Durante la década de los 30 del pasado siglo, en Estados Unidos florecieron una serie de publicaciones baratas llamadas «Weird Menace», también denominadas como «Shudder Pulps». Este tipo de revistas de efímera existencia son objeto de estudio del libro de Diábolo Ediciones Terror Tales y los Pulps Bizarros. Historia de las Revistas de Horror Gótico, de Javier Jiménez Barco. Este autor, editor de revistas como Barsoom y fundador de sellos editoriales especializadas en el pulp clásico inédito en castellano como Costas de Carcosa, ahonda en profundidad en unas revistas fruto de su época que hoy sería imposible publicar debido a sus contenidos, digámoslo suavemente, políticamente incorrectos.
Sadismo, emoción, misterio y unas gotas de erotismo: los «shudder pulps»
Como bien deja claro el autor en la introducción de su ensayo, la literatura popular «Weird Menace» es solo un capítulo en la larga carrera de las publicaciones pulp norteamericanas. Apenas resistieron una década, barridas al final por la ola de conservadurismo y estrechez de miras que llegó con la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial. En una época en la que las masas populares tenían como único entretenimiento el cine, la radio y la lectura, las revistas de papel de pulpa eran dueñas y señoras de los quioscos. Decenas de editoriales competían porque las portadas de sus colecciones destacaran sobre la competencia con ilustraciones cada vez más tremendas y picantes.
En este contexto llegan revistas como Dime Mistery Magazine, la cual, por apenas 10 centavos, ofrecía al ávido lector jugosas historias plagadas de chicas en peligro y héroes enfrentados a malvados cada vez más extravagantes. Los portadistas, verdaderos maestros de la ilustración, recibían el encargo de plasmar en sus obras damiselas en peligro ligeras de ropa, mientras el héroe lucha con malhechores deformes, cultistas de hábito carmesí y maleantes de los bajos fondos.
El elemento fantástico apenas estaba presente, ya que los editores insistían a sus escritores que siempre ofrecieran al final una explicación racional a los sucesos acaecidos en los relatos. No obstante, a veces lo fantástico surgía en alguna que otra historia. Ello no era óbice para que el sadismo, la violencia y las escenas truculentas fueran moneda común en casi todas las historias de estos «Shudder Pulps».
Terror Tales, la reina de las revistas de horror bizarras
Terror Tales, lanzada por la editorial Popular Publications a finales de 1934, elevó el nivel tanto del argumento de sus historias como de sus portadas. Artistas como Rudolph Zirm o John Newton Howitt elegían para sus portadas las poses más dramáticas, los villanos más horribles y las torturas más retorcidas. Era normal ver en las cubiertas de estos pulps ruedas de tortura, tenazas, hierros al rojo o sillas eléctricas, por no hablar de grandes cuchillas, amenazantes jeringas hipodérmicas o afiladas cimitarras a punto de cortar el blanco cuello de alguna damisela. Las ilustraciones interiores no le iban a la zaga y, aunque eran en blanco y negro, estaban realizadas con igual maestría que las portadas.
Tras el éxito de Terror Tales fueron surgiendo clones, como Horror Stories, Thrilling Mysteries, Sinister Stories o Startling Mistery. En apenas una década, se agotaron todas las combinaciones de títulos que las editoras podían asignar a cada nueva publicación. De hecho, algunas palabras eran tan codiciadas que hubo demandas por usar términos de uso común como «thrilling».
Auge y caída de los pulps «Weird Menace»
Todo en esta vida tiene un final, y las revistas de relatos de horror «picante» que llenaron los quioscos norteamericanos durante casi una década no iban a ser una excepción. La gallina de los huevos de oro que las editoriales habían explotado hasta la extenuación comienzan a ser el punto de mira de periódicos amarillistas, políticos en busca de notoriedad y asociaciones ultraconservadoras. Bien es cierto que muchas de estas publicaciones mostraban en sus portadas tormentos cada vez más refinados infligidos a señoritas cada vez con menos ropa. No obstante, el contenido de las historias distaba en muchos casos del erotismo que se mostraba en las portadas.
Como ocurriría años después con los cómics de horror, los pulps bizarros de la década de los 30 comenzaron a tener problemas para ser distribuidos. Incluso, se llegó a amenazar a quienes osaran exponerlos en sus comercios y quioscos. De hecho, se cuenta que el entonces alcalde de Nueva York, Fiorello Henry La Guardia, amenazó con expulsar de la ciudad a las editoriales que publicaran revistas de relatos de sexo y sadismo.
Tras esta campaña de acoso y derribo, tanto editores como autores debieron reciclarse. Muchas revistas simplemente desaparecieron; otras moderaron sus contenidos para sobrevivir a la ola de conservadurismo que acompañó a los años previos a la II Guerra Mundial. Jiménez Barco, en uno de los últimos capítulos de su obra, revisa algunas de esta publicaciones, ya muy descafeinadas por la autocensura de las propias editoriales.
El autor también dedica sendos capítulos a los escritores y artistas más importantes de esta era de los pulps. Hugh B. Cave, Arthur Leo Zagat o Norwell W. Page son algunos de los autores en los que el autor se detiene. Por otro lado, están los portadistas y dibujantes de ilustraciones interiores. Walter Baumhofer, Tom Lovell, Rudolph Zirm o John Newton Howitt son algunos de los artistas que pusieron su arte a disposición de aquellas revistas pulps picantes. Algunos, años después, algunos renegaron de aquellas morbosas ilustraciones. Se dice, incluso, que algún que otro artista, avergonzado, quemó todos sus originales.
Terror Tales y los Pulps Bizarros, crónica de una época que nunca volverá
Jiménez Barco cierra este estupendo libro con un apéndice dedicado a Narraciones Terroríficas, el único pulp de este tipo en lengua castellana. Publicada en México por Editorial Molino —con la dictadura franquista en España habría sido impensable—, esta colección se nutría con historias de las revistas «Weird Menace» norteamericanas, si bien de las portadas se encargaban artistas locales.
Además de la completa información que ofrece a los aficionados al género pulp, Terror Tales y los Pulps Bizarros. Historia de las Revistas de Horror Gótico tiene como punto fuerte las numerosas ilustraciones a todo color que acompañan al texto. Prácticamente, en cada página se reproducen una o varias portadas de aquellas revistas, maravillosas a la vez que terribles. Esas escenas y los textos que acompañaban serían hoy inmediatamente cancelados por las hordas de autoproclamados guardianes de lo políticamente correcto que actualmente restringen, suprimen o prohíben todo lo que a ellos no les conviene.
En definitiva, estamos ante un libro curioso, de una temática inédita en lengua castellana, escrito por un especialista en el género como es Javier Jiménez Barco, autor de libros como Chicago-Marte por 15 Centavos. Una Historia de las Revistas Pulp. No vamos a engañarnos: Terror Tales y los Pulps Bizarros. Historia de las Revistas de Horror Gótico no es libro apto para cualquiera. Su especialización, más que para el lector medio, lo hace más conveniente para los seguidores de la literatura pulp en general, sea cual sea su temática. De todos modos, la obra también es un fresco de una sociedad y de una época, la norteamericana de los años 30, en la que se estaban poniendo las bases para la industria del entretenimiento que ahora conocemos. A muchos novelistas y guionistas actuales ya les gustaría escribir con la habilidad y premura con que lo hacían aquellos autores pulp, algunos con varios centenares de relatos en su haber. Y, además, logrando, semana a semana, enganchar al lector con historias apasionantes, asombrosas y, por qué no, con un ligero toque picante.
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