Gran adaptación del videojuego. Candidata a la mejor serie del año. Alabada por la crítica. Obra maestra... Estos son algunos de los grandilocuentes titulares que la crítica más o menos especializada le ha dedicado a The Last of Us, la serie de HBO Max que adapta el videojuego de supervivencia y horror del mismo título. La plataforma ha dado el pistoletazo de salida con un episodio de 80 minutos en el que se nos plantea escuetamente un mundo postapocalíptico asolado por una enfermedad causada no por bacterias ni virus, sino por un mortífero hongo que convierte a los humanos en sus receptáculos. Las similitudes con otras series como The Walking Dead son palpables. Entonces, ¿qué aporta de especial The Last of Us? ¿Está justificado el hype que parece infectar por igual a crítica y redes sociales?
¿ES THE LAST OF US LA MEJOR SERIE DE 2023?
El estreno de la adaptación del famoso videojuego ha sido sin duda un acontecimiento audiovisual. Los servidores de HBO Max se han caído con su estreno. Aunque eso dice más del poco aguante de HBO Max que de la serie. Twitter se llenó de críticas positivas que me invitaron a ver el primer episodio sin haber jugado un segundo al videojuego. Y me temo que las caras de asombro ante el episodio de muchos youtubers no están justificadas. Afirmar en enero que una serie es la mejor de todo el año es cuando menos temerario. Pero en este caso es un completo error.
Nada hay en este primer capítulo de The Last of Us que no haya sido ya contado muchas veces y mucho mejor. Y no en un solo aspecto, sino en muchos. Narrativa, interpretaciones, causas, efectos... En su exageradamente largo primer capítulo, de más de hora y veinte minutos, vamos de más a menos. Un buen comienzo, con un programa televisivo de aquellos con invitados que sabían de una cuestión y no de todas, deriva en una presentación de personajes casual. Y de aquí para abajo, como si la serie cayera en un pozo sin fondo. Y me temo que los próximos episodios seguiremos cayendo, y cayendo.
¿IMPORTA AL ESPECTADOR QUE SEA UNA ADAPTACIÓN DE UN VIDEOJUEGO?
Vaya por delante que nunca he jugado al videojuego. Sin embargo, un amigo cercano que lo conoce bien me ha informado de lo que él supone que son las razones de la existencia de esta serie. La forma que tenían de generar ingresos tras el fiasco de la segunda parte del juego The Last of Us era vender los derechos para una serie televisiva. Parece ser que se han insertado literalmente planos del videojuego a modo homenaje. Escenarios, momentos puntuales... Otra cosa es que de cara al espectador medio tenga sentido.
Los guiños a los jugadores debieran haberse centrado en las personalidades de los protagonistas. No entro en los cambios políticamente correctos de los aspectos originales, que me dan igual porque no los conocía y me he informado a posteriori.
THE LAST OF US VS THE WALKING DEAD
Es inevitable comparar una serie de zombies con el fenómeno más reciente de los últimos años. Sorprendentemente, aunque The Last Of Us debería tener ventaja a la hora de mejorar en lo que falló The Walking Dead, resulta ser inferior en absolutamente todos los aspectos. Los personajes en The Walking Dead estaban bien definidos y eran diferentes unos de otros. El abuelo, la niña, la mujer maltratada... En cambio, en The Last Of Us todos tienen la misma cara de vinagre. Ya sabemos, dependiendo del género o raza, quienes serán los buenos o malos. Sigamos para wokebingo. Nadie destaca sobre el resto. Ni siquiera el popular Joel Miller (Pedro Pascal) destaca más allá de ser un protagonista genérico sin demasiadas características. No hay quien empatice con el paquete que debe proteger, Ellie (Bella Ramsey). Por mí lo puede perder por el camino.
En cuanto al tono, las risas y la simpatía están prohibidas en las series actuales. Y qué decir de las bondadosas líderes del grupo terrorista Las Luciérnagas, tan empoderadas que quieren devolver la democracia. Imaginamos que podrán votar los infectados, como buena mayoría. ¿Qué disparate es este? Lo más sangrante es presentar a Anna Torv (Fringe, Mindhunter) como poco menos que una bruja. ¿Desaparecen los champús? La gente mantenía el pelo limpio hace milenios. Seguro que si sufrimos un colapso seguimos teniendo muchas formas de aseo, y más tras veinte años para adaptarnos. Como bien dicen al principio, los humanos siempre ganamos, aunque aquí no lo parezca.
Los escenarios naturales de The Walking Dead son sustituidos aquí por una ambientación especialmente desagradable que no tiene explicación ¿También ha infectado el hongo el buen gusto? Los múltiples zombies perfectamente visibles y caracterizados en TWD aquí se reducen a dos. Y uno parece transformarse en Usain Bolt más que en un zombie. Dudo que en el videojuego solo salgan dos zombies. Menudo aburrimiento si es todo lo que muestra la serie...
LOS EFECTOS VISUALES DE THE LAST OF US
Circulan por Internet análisis y vídeos en los que se compara minuciosamente, casi plano a plano, la serie y el videojuego. No conozco el juego, pero al parecer la fidelidad es casi total. Muchos hablan ya de que The Last of Us es la mejor traslación de un videojuego a la pequeña pantalla. No discuto eso, pero dudo que sea indicativo de que es la gran serie de la que todos hablan. En su día, The Walking Dead nos dejó unos primeros episodios de infarto, en los que los caminantes eran seres plausibles que se movían por entornos reales. En The Last of Us todo es pantalla verde, y se nota.
Los humanos infectados que aparecen en el episodio piloto son realmente muy pocos. Solo vemos con claridad a la mujer mayor del principio, de cuya boca brotan unos amenazadores cilios que intentan atraer el alimento a su interior. El resto de personas afectadas por el terrible hongo cordyceps no son más que individuos que van corriendo de aquí para allá en medio del caos. En definitiva, los efectos de maquillaje les han salido muy muy baratos.
Los primeros veinte minutos son de lo mejor del capítulo inicial, sobre todo la tensa entrevista a los científicos en la televisión americana. La escapada nocturna de los protagonistas campo a través, el accidente del avión y los zombies que les persiguen resumen toda la acción del capítulo. Tras una gran elipsis de veinte años, todo lo que se nos muestra en The Last of Us es gris, sucio, desgastado, unos escenarios absurdamente feos por donde pululan los protagonistas al parecer sin esperanza en el futuro. ¿Empezamos a comer cal los humanos y por eso no hay una pared que no esté sin pintar? Porque veinte años no es suficiente para deslucir absolutamente todas las paredes. Y lo que no son paredes.
En la historia tenemos múltiples ejemplos en los que la humanidad solo ha sabido salir de una gran desastre reconstruyendo todo a partir de la nada e intentando llenar de color sus días. ¿Por qué en este universo de The Last of Us no sucede lo mismo? Sencillamente, no es plausible. Por supuesto, cuando Joel, Tess y Ellie escapan del centro de FEDRA en Boston, lo que vemos es un paisaje apocalíptico con edificios derruidos invadidos por la vegetación que, posiblemente, ha sido creado por una IA. Hasta a mí me salen imágenes más originales. ¿Es esto lo mejor que puede ofrecer la serie que ha venido a revolucionarlo todo?
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