La serie She-Hulk: Attorney at Law (en España She-Hulk: Abogada Hulka) que se estrena en la plataforma Disney Plus, supuestamente basada en la visión del guionista y dibujante John Byrne, crea el momento ideal para leer este recopilatorio. El tomo La Sensacional Hulka de John Byrne, de la colección Marvel Héroes de Panini, recopila íntegra la etapa del dibujante, que abarcó de 1989 a 1993. Procedemos a analizar esta etapa, considerada como memorable por muchos seguidores de La Casa de Las Ideas.
POR QUÉ FUE CREADO EL PERSONAJE DE SHE-HULK
Aunque no lo pareciera, el origen de She-Hulk es bastante penoso. La Salvaje Hulka se creó en 1980 sencillamente para evitar que algún listillo, tras el éxito de la serie televisiva de Hulk de finales de los años setenta, creara su versión femenina. Y, aunque el primer número fue escrito por Stan Lee y dibujado por John Buscema, apenas era una bruta que hacía lo mismo que su primo. El invento no pasó de los 25 números, pero cumplió su cometido inicial. Posteriormente, Roger Stern (El Asombroso Spiderman de Roger Stern) la incluyó en Los Vengadores. El aire cómico que le insufló fue el germen que inspiró a John Byrne. Primero, la incluyó en Los 4 Fantásticos con el éxito que conocemos. Posteriormente, hizo la novela gráfica, a la que siguió una serie regular también recopilada en este tomo.
LA SENSACIONAL HULKA, LA NOVELA GRÁFICA
El comienzo de esta etapa tuvo su origen en la novela gráfica que Byrne dedicó a la Gigante Esmeralda. En ella, el autor establece las bases que darán forma a She-Hulk: una gran belleza, presencia imponente y un excelente sentido de la moda. En cuanto a personalidad, combina a la perfección iniciativa, feminidad e inteligencia. Sin olvidar un excelente sentido del humor, que no cae en ningún momento en el exceso o lo burdo, como recientes producciones cinematográficas de Marvel.
La novela gráfica nos muestra una Jennifer Walters emparejada con Wyatt Wingfoot, que se ve envuelta en una trama con SHIELD. Naves espaciales, conspiraciones, alienígenas, peligros inminentes... Lo que viene siendo un Byrne en plena forma. Es evidente lo que disfrutó realizando esta obra, una frescura y libertad de ideas que, por desgracia, se ha perdido en los cómics actuales.
Hay un divertido aporte de Alan Davis y Chris Claremont en el que Hulka lucha en medio de un juicio contra Titania. Lo leí en su momento, y reencontrarme con él ha sido un gustazo.
LAS VIRTUDES DE LA HULKA DE JOHN BYRNE
Con Byrne al mando, todo es posible en cuanto a She-Hulk. El dibujante y guionista rompe la cuarta pared y hace que la protagonista comente con los lectores los momentos vividos. Son múltiples las referencias a la actualidad de la época. Si la viviste, y eres aficionado a los comics, las entenderás todas o casi todas. El problema es para los más jóvenes. No tienen por qué saber que cuando mencionan a Donald y Marla se refiere al segundo matrimonio del expresidente Trump, entre otras referencias. No habría venido mal más notas aclaratorias.
En cuanto a las bromas, unas tienen más gracia que otras, pero Byrne es consciente de que es así. De todas formas, transmite mucha alegría y diversión a lo largo de casi todos los números. Bromea con casi todo, y casi siempre acierta. Con La Avispa enseñando su piso, con las poses de Hulka, con la moda imperante en los cómics de los noventa, con los trucos de los guionistas y lo que se cuece en las oficinas de Marvel... Absolutamente todo. A la vez, consigue que te creas lo que lees y no dejes de tomar en serio las aventuras de She-Hulk. Una serie que ha quedado como la etapa que define al personaje, con un estilo que se puede imitar, pero no igualar. Todo un logro.
Si hubiera que poner un pero, a veces me resultan excesivas las aventuras espaciales, pero es Byrne y como buena cabra, tira a su monte. Me gusta más la Hulka que se centra en la Tierra.
POR QUÉ NO TRIUNFÓ LA SENSACIONAL HULKA EN SU MOMENTO
Las ventas nunca fueron para tirar cohetes, y eso que John Byrne ya tenía mucha fama en esa época. Parece ser que su Hulka fue mucho más apreciada en Europa. En Estados Unidos no acababan de pillar el humor innovador y autoparódico de este artista nacido inglés y criado en Canadá. Como admirador de esta etapa, no por ello dejo de ver algunos fallos. Creo que She-Hulk está a punto de casarse como cuatro veces a la fuerza. Los villanos penosos que aparecen, elegidos a conciencia entre lo peor del catálogo Marvel y la colección Journey Into Mystery, llegan a ser un poco cansinos. Ni Byrne puede arreglarlos.
Hay veces que ya adivinas el giro que viene, o se pasa varias páginas en blanco escatimando cómic, como ya hiciera Byrne en la colección de Alpha Flight. No sé si sería gracioso para el que lo comprara mes a mes. Como lector, la sensación de que el personaje no iba a ninguna parte con tanto salto espacial, que no avanzaba, también se me hizo palpable. Si al menos su vida profesional hubiera estado más presente, creo que le habría ido mejor que con camioneros espaciales.
El propio John Byrne reconoció que se le acababan las ideas y lo dejó. Eso sí, hizo un gran cierre, con esa Hulka apareciendo en las oficinas Marvel reinterpretada por autores de la época. Tampoco ayudó a la serie la moda de los héroes hipermusculados en posturas imposibles de mitad de los años noventa.
Al menos, La Sensacional Hulka de John Byrne ha superado el paso de los años alcanzando el estatus de etapa memorable y definitoria de un personaje. Pocas obras de cómics pueden decir lo mismo.
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