Mi absoluta pasión por el escritor austriaco Stefan Zweig hizo que entre mis lecturas de este año estuviera Magallanes: el Hombre y su Gesta. También este año, aprovechando el quinto centenario de la culminación de la primera vuelta al mundo, se ha estrenado en la plataforma Amazon Prime Video la serie Sin Límites, una coproducción que pretende retratar en qué consistió esta hazaña. En este análisis, pretendo comparar los hechos históricos reflejados en dicho libro con la serie. Zweig era un historiador famoso por su cultura, honestidad y documentación.
EL RETRATO DE FERNANDO DE MAGALLANES EN SIN LÍMITES
Una de las cosas que más me preocupaba antes de ver Sin Límites era el retrato que harían de Magallanes. Según el libro de Zweig, estamos ante un hombre de una gran convicción moral, honesto hasta la médula en todos los aspectos de su vida. Llevaba las cuentas a rajatabla, y no permitía vicios en sus barcos. Era cristiano, muy creyente y practicante, pero respetando la libertad de los demás. También un hombre tosco y cabezón, sin muchas habilidades sociales, lo que le causó muchos problemas. No tenía la menor intención de causar daños a los pueblos indígenas que conocieran, pues la idea era comerciar con ellos. De hecho, llevaban muchísimos cascabeles en el barco, algo que llamaba mucho la atención para los intercambios de especias. Pero también era muy previsor y meticuloso, así que también iba preparado por si surgía, como surgió, algún enfrentamiento.
La elección del actor brasileño Rodrigo Santoro (300, Westworld) debo decir que ha sido un acierto. Ha sido capaz de reflejar todas las virtudes de Magallanes con su actuación. Funciona muy bien que vayan cambiando el idioma —no olvidemos que Magallanes era portugués—, pero se casó con una sevillana. No es revisionismo histórico la forma en que trató a su esclavo Enrique, ciertamente dejó estipulado su libertad y una paga para él.
LO MEJOR DE LA SERIE SIN LÍMITES
A pesar del escepticismo con el que empecé a ver la serie, debo reconocer que su mayor problema de Sin Límites ha sido la falta de presupuesto. Hay muy buenas intenciones detrás de ella, pero una historia tan grandiosa debió ser tratada como una superproducción. Intentan mostrarnos cómo era la vida en 1519, muy dura, sucia, la indefensión de los más débiles ante la fuerza bruta.
Se nos muestran también las tremendas penalidades que sufrieron a lo largo del camino, el hambre, las inclemencias del tiempo, algunos ataques enemigos, las enfermedades... De 239 hombres que partieron, sólo volvieron 19. La gran motivación, la búsqueda de una nueva ruta para comerciar con especias, está bien explicado, así como el gran valor de las mismas en la época.
La serie se ve con mucho agrado, y la ambientación histórica procura ser ajustada dentro de sus posibilidades. No estamos ante un documental, de manera que los inventos a favor de la narrativa, de los que se beneficia especialmente Juan Sebastián Elcano, hay que tolerarlos. Los actores cumplen muy bien, y puedo decir que es una serie recomendable para tener una idea aproximada de cómo fue la primera vuelta al mundo, a grandes rasgos.
GRANDES MOMENTOS HISTÓRICOS DESAPROVECHADOS EN SIN LÍMITES
Leyendo el libro de Stefan Zweig Magallanes: El Hombre y su Gesta, tenía la firme impresión de que estaba leyendo un material impagable para una gran serie. No falta de nada: traiciones a la corona, un protagonista héroe de leyenda, amores, conspiraciones, mecenas, nuevos mundos, y momentos muy divertidos.
Siendo yo nativa de la ciudad que vio partir la expedición, Sevilla, cierto suceso me pareció hilarante. Cuenta Zweig un levantamiento provocado por la corona portuguesa. Un esbirro gritó que Magallanes no era fiel a la corona española al ser portugués. Amparado en los ociosos que había en el puerto sin nada mejor que hacer que mirar cómo se preparaban los barcos, no le faltó público afín a dichas ofensas que rápidamente formaron un tumulto. Puedo confirmar que quinientos años después, seguimos teniendo ese tipo de elementos en la ciudad.
Otro momento genial fue cuando al llegar a unas islas orientales, los exploradores descubrieron que a los nativos les sobraba el oro y lo cambiaban por cualquier bagatela. Los marineros se volvieron locos y Magallanes los tuvo que frenar por su afán de ir saqueando el barco para llenarse los bolsillos.
Aunque la muerte de Magallanes está bien representada, nos ha faltado el esplendor de algunos reinos que visitó, o la mención de que gracias a él las Molucas, es decir, Filipinas, pertenecieron durante siglos al reino de España. También el encuentro con un ser gigante de la Patagonia, o cómo algunos nativos intercambiaban mujeres por simples peines.
La conclusión del libro es que, para uso comercial, la ruta apenas era factible. Los conocimientos y el coste necesarios para realizarla no compensaban, quedando como lo que fue: la primera vuelta al mundo.
ERRORES HISTÓRICOS EN SIN LÍMITES
Ya hemos hablado de lo edulcorado que está Juan Sebastián Elcano, al que asignan hasta un pupilo para que veamos lo bueno que era. En el libro de Stefan Zweig, Pigafetta, el narrador de toda la odisea, cuenta la indignación que sufrió al ver los honores que este recibió sin merecerlo. Parece ser que Elcano, sin quitarle mérito como navegante, tuvo más suerte que otra virtud. Por cierto, Pigafetta era apenas un chaval barbilampiño, como lo describe Zweig, y no alguien con calvicie incipiente como en la serie. De todas formas, funciona como sincero narrador de lo vivido. Así como el marinero chistoso que, si bien no se menciona obviamente en el libro, muy seguramente habría varios viendo todos los que produce esta tierra.
También he leído sobre la aparición en la serie de algunos elementos tecnológicos de navegación que no existían en esos tiempos. Francamente, de ese aspecto no puedo hablar por desconocimiento, pero es algo que suele suceder en multitud de series de época.
No es cierto que la esposa de Magallanes, Beatriz Barbosa, le esperara al final del viaje, por bonito que quedara. Ella y sus dos hijos murieron antes de la llegada de los supervivientes. La causa no se menciona, pero debió de ser vivir en un siglo, el XVI, en el que te morías de cualquier cosa.
Una serie que no sólo merecía más presupuesto, ya que talento creo que ha mostrado tener. Merecía ser tratada como un acontecimiento, y sin embargo yo misma, muy interesada en el tema, me he enterado del estreno de la misma de refilón. Una pena que no celebremos con más ahínco los logros históricos de nuestros antepasados tal y como merecen.
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