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Encuentros en la Tercera Fase (1977), de Steven Spielberg. Curiosidades de la Película

Encuentros en la Tercera Fase (1977)

Se cumplen 45 años del estreno de Encuentros en la Tercera Fase (Close Encounters of the Third Kind), sin duda una de las mejores películas de Steven Spielberg. El propio director, en una entrevista concedida en 1980, eligió un plano de esta película, el del niño observando las luces anaranjadas del ovni, como la imagen que resumía su carrera como cineasta. Posiblemente, la opinión de Spielberg haya cambiado con los años pero, indiscutiblemente, su película sigue siendo una de las más importantes no solo de la ciencia ficción, sino de la historia del cine. Te invito a que descubras algunos aspectos de la película no muy conocidos y que seguro te interesarán.

LAS 5 NOTAS MUSICALES DE ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

La colaboración entre Steven Spielberg y el compositor de bandas sonoras John Williams se remonta a la película de 1974 Loca Evasión (The Sugarland Express). Desde entonces, Williams ha compuesto la música de casi una treintena de sus películas. Tras el éxito de Tiburón (1975), Spielberg decide repetir con Williams en su nueva película sobre extraterrestres. El resultado fue una banda sonora brillante y emotiva donde destacaban con luz propia las cinco notas que componen el mensaje a los visitantes. Spielberg solicitó a Williams que las tuviera listas para la preproducción, ya que formaban parte importante de la trama.

En una entrevista concedida a la revista Cinefantastique, Spielberg aclara de dónde surge la idea de los cinco tonos utilizados en Encuentros en la Tercera Fase. «Nada más que el hecho de que los intervalos estaban suficientemente separados, y que los tonos eran agradables al oído [...]», responde el realizador. Tras todo un día y más de dos mil combinaciones después, se dieron con las cinco notas definitivas. Spielberg siempre tuvo claro que la música era el medio natural para comunicarse con los alienígenas. Para ello, Williams y él se basaron en los experimentos del compositor ruso Aleksandr Skriabin (1872-1915), quien había intentado crear un lenguaje musical.

Roy Neary sube a la nave madre en Encuentros en la Tercera Fase (1977)

¿QUIÉN ESCRIBIÓ ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE?

Escribir guiones no es una tarea que Spielberg haya afrontado en demasiadas ocasiones. Encuentros en la Tercera Fase, Poltergeist (1982) e Inteligencia Artificial (2001) son de los pocos largometrajes que Spielberg ha guionizado. En la entrevista citada, el realizador habla sobre el guion inicial escrito por Paul Schrader (Taxi Driver, American Gigolo). Spielberg no se anda con rodeos, y califica el trabajo de Schrader como de malo, de ahí que fuera descartado. Al parecer, la historia tenía muy poco que ver con el fenómeno ovni. 

Tras descartar este primer guion, Spielberg escribió cinco o seis en los siguientes dos años. Preguntado sobre la implicación de otros guionistas, Spielberg aclara que no hubo nadie más. En la página de la película en Wikipedia se afirma sin citar ninguna fuente que guionistas como John Hill, David Giler y Hal Barwood, entre otros, contribuyeron en distinta medida al guion definitivo.

LA MONTAÑA DE ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

La parte más importante de la película se sitúa en uno de los parajes más insólitos de toda Norteamérica: la Torre del Diablo. Esta peculiar formación montañosa se encuentra en el estado de Wyoming, en un parque nacional que lleva su mismo nombre. Una leyenda de los nativos americanos de la región habla de unas niñas que buscaron refugio en la montaña al ser perseguidas por los osos. Las niñas, tras alcanzar el cielo, se convirtieron en las estrellas que forman la constelación de las Pléyades.

Steven Spielberg eligió ese icónico enclave porque necesitaba una imagen poderosa e inolvidable, pero a la vez simple, que materializase la obsesión de Neary, el personaje que interpreta Richard Dreyfuss. El realizador, junto a Joe Alves, el diseñador de producción, tomaron el libro «Great Mountains of the Western Hemisphere», una avioneta, y se embarcaron en una búsqueda de localizaciones por los parques nacionales de Estados Unidos. De veinticinco formaciones montañosas se eligió finalmente la Torre del Diablo.

La Torre del Diablo de Encuentros en la Tercera Fase (1977)

¿CUÁNTAS VERSIONES HAY DE ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE?

Puede que el final de Encuentros en la Tercera Fase nos parezca el mejor y más maravilloso, pero Spielberg nunca estuvo satisfecho con él. El realizador siempre ha dicho que, si hubiera escrito ese guion en la actualidad, nunca habría hecho que el protagonista abandonara su familia para viajar a las estrellas. Dado el éxito de la película, Spielberg pidió a Columbia Pictures rodar nuevas escenas para su reestreno en 1980. Fue entonces cuando el realizador tuvo la oportunidad de paliar el impacto de la drástica decisión del protagonista.

En 1980 llega a las salas Encuentros en la Tercera Fase. Edición Especial. Esta película no contiene la escena en la que Neary construye con barro la Torre del Diablo, pero sí una en la que se encierra en el baño agobiado por su obsesión. Esta escena arroja una nueva interpretación de su trastorno como algo más allá de su control, en lugar de algo voluntario. En esta versión se incluye un vistazo al interior de la nave madre, una imposición del estudio que sigue dividiendo hoy en día a los fans de la película. Durante años, Spielberg ha considerado esta versión como la canónica. Enumerar las diferencias entre ambas versiones daría para todo un artículo.

En 1998 se lanza Encuentros en la Tercera Fase. Director's Cut, también conocida como Collector's Edition. Esta versión de 137 minutos se asemeja a la estrenada en 1977 y en ella no se muestra el interior de la nave alienígena. Las escenas de la montaña de barro en el salón y la del baño se mantienen, lo que brinda al espectador una mejor comprensión de cómo afecta la obsesión de Neary a su familia. Son, por tanto, tres las versiones existentes de Encuentros en la Tercera Fase.

LOS PRIMEROS ALIENÍGENAS DE ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

Los extraterrestres que vemos en el clímax de la película eran, en realidad, niños disfrazados. Concretamente, se eligieron cincuenta niñas de seis años, ya que Spielberg pensaba que sus movimientos eran más gráciles que los de los varones. El primer ser que baja de la nave era una marioneta, mientras que el que vemos comunicarse con lenguaje de signos es una animatrónico creado por Carlo Rambaldi (E.T. El Extraterrestre, Alien).

Spielberg quería que sus alienígenas representaran fielmente a los seres descritos en los testimonios de miles de personas por todo el mundo: humanoides, de aspecto estilizado, extremidades largas, de aproximadamente 1,20 m de alto y con una gran cabeza. El primer artista elegido por Spielberg fue John Chambers, quien había realizado el maravilloso maquillaje de El Planeta de los Simios (1968). Chambers declinó la oferta por enfermedad, no sin antes recomendarle a los expertos en efectos especiales Frank Griffin (Embryo, Un Hombre Llamado Caballo) y Tom Burman.

Francois Truffaut junto al extraterrestre de The Burman's Studio

En un principio, se pensó en dotar a las niñas que vestirían los disfraces de manos animatrónicas, pero se descartó la idea por su alto coste. Sus cabezas también tenían servomotores para mover los ojos, y se encajaban en las de las niñas como un casco de rugby. Esta solución no gustó a Spielberg, pues pensaba que el aspecto de los aliens era demasiado terrorífico y él buscaba infundir simpatía y ternura. La cosa pasó a mayores cuando la productora de la película, Julia Phillips, amenazó con demandar a la empresa de efectos especiales por no cumplir los requisitos de Spielberg. Finalmente, Spielberg decidió que las máscaras de Griffin y Burman no eran todo lo realistas que él quería.

Tras el fracaso de los primeros diseños, Douglas Trumbull, creador de los efectos visuales, apostó por mostrar un solo alienígena animatrónico. ¿El problema? Que su construcción costaba 100.000 dólares de la época. Sin embargo, Spielberg decidió encargar la construcción de la marioneta a Bob Baker, quien diseñó un alienígena sin piernas y con una piel que parecía en constante regeneración. Con ello se quería dar una sensación de que era un ser incorpóreo, transparente. La propuesta tampoco convenció a Spielberg.

LOS EXTRATERRESTRES DE CARLO RAMBALDI

Tras asistir a un pase de King Kong (1976), Steven Spielberg decidió que tenía que contar con el técnico que había hecho posibles las expresiones faciales del gran gorila. Carlo Rambaldi era un escultor italiano que había perfeccionado una técnica animatrónica muy depurada, por lo que Spielberg decidió que podía tener la solución para los aliens de Encuentros en la Tercera Fase. Rambaldi los diseñó sin orejas, con una nariz poco prominente, y con una boca pequeña pero capaz de esbozar una leve sonrisa. Los mecanismos internos de la marioneta eran accionados mediante quince cables por ocho personas, sin servomecanismos eléctricos.

Bocetos de Carlo Rambaldi para Encuentros en la Tercera Fase (1977)

Cuando parecía que el realizador había encontrado por fin a su alienígena ideal, las dudas le asaltan y decide volver a la marioneta traslúcida realizada por Bob Baker. La filmación de la escena con la marioneta se llevó a cabo finalmente, aunque estuvo plagada de problemas. Finalmente, en la película se usaron parte de los disfraces diseñados para las niñas, que fueron utilizados en las tomas de grupo. Para los primeros planos, se recurrió al sistema animatrónico de Rambaldi. El primer alienígena que vemos de cuerpo entero es el creado por Bob Baker. De todos los profesionales que intervinieron en la creación de los alienígenas, solo Carlo Rambaldi fue acreditado.


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