Kelly Robson es una de las autoras de ciencia ficción que más ha despuntando en los últimos años. Nacida en Edmonton, Canadá, esta escritora aterrizó relativamente hace poco tiempo en el ámbito de la ficción, ya que su primer relato corto, Las Tres Resurrecciones de Jessica Churchill, data de comienzos de 2015. Dioses, Monstruos y el Melocotones de la Suerte, publicada en 2018, ha ganado el premio Aurora y ha sido finalista del Hugo, el Nebula y el Theodore Sturgeon Memorial. A pesar de su, por ahora, corta trayectoria literaria, Robson ha sabido ganarse el favor tanto del público como de la crítica.
¿De qué va Dioses, Monstruos y el Melocotones de la Suerte?
Publicado en castellano por Pulpture Ediciones, Dioses, Monstruos y el Melocotones de la Suerte es una novela corta sobre viajes en el tiempo. No obstante, la escritora solo se sirve de ese recurso para poner de manifiesto temas como el conflicto intergeneracional, las relaciones en el trabajo o el modo en que afrontamos las adversidades.
La novela nos sitúa en el año 2267, un futuro en el que la humanidad aún se recupera de los efectos de un desastre global que la autora se encarga de obviar. No sabemos qué es lo que ha ocurrido para que la humanidad se concentre solo en determinados hábitats, tras largos años viviendo bajo el subsuelo. Minh, una ecóloga de 83 años modificada cibernéticamente (sus piernas han sido sustituidas por seis apéndices tentaculares), es la elegida para liderar un viaje en el tiempo. En concreto, ella y su reducido equipo son enviados más de cuatro mil años al pasado, a la época en la que las civilizaciones mesopotámicas florecieron a orillas de los ríos Tigris y Éufrates.
El objeto del viaje es recabar datos medioambientales que sirvan para restaurar el equilibrio ecológico del futuro, seriamente dañado. No obstante, antes del salto temporal, Minh debe enfrentarse a un reto no menos importante: la lucha por que su propuesta sea la elegido por el promotor del proyecto. De hecho, casi la mitad de la novela es dedicada por Robson a exponer al lector los tiras y aflojas de este tipo de negociaciones. Junto a Hamid y Kiki, sus compañeros de proyecto, Minh se enfrenta no solo con el banco promotor del proyecto, también con el TERN, la corporación que monopoliza los viajes temporales.
Puede que a quienes no estén muy familiarizados con las intrigas corporativas y todo lo que rodea a una negociación esta primera parte del libro les resulte algo tediosa. No obstante, es fundamental para dar profundidad y relieve a los protagonistas y conectar con ellos, más con unos que con otros, dicho sea de paso.
Robson divide a sus personajes en bebés de la plaga y bebés gordos. Los primeros, entre los que están Hamid y Minh, presentan en sus cuerpos las consecuencias del desastre al que se alude varias veces en la novela, aunque sin concretar su naturaleza. Son personas de salud delicada que deben estar constantemente monitorizando sus constantes y niveles, algo que vemos varias veces en la novela. Los bebés gordos, en cambio, son la población sana. Entre unos y otros parece existir una cierta rivalidad, una especie de metáfora de la que existe actualmente entre los millennials y los baby boomers.
Cada capítulo cuenta al principio con unos párrafos en los que se nos narra la historia desde el punto de vista de los mesopotámicos. Conforme avanzamos en la lectura, sobre todo a partir de su viaje al 2024 a. C., estos breves pasajes van cobrando más y más sentido, hasta acabar confluyendo la narración de Minh y la del monarca Shulgi. La novela hubiera ganado más interés si la autora hubiese explorado más esta vertiente de la historia. No obstante, decide enfocar la narración en Nimh y su equipo, en las tiranteces que inevitablemente surgen entre ellos y, en menor medida, en las observaciones y exploraciones que realizan.
¿Qué tipo de ciencia ficción es Dioses, Monstruos y el Melocotones de la Suerte?
No esperes aquí una descripción detallada del viaje en el tiempo ni de los medios usados para ello. No es la intención de la autora de abrumarnos con palabrería tecnológica. El viaje se produce casi sin que el lector se percate, casi de un párrafo a otro. Esto puede chocar a los seguidores de la ciencia ficción más clásica. No obstante, Robson dedica buena parte del libro a dejar caer conceptos y avances de ese futuro que el lector ha de ir imaginando y dando significado. Hay que decir que no siempre logra que comprendamos a qué se está refiriendo, dadas sus magras descripciones.
Quizás la principal objeción que le pongo a Dioses, Monstruos y el Melocotones de la Suerte sea su final. Su abrupto clímax es, en cierto modo, anticipado en los pasajes que anteceden a cada capítulo, aunque no te preparan del todo para ello. La sensación es agridulce, como si la autora tuviera más que decir y lo dejara para una segunda parte. Puede que sea así, o puede que sea ese brusco final sea, efectivamente, el término de la historia.
Soy consciente de que esta novela no es para todos los paladares. Los lectores de la ciencia ficción más clásica pueden verse decepcionados por el enfoque elegido por Kelly Robson. También está la estructura de la novela, dividida en dos partes bien diferenciadas de desigual interés. Sin embargo, el libro cuenta con ideas interesantes, como la posibilidad de regular el propio organismo a voluntad o los implantes cibernéticos. También destaca la teoría del viaje en el tiempo que se plantea, aunque solo se perfile en un par de párrafos.
En mi modesta opinión, la novela de Robson tiene varias flaquezas, como su final, la insuficiente explicación del motivo de la misión, así como una cierta falta de empatía hacia los protagonistas. A pesar de que la autora ha intentado que conectemos con sus personajes, me ha sido imposible meterme en la piel de ninguno de ellos. Ello no impide que la historia sea plenamente disfrutable. El trabajo de Robson como consultora para UNICEF y empresas de energía puede que esté detrás del énfasis que pone en todo lo relativo a la adjudicación del proyecto, lo cual ocupa toda la primera mitad del libro. Si te gustan todos estos entresijos o lo vives diariamente en tu trabajo, este libro te encantará.
Tanto si sigues la ciencia ficción actual como si no, Dioses, Monstruos y el Melocotones de la Suerte merece que le des una oportunidad. A veces, dejar a un lado los clásicos puede darnos una nueva perspectiva del género y ver de qué y cómo se está escribiendo en la actualidad.
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