Como dice Paco Roca (El Invierno del Dibujante, Arrugas) en el prólogo de esta edición, pasar por delante de un quiosco en los años 80 era, para quien amara los cómics, pasear por el Jardín del Edén. Decenas de publicaciones de coloridas y atrevidas portadas se solapaban en los estantes de aquellos viejos quioscos, hoy casi extintos. Creepy, Comix Internacional, Zona 84 o Dosssier Negro son algunas de ellas, aunque en un corto período de tiempo llegaron a coexistir muchas, muchas más. En 1981, en el primer número de Cimoc, una de aquellas revistas, debuta una de las series más sobresalientes del cómic español: Hombre, con guion de Antonio Segura y dibujos de José Ortiz.
En 2013, la extinta Editores de Tebeos, lanzó un par de tomos que recogían la totalidad de la obra de Segura y Ortiz. El primero tomo, el que nos ocupa, recopilaba las historias en blanco y negro publicadas originalmente tanto en Cimoc como en la efímera revista K. O. Cómics. En 1986, Hombre retornaría a Cimoc, pero esta vez a color. Son las historias que recoge el segundo tomo publicado por Editores de Tebeos y que reseñaré próximamente.
El tomo da comienzo con El Mejor Mundo Posible, la historia en cuatro partes publicada originalmente en K. O. Cómics, no con la primera historia que vio la luz en Cimoc. Esta decisión se debe a criterios de coherencia, ya que constituye para el lector una excelente presentación del mundo en el que se mueve el personaje. Segura ubica el momento en el que todo se torció en 1988. Tenemos bases en la Luna, hemos llegado a Marte... pero millones siguen muriendo de hambre en el tercer mundo. Las guerras, los cortes de energía y de combustible, las restricciones y una pandemia mortal terminan por arruinarlo todo.
EL ESCENARIO POSTAPOCALÍPTICO DE HOMBRE, DE SEGURA Y ORTIZ
Hambre, epidemias, mutaciones y degeneración son parte del día a día de los supervivientes del holocausto. Las ciudades han sido sitiadas por el ejército para evitar que sus famélicos habitantes escapen al campo y arrasen con los raquíticos cultivos que logran subsistir. En este panorama se mueve Hombre, un tipo sin nombre, amargado, nostálgico y violento, como el mundo que le ha tocado vivir. No estamos ante el típico antihéroe del cómic y la novela norteamericanos, sino ante un tipo sin escrúpulos que sobrevive como puede en una sociedad hundida en su propia miseria. Ponen los pelos de punta las descripciones que Antonio Segura hace de los últimos días de la civilización, cuando las cosas empezaron a ir mal, por lo parecidas que son a las noticias de algunos de los telediarios actuales. El magistral pero descarnado dibujo en blanco y negro de José Ortiz termina por provocar pesadillas al lector de cómics buenista más cargado de optimismo.
Hombre no es un cómic fácil de digerir. La historia que nos cuenta es fea, horrible, deprimente, pero a la vez sirve de recordatorio de en qué puede convertirse nuestra sociedad a poco que cometamos un par de errores. Montado en su preciado caballo, que muchos intentan convertir en filetes, Hombre trapichea aquí y allá para seguir existiendo, y roba, mata y traiciona si es necesario. No es un personaje con el que conectes inmediatamente pero, poco a poco, vas entendiendo sus motivaciones.
Tras la historia en cuatro actos El Mejor Mundo Posible, se da paso a las dieciocho historias cortas publicadas en Cimoc. Por deseo del propio Antonio Segura, la primera es Una Tumba de Hormigón, que apareció en el número dos de la revista. Al parecer, esta alteración en el orden es en aras de una mejor comprensión de la historia, aunque cada relato sea autoconclusivo. Así, en trece o catorce páginas, Segura y Ortiz son capaces de hilar una historia y dar profundidad a sus personajes, incluso cuando la mayoría de ellos no vuelva a aparecer. El hilo conductor es Hombre, un tipo cínico y poco atractivo que establece precarias alianzas solo cuando le conviene.
JOSÉ ORTIZ Y ANTONIO SEGURA, MAESTROS DE LA HISTORIETA ESPAÑOLA
José Ortiz (1932-2013), perteneciente a la denominada Escuela Valenciana, comienza su carrera artística en 1951. Realiza varios trabajos para la Editorial Maga, Toray y, a finales de los 50, comienza a trabajar para Bruguera. En los 60, Ortiz entra a formar parte de la agencia Bardon Art, la cual surte de dibujantes a editoriales británicas, como Fleetway, y americanas, como la mítica Warren, editora de revistas como Eerie o Vampirella. En los 80, vuelve a centrarse en las publicaciones españolas y comienza su colaboración con el guionista Antonio Segura (1947-2012), de la que surgirá Hombre. En 1982 se convierte en cofundador de la Editorial Metropol, de la que sale la revista K. O. Cómics, de solo cuatro números. En los 90, Ortiz enfoca de nuevo su trabajo en el mercado extranjero. Destaca su etapa a cargo de los westerns italianos Tex y Ken Parker, serie que actualmente publica ECC Ediciones.
El guion de Antonio Segura en estas primeras historias es excepcional. Sin dejar de lado el patetismo y la amargura que las impregnan, no faltan ciertos destellos de humor negro. No obstante, Hombre no habría sido lo mismo sin el arte de José Ortiz. Su maestría para dibujar la figura humana, para darle dinamismo y volumen gracias a su pericia con las tramas, convierte a este cómic en el mejor ejemplo del cómic español de los 80. Junto a Hombre, Segura colaboraría con con Ortiz en obras como Burton & Cyb, publicada en Zona 84 y Comix Internacional, y en la italiana Tex.
El tomo finaliza con una historia en dos partes, Tu no eres Adán, en la que el autor pone a Hombre en una difícil situación: ¿y si finalmente hubiera encontrado la paz en brazos de una mujer? Como el lector pronto descubrirá, no todo es lo que parece en este escenario postapocalíptico, ni siquiera el amor.
Hombre continuaría, a todo color, en la revista Cimoc. Su éxito en el mercado exterior —alcanzó gran popularidad entre los lectores galos, ingleses, italianos e, incluso, americanos— hizo que las aventuras de este antihéroe tan alejado del cliché anglosajón se alargaran quizás demasiado. Pero esa es una cuestión que analizaremos en un próximo artículo, el cual abarcará la segunda etapa de uno de los personajes más peculiares del tebeo de ciencia ficción español de los 80.
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