robin genera entusiasmo entre quienes deben llevarla a cabo y que ese disfrute se traslada al lector con historias divertidas, frescas y emocionantes.
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