¿Por qué Lana Lang no terminó siendo el gran amor de Clark Kent? ¿Cómo era la relación de este con su padre, Jonathan Kent? ¿Cómo era la vida cotidiana en Smallville de quien estaba destinado a ser el héroe más grande de todos los tiempos? A estas y otras muchas cuestiones da respuesta el cómic Superman: Las Cuatro Estaciones (Superman for All Seasons), de Jeph Loeb y el dibujante Tim Sale. Esta obra, recuperada en una nueva edición para los lectores españoles por ECC Ediciones, figura siempre en todos los listados de cómics fundamentales del Hombre de Acero. Pero ¿es merecida esa fama?
Publicado originalmente en 1998 como una serie limitada de cuatro números, Superman: Las Cuatro Estaciones respetaba, argumentalmente, lo planteado por el dibujante y guionista John Byrne en El Hombre de Acero (1986), reboot del personaje tras el evento Crisis en Tierras Infinitas. No obstante, Jeph Loeb se aleja aquí del dramatismo y epicidad de lo contado por Byrne en aquel cómic para mostrarnos la cara más humana del alienígena más poderoso de la Tierra. De hecho, podría decirse que esta historia es una especia de remake del cómic de Byrne, solo que con un enfoque completamente distinto.
La historia transcurre en Smallville, con un Clark Kent que está comenzando a abrazar unos poderes que asombran a sus padres de adopción. Quien más recela de estas extraordinarias capacidades es Jonathan Kent, como se puede apreciar en diversos momentos del cómic. Martha, más comprensiva, es quien, en ocasiones, debe empujar a su marido para que se acerque más a su hijo.
LAS CUATRO ESTACIONES DEL HOMBRE DE ACERO
Articulado a través de las cuatro estaciones, el cómic de Loeb y Sale narra, en primer lugar, la graduación de Clark y cómo va aceptando su maravilloso legado kryptoniano. Vemos su día a día, cómo va al barbero y cómo este rompe sus tijeras intentando cortarle el pelo. O realizando su primer salvamento durante un fuerte tornado. Es en esta parte donde se responde a una de las preguntas que planteaba al inicio de este artículo: ¿por qué Lana Lang no se convirtió finalmente en la mujer de su vida? Las bellas viñetas dibujadas por Tim Sale no precisan de muchos diálogos para dejar claro por qué aquel amor adolescente nunca floreció del todo.
El verano de esta historia llega, y con él la llegada de Clark a Metrópolis, la urbe que elegiría como lugar de trabajo. Superman ya luce su icónico traje —confeccionado por Ma Kent, por supuesto—, e incluso ha tenido tiempo de hacer enemigos, como un Lex Luthor todavía con algo de pelo. Lois Lane, su compañera en el Daily Planet, todavía no sabe de su doble identidad, aunque no tardará en sumar dos y dos. No obstante, el verdadero hogar de Superman está en Smallville, donde regresa cada vez que tiene ocasión. Son esos momentos en los que el dibujo de Tim Sale luce más, con notables influencias del pintor norteamericano Norman Rockwell.
La historia de Superman: Las Cuatro Estaciones se enriquece gracias a que cada segmento, cada estación, está narrado desde el punto de vista de uno de los protagonistas. De este modo, en verano, el narrador es Jonathan Kent, mientras que en las siguientes estaciones son Lois Lane, Luthor y, finalmente, Lana Lang.
EL PRIMER ENFRENTAMIENTO ENTRE LUTHOR Y SUPERMAN
En verano llega la confrontación definitiva con Luthor, quien esparce un virus por toda la ciudad e intentando convencer a Superman de que es culpa suya dado su origen extraterrestre. La crisis se resolverá, pero Superman se replanteará sus actuaciones como héroe, lo que le llevará a desaparecer durante un tiempo de la vida pública volviendo a Smallville. Este retorno coincide con el último capítulo de la obra, un duro invierno para un héroe asaltado por las dudas. Si ello fuera poco, la relación de Lana y Clark parece renacer aunque, como se verá, todo es una ilusión.
Es en Smallville donde Tim Sale tiene la oportunidad de lucirse y dejarnos esas preciosas viñetas, las cuales retratan estampas costumbristas de la América rural. Como esa en la que Lana y el matrimonio Kent contemplan a Superman perderse en el cielo, o el interior de la cafetería donde Clark se reunía con sus amigos tras las clases. Solo por estos bellos dibujos merece la pena leer este cómic. No obstante, Superman: Las Cuatro Estaciones es mucho más que sus espléndidos dibujos. Es una obra en la que se pone de manifiesto, sobre todo, la humanidad del héroe, sus flaquezas y sus fortalezas, sus sentimientos y sus frustraciones. Es, en definitiva, un retrato veraz y realista de las primeras aventuras del Hombre de Acero, un cómic imprescindible para todo aquel que se haya planteado alguna vez cómo llegó a convertirse en el superhéroe más grande de todos los tiempos.
El tomo se complementa con tres breves historias conectadas con Superman: Las Cuatro Estaciones, aunque publicadas años más tarde, concretamente en 2006. La primera narra el accidentado baile de graduación de Clark y Lana. La segunda subraya todavía más la incapacidad del héroe, a pesar de sus poderes, de salvar a aquellos que ama de amenazas como la enfermedad. La última, de apenas dos páginas, nos desvela el que podría haber sido el primer encuentro entre un joven Clark y un melancólico huérfano que llegaría a ser el guardián de Gotham.
A QUIÉN VA DIRIGIDO SUPERMAN: LAS CUATRO ESTACIONES
Lo confieso. No soy muy fan de este tipo de historias. Prefiero al Superman más sorprendente y aventurero, preferiblemente la versión pre-Crisis o, en su defecto, la que nos traería posteriormente John Byrne. Sin embargo, tengo que reconocer a Superman: Las Cuatro Estaciones el mérito de enriquecer la figura de mi superhéroe favorito, muy desvirtuada en los últimos tiempos, todo hay que decirlo. También tengo algunos problemas con el estilo de dibujo de Tim Sale. Sus personajes parecen sacados de los dibujos animados y, en algunos casos, rozan lo grotesco. No obstante, he de reconocer que ha sabido retratar bien el espíritu que Jeph Loeb quería imprimir a la obra.
Superman: Las Cuatro Estaciones está, por tanto, recomendado tanto para el seguidor más acérrimo del personaje como para aquellas personas que sientan curiosidad por los inicios del héroe. Si nunca has leído un cómic de Superman, este puede ser un buen comienzo. Apenas tiene acción, el dibujo no es el que esperarías en un cómic de Superman, pero es una historia que dota de innumerables capas a un personaje representado demasiado a menudo como un boy scout simplón.
0 Comentarios
Todos los comentarios son revisados antes de su publicación. Por favor, sé moderado e identifícate, nos gusta saber a quien nos dirigimos.