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Machos Alfa, Crítica de la Serie de Netflix

Machos Alfa, en Netflix

Acaba de estrenarse en Netflix la serie patria Machos Alfa. Los creadores de la misma son, entre otros, los hermanos Alberto y Laura Caballero (Aquí no Hay Quien Viva). Los sobrinos del productor José Luis Moreno se estrenan en Netflix con esta serie en tono de comedia de diez capítulos y alrededor de media hora de duración. Encumbrada en el primer puesto de la audiencia, os relatamos una vez vista por qué merece la pena. 

MACHOS ALFA, UNA SERIE QUE NO ES LO QUE PARECE

La imposición woke que hemos sufrido en los últimos años en las producciones audiovisuales ha mermado enormemente la creatividad. Y el interés del público. La prescripción de cuotas y lo políticamente correcto, entre otros factores, ha sustituído la libertad creativa. Aunque el título Machos Alfa parezca más de lo mismo, puedes estar tranquilo. Los productores han demostrado nuevamente lo inteligentes que son. Si hubieran añadido la contrapartida femenina, algo como «Machos Alfa y Locas del Tinder», se habrían enfrentado a una campaña de cancelación en Internet. Sabían perfectamente que, si ridiculizaban a los hombres heteros, nadie a quien se prestara atención en los medios iba a atacarles desde el principio. 

La serie presenta a cuatro amigos que se reúnen regularmente mientras viven sus vidas. Santi (Gorka Otxoa) es un tasador de pisos divorciado con una hija de 16 años. Luis (Fele Martínez) es un policía local casado con dos hijos pequeños. Pedro (Fernando Gil) es un exitoso ejecutivo televisivo al que despiden al comienzo de la serie. Y Raúl (Raúl Camacho) es socio de un restaurante pijo. A través de sus reuniones vamos conociendo a sus parejas y los problemas que van teniendo con ellas. 

MACHOS ALFA, SERIE HEREDERA DE LA QUE SE AVECINA

No hay que ser un lince para darse cuenta de que muchos chascarrillos de Machos Alfa son reutilizados o descartes de los vistos en La Que Se Avecina. Sin embargo, la serie no tiene ese tono esperpéntico de continua parodia. Ni cae en el cartón piedra ni el rodaje de estudio. Machos Alfa sería la prima con clase de La Que Se Avecina. Rodada con gusto en Madrid, hacen un bonito retrato de la capital. No tan bueno como el París de Emily en París, pero sí de los que te dan ganas de visitar la ciudad. 

Machos Alfa busca la comicidad en las situaciones y diálogos. Muchas veces lo consigue, aunque otras adivinas el chiste desde antes de que empiece. No es un problema, y consigues creerte lo que estás viendo. Más o menos.

Los personajes son de lo más esquemático. Luz (Kira Miró) quiere una relación abierta con Raúl y, a pesar de ser abogada y pasar de los cuarenta, no parece tener otra preocupación en toda la serie que su vida sexual. El más creíble es Luis, también ayudado por ser su intérprete, Fele Martínez, el mejor actor del reparto. Sus vivencias matrimoniales con su mujer son de las más divertidas, y quizás las que más puedas haber conocido de oídas al menos. Pedro es el exitoso del grupo con novia Instagramer, el que da voz a la rebelión ante tanto mensaje contradictorio de la sociedad actual. Y Santi es el aparentemente sensible, el que va corrigiendo a los demás, pero que trata a las mujeres como kleenex.  

Machos Alfa, en Netflix

MACHOS ALFA, NI MACHISTA NI FEMINISTA

Con semejante título, muchos se temían lo peor y así lo expresaron en redes. Que si basta de agenda, que si woke, que si otra vez machacar a los tíos... Lo que parecía, y me incluyo, otra serie más llena de gañanes inútiles y mujeres perfectas y empoderadas, ha conseguido su objetivo. La verdad es que la guerra de sexos es más un invento de los medios que una realidad de los que bastante tenemos con poder pagar la hipoteca y atender a la familia. 

La serie apunta y acierta, y no deja a títere con cabeza. Las ex abusonas y gritonas en los divorcios, la antagonía de vender feminismo y empoderamiento mostrando cuerpo en Instagram, la diferencia entre lo que decimos que queremos, y lo que queremos de verdad. 

Santi va corrigiendo las salidas políticamente incorrectas de sus amigos, pero luego es el que peor trata a las mujeres de todos. Sus citas de Tinder merecen un spin-of. Y me temo que es la parte más realista de la serie. Todo esto de una manera divertida, a veces sutil y otras directa. Como cuando Pedro expone, no sin razón, que quien vende colonias es el musculitos con ropa cara, no el marido que acuesta a los niños pronto y sin ayuda. 

Sin verla, qué falta hará a algunos para hacer una crítica, ya mentían diciendo que era una serie criticando el machismo, la toxicidad de esto o aquello. La serie hace lo que le da la gana, y se ríe de prejuicios.

Es cierto que ofrece un final apresurado y políticamente correcto para los estándares actuales. Yo no veo adoctrinamiento, veo prudencia porque hay mucho miedo a campañas negativas en redes. Hay que cerrar la serie, y de perfectos se libraron todos los protagonistas. La autocensura manda, de ahí la diferencia en los comportamientos de hombres y mujeres en la serie. Al menos, todos hacen el tonto a su manera. Las hay muchísimo peores desde el primer fotograma. Sin ir más lejos, Detox también pretendía ser una reflexión actual y quedó en un manojo de tópicos. Aquí hemos superado a los franceses y por mucho.


¿MERECE MACHOS ALFA UNA SEGUNDA TEMPORADA?

Es una serie inteligente, pero que no deja de ser el producto que pretende. Ninguno de los personajes da para mucho más y, salvo que tuvieran una idea grandiosa para divertirnos en la segunda temporada, no lo veo necesario. Para caer en lo mismo otra vez, mejor dejarlo como está e ir a otra cosa. En los tiempos que corren, no pueden ser demasiado explícitos. Poco a poco parece que ya se puede ir cambiando el discurso y, aunque se nota la autocensura de los guionistas, sobre todo al final, Machos Alfa es un paso adelante para poder volver a contar historias sin que sepamos, de primeras, quién será el bueno o el malo. Ya es algo.

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2 Comentarios

  1. lo que más me ha gustado de la serie es que no se pone de parte de nadie, ni de los hombres ni de las mujeres, deja que cada uno cometa sus errores y pague sus consecuencias, si que es cierto que el final ha sido un poco politicamente correcto para mi gusto, sobre todo en el caso de Pedro, pero la he disfrutado mucho y me he reido con ella y no de ella.

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    1. Pienso como tú. Saben los tiempos que corren y con ese final se curan en salud. Seguramente, se han cortado con muchas cosas. Al menos nadie es bueno o malo solo por ser esto o lo otro. gracisd por comentar.

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