El estreno remasterizado de Doctor en Alaska en Filmin ha llenado de artículos nostálgicos las webs más variadas. Reconocen desde la plataforma de streaming que se han sorprendido del éxito que ha tenido por parte de los suscriptores. Lleva tiempo siendo lo más visto de la plataforma, y está puntuada con un rotundo 10 por los espectadores. Hemos decidido destacar algunos datos curiosos de esta serie que nos apasionó en los 90, y lo sigue haciendo treinta años después.
LOS CREADORES DE DOCTOR EN ALASKA: JOSHUA BRAND Y JOHN FALSEY
Ninguno de los dos creadores de Northern Exposure, Joshua Brand y John Falsey, tuvieron una vocación desde pequeños por la televisión. El primero de ellos, Joshua Brand (The Americans), no tenía en su familia referencia alguna sobre tener en cuenta a la caja tonta como medio de vida. Ni siquiera le dedicaba demasiado tiempo. Sin embargo, su talento como escritor salió a relucir tras una serie de casualidades y terminó coincidiendo con Falsey. Este, fallecido en 2019, fue objeto de homenaje por parte de Brand en un libro dedicado a la serie que les hizo famosos. Aunque ambos han destacado enormemente con otras producciones, como la pionera Hospital (St. Elsewere), Doctor en Alaska, un proyecto de encargo de la CBS para rellenar en verano que terminó siendo un éxito sorpresa (sleeper), fue su proyecto más personal.
CICELY, LA CIUDAD DE DOCTOR EN ALASKA QUE NUNCA EXISTIÓ
Cualquier seguidor de la serie sabe que la ciudad donde ejerce el doctor Fleischman es Cicely. Menos sabrán que, a diferencia de lo que nos gustaría, es completamente ficticia. Lo que no es ficticio es Alaska. Lamentablemente, la serie tampoco se rodó allí. Disgustos y más disgustos. Los presupuestos mandaban entonces y ahora. La serie se rodó en Roslyn, una ciudad minera fundada en el siglo XIX, que languidecía poco a poco.
Llamada Los Alpes Norteamericanos por National Geographic, y situada cerca de Seattle, el turismo de naturaleza evitó la desaparición de Roslyn. La cercanía a la civilización, sus paisajes, que colaban para el espectador medio antes de internet, y sus casas abandonadas resultaron ideales. Por cierto, cerca de cuatrocientos curiosos y fans rodeaban el rodaje a diario a partir del primer año. Por si alguien pensaba que el fandom lo trajo internet. Aunque molestaban mucho en el rodaje, lo que es bastante peor que hacerlo en Twitter, al menos tenían que esforzarse más que los de ahora.
LA INSPIRACIÓN PARA DOCTOR EN ALASKA
Ya hemos comentado cómo la serie terminó siendo un proyecto muy personal para sus creadores. Estos ya defendían que la diferencia entre la calidad de los guiones para una serie televisiva y una película era ninguna. La serie iba a llamarse Doctor Snow, aprovechando la tradición de series de médicos norteamericana. Sin embargo, la experiencia que tuvieron con Hospital (St. Elsewere, 1982-88), una serie con más prestigio que audiencia, les hizo querer contar algo diferente.
La idea de mostrar a alguien fuera de su ambiente, y verlo adaptarse, no es nueva. Para ello, dos películas fueron claves. Una fue Un Tipo Genial (Local Hero, 1983). En ella, un petrolero manda a un ejecutivo a comprar un pueblo en Escocia y quedarse su petróleo. Obviamente, se queda maravillado por sus gentes y costumbres. De ahí copió, por ejemplo, la pareja formada por Holling y Shelly, el dueño del bar y su pareja mucho más joven que vemos en Cicely. Los Lobos no Lloran (Never Cry Wolf, 1983) es otra producción que inspiró claramente la serie. No sólo por ver a un investigador mandado a Alaska, completamente fuera de su hábitat. También por su realista y respetuosa visión de los nativos americanos. Así nació Doctor en Alaska, curiosamente, lejos de grandes problemas de producción que han aquejado a otras tantas series, y con un éxito que le llegó pronto.
RAZONES DE SU ÉXITO 30 AÑOS DESPUÉS
En España, Doctor en Alaska se emitía los viernes noche, en la segunda cadena, y con las televisiones privadas despegando. Además, bastante tarde, creo recordar. La viví como un refugio familiar, ya que en mi casa era venerada. También ayudó que Maggie (Janine Turner) era el amor platónico de mis tres hermanos, poseedores de los DVD. Eso sí, fuera de casa, no pude hablar de ella con nadie en sus tiempos. Me alegro de los artículos que han proliferado con el reestreno de la serie, pues veo que no era el único que la disfruté. Como los propios autores, quienes se refieren a Cicely como un lugar feliz.
Los vecinos de Cicely se conocen todos, y confían de tal manera los unos en los otros que tienen la misma llave, para sorpresa del doctor Fleischman. La serie es muy coral, y se puede permitir capítulos en los que falte el propio doctor. Concretamente ocho de ellos. Aunque esto se debió realmente a las exigencias de Rob Morrow de cobrar mucho más por cada episodio, todo hay que decirlo. Todos los personajes están muy bien definidos, no siendo un problema que centren el episodio en unos u otras. La pareja formada por Maggie y Joel tiene mucha química. También atractivo, algo que incomprensiblemente está completamente ausente de las series actuales.
En Doctor en Alaska están representados todo tipo de edades, y la mezcla de comedia y drama, como la vida misma, tampoco le sienta mal. No se siente antigua, a pesar de no aparecer ni un teléfono móvil. Juega además con el realismo mágico, lo que le sentaba estupendamente. Nadie da lecciones, y si tienen un problema entre ellos, lo solucionan como pueden. Quieren ir por la vida lo mejor que pueden, disfrutando lo que tienen y sin hacer daño. Como la mayoría de nosotros.
DÓNDE ESTÁN AHORA LOS PROTAGONISTAS DE DOCTOR EN ALASKA
Algunos achacan el que ninguno de sus protagonistas se haya convertido en una gran estrella de Hollywood a cosas tan peregrinas como una maldición. O a que su audiencia no toleraba verlos en otros papeles. Como si la audiencia fuera de cientos de millones. Desde aquí, apostamos a que fue porque es muy extraordinario convertirse en estrella de cine. Suerte tuvieron con lanzar a Denzel Washington en Hospital. Rob Morrow, por ejemplo, ha participado en alguna película notable, como Quiz Show: El Dilema (1994). También ha protagonizado varias temporadas de Numbers. Para mí, eso es que le ha ido bien. Tampoco le ha ido mal a John Corbett, el ligón presentador de la radio de Cicely, quien ha sido uno de los dos amores de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York. Y se anuncia que volverá para la segunda temporada de And Just Like That. Sin olvidarnos del taquillazo que fue Mi Gran Boda Griega (2002).
Janine Turner intentó saltar a los blockbusters de la mano de Stallone con Máximo Riesgo (Cliffhanger, 1993). No le fue bien. Lo más relevante que hizo a posteriori fue Doctoras de Filadelfia (2000-2006). La actriz parece haberse centrado en su vida personal, en su rancho en Texas, y en otro tipo de proyectos, como la política. Cynthia Geary, Shelly Tambo, la jovencita del bar, no ha parado de trabajar, pero en películas de televisión y alguna serie puntual. Igual que Elaine Miles, quien encarnaba a la silenciosa enfermera nativa que tanto nos gustaba. Podemos verla en un capítulo de The Last Of Us. Como curiosidad, durante algunos episodios aparece Anthony Edwards, que luego triunfaría en Urgencias.
Doctor en Alaska es una serie inolvidable con los elementos necesarios para no pasar de moda. De lo más recomendable que puedes ver ahora mismo en las cada vez más numerosas plataformas de streaming.
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