Entre los ilustradores americanos más importantes del siglo XX se encuentra David Burroughs Mattingly. Nacido un 29 de junio de 1956 en Fort Collins, Colorado, Mattingly es muy conocido entre los aficionados a las ilustraciones de ciencia ficción. Sus coloridas y evocadoras creaciones nos trasladan a mundos desconocidos en naves de abigarrados diseños, aunque también ha explorado con éxito la ilustración fantástica.
Mattingly sintió la llamada del arte desde muy joven. En la bio de su página web oficial —donde también se pueden adquirir sus obras— confiesa que los cómics de Jim Steranko fueron su inspiración de pequeño. Tras cursar estudios formales de arte, fue reclutado por los estudios Disney. Fue una época en la que la compañía del ratón Mickey estaba experimentando con películas de fantasía y ciencia ficción de imagen real, como El Abismo Negro (1979), Herbie Torero (1980) o Tron (1982), películas en la que intervino David B. Mattingly como ilustrador de matte painting. El matte painting es una técnica de pintura realista sobre cristal. Mediante la superposición de diversas ilustraciones y la inserción de actores reales se consigue una gran sensación de realismo, dando lugar a paisajes fantásticos imposibles de hallar en la realidad.
Mattingly, paralelamente a su trabajo como ilustrador en Walt Disney Studios, comenzó a diseñar portadas para discos de grupos y solistas como Commodores, Edwin Starr o Alex Cima. En 1980 dio el salto a las publicaciones de ciencia ficción gracias a una portada para la revista Amazing Stories. Desde entonces ha realizado centenares de portadas —según Mattingly, más de 2000— para editoriales y publicaciones como Ballantine Books, Omni, Penguin, Playboy o Marvel Comics, entre otras. Una de sus obras más conocidas son sus portadas de la colección juvenil Animorphs, escrita por Katherine A. Applegate.
Actualmente, David B. Mattingly es profesor de arte especializado en matte painting. De hecho, en 2011 publicó un manual sobre la pintura mate digital, The Digital Matte Painting Handbook. Paralelamente, sigue ejerciendo como ilustrador freelance aunque, desde principios de los 2000, comienza a sustituir los colores acrílicos por las herramientas digitales, como han hecho ilustradores como Jim Burns. No obstante, sus ilustraciones siguen siendo fieles a su estilo tradicional, a pesar de combinar el modelado en 3D y la pintura digital. Entre los premios a su labor como artista figuran el Chesley Award (1992) o dos veces el Best Cover of the Year Award, otorgado por Magazine and Bookseller.
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