La avalancha de estrenos de series que vivimos en las distintas plataformas de streaming favorece que producciones que merecen nuestro tiempo pasen desapercibidas. Una de esas series es Lujuria, una producción sueca de ocho episodios de media hora cada uno. La base de la serie es un estudio del gobierno de dicho país según el cual la vida sexual —o la falta de ella— de las mujeres entre cuarenta y sesenta y cinco años tiene una relación directa con las bajas laborales. Una de las protagonistas, Anette (Sofia Helin), investigadora de salud pública, iniciará un estudio sobre el tema que nos llevará a conocer a su disparatado círculo más cercano.
LAS CUATRO PROTAGONISTAS DE LUJURIA
Aunque el título pudiera dar a entender que vamos a seguir las noches locas de una serie de mujeres, la realidad de la serie es otra. Anette tiene un matrimonio aburrido y una hija que da rienda suelta a su inagotable pasión con su novio en casa. Su hermana Martina (Elin Klinga) vive el traumático abandono de su marido por una jovencita. Sumamos al grupo dos amigas de la infancia: Ellen (Julia Dufvenius), la vendedora de coches, la más libre del grupo; y a Nadia (Anja Lundqvist), casada y madre de tres hijos varones, de edades y caracteres bien dispares. Las cuatro resultan simpáticas y la química entre ellas es buena. Las situaciones personales son bien distintas, dando lugar a un espectro interesante.
EL TONO PARÓDICO DE LA SERIE LUJURIA
Estamos ante una comedia ligera e irónica que nada tiene que envidiar en ritmo a producciones norteamericanas más populares. Además, aporta un toque europeo que le aporta clase con un tema en el que es fácil caer en el mal gusto. Para entender mejor la serie te recomiendo el documental «La teoría sueca del amor», disponible en la plataforma Filmin. En él se aprecia hasta qué punto la intromisión del gobierno en la vida personal de sus ciudadanos buscando la igualdad ha llegado a definir la sociedad sueca. Suecia es un país que siempre hemos tomado como de los más avanzados en materia social, respeto e igualdad. Lujuria muestra de manera divertida si no han llegado demasiado lejos en querer hacer felices a sus ciudadanos o si la generosidad no se excede con algunos. No hay más que ver las escenas de la academia sueca, todo un chollo formar parte de ellas. O la que se monta por si una mano aquí o allá, dependiendo de quien sea dicha mano, es acoso o no lo es. Todo esto se representa de una manera dinámica, integrada y divertida.
LAS DIVERTIDAS VIVENCIAS DE LAS CUATRO PROTAGONISTAS
El examen de las propias vidas sexuales por parte de las cuatro mujeres da lugar a situaciones muy divertidas y variadas. Sólo os adelanto que todas resultan interesantes. Se van adaptando a las distintas personalidades de cada una. La pega que pondría es la que suele ocurrir en este tipo de series: los personajes masculinos son lamentables. No es necesario, en mi opinión, repetir este patrón una y otra vez: locos, flojos, frikis, emprendedores absurdos, sinvergüenzas, mentirosos... Ni uno se salva. Parece que no supieran hacer una serie centrada en mujeres sin esta característica. Incluso cuando te ves venir lo que va a suceder, consiguen sacarte una sonrisa. Unas veces quieren que reflexiones, y otras no.
CONCLUSIONES ACERCA DE LUJURIA
Serie que aborda, desde la comedia, los disparates en que a veces cae el exceso de buenismo, extrapolable a cualquier país occidental. De camino, nos muestran como enfrentan unas amigas el camino a la menopausia, bastante difícil por lo general. Una muestra de que debemos dar una oportunidad a muchas producciones europeas, opacadas injustamente por otras americanas de ínfima calidad que nada aportan.
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