Amblin' (1968) es el título del cortometraje con el que un joven Steven Spielberg, con 22 años, se dio a conocer al mundo. Aunque no se estrenó en salas comerciales, el corto recibió un prestigioso premio. Además, hizo que la Universal se fijara en Spielberg para su división de televisión, ofreciéndole un contrato de siete años. No es extraño, por tanto, que el realizador eligiera el título de dicho cortometraje para bautizar su productora, Amblin Entertainment. En Generación Goonies: Los Años Dorados de la Productora Amblin, Edición Definitiva (Diábolo Ediciones, 2021), Francisco Javier Millán realiza todo un ejercicio de nostalgia, recuperando de nuestros recuerdos las películas que tanto nos hicieron soñar de niños y que siguen haciéndolo de mayores.
AMBLIN ENTERTAINMENT, LA PRODUCTORA QUE MARCÓ NUESTRA INFANCIA
No es fácil que un libro dedicado a la cultura popular llegue a la tercera edición. Sí es el caso de Generación Goonies, cuya primera edición data de 2015. Puede que se deba al tirón que un personaje como Steven Spielberg tiene todavía entre buena parte de los aficionados al cine y la televisión. O puede deberse también al efecto nostalgia, esa fuerza tan poderosa que nos hace amar sin condiciones todo lo que, de una manera u otra, marcó nuestros primeros años. En cualquier caso, la prosa del autor, su excelente labor de documentación, así como el excelente trabajo de maquetación son razones suficientes para explicar el gran éxito de esta obra.
Generación Goonies es un recorrido por la práctica totalidad de las producciones de la productora de Steven Spielberg de su etapa más fértil, la que va de 1981 a 1993. Desde la olvidada Continental Divide hasta La Lista de Schindler, punto en el cual el realizador de Cincinnati se desvincularía del proyecto, dejándolo en otras manos. Esta obra se centra en los años dorados de Amblin, una etapa que concentró algunas de las películas más icónicas de la historia del cine.
E. T. EL EXTRATERRESTRE Y POLTERGEIST, LOS PRIMEROS ÉXITOS DE AMBLIN
Tras una breve pero interesante introducción, Francisco Javier Millán comienza su análisis con Continental Divide, un film dirigido por Michael Apted con John Belushi de protagonista. Belushi moriría un año después a causa de las drogas. Le sigue Poltergeist (1982), el primer gran éxito de la Amblin Entertainment. Siempre se ha rumoreado que fue Spielberg, y no Tobe Hooper, quien realmente dirigió la cinta. Lo cierto es que el rodaje, casi en paralelo, de E. T. El Extraterrestre (1982) impidió a Spielberg figurar como director en los créditos de Poltergeist.
Como ocurre con el resto de grandes películas reseñadas en la obra, Francisco Javier Millán se detiene a analizar tanto los pormenores del rodaje como a los principales intérpretes de Poltergeist. Los efectos visuales, tan importantes en muchas de las películas de la productora, también merecen una atención especial, así como la banda sonora. La música también merece su propio apartado en casi todas las producciones analizadas en esta obra. De este modo, al mismo tiempo que vamos viendo la evolución de Steven Spielberg como director y productor, también descubrimos a los compositores con los que estableció una relación especial, como John Williams, Jerry Goldsmith o James Horner, entre otros.
Con E. T. El Extraterrestre llega la primera película generacional propiamente dicha. A ella dedica el autor un extenso capítulo en el que descubrimos algunos detalles del rodaje realmente sorprendentes. Por supuesto, la elección de las fotografías que ilustran el texto no podía ser más acertada. El esfuerzo del maquetador, la calidad de la edición y la perfecta selección de la parte gráfica convierten a este libro en el mejor álbum de recuerdos de nuestra niñez que podemos tener.
Tras E. T. llegarán proyectos como En los Límites de la Realidad (1983), una película con un rodaje trágico que traería desagradables consecuencias para Steven Spielberg. Tras ella llegaría otra de las películas generacionales de la productora, Gremlins (1984). Su pequeño y peludo protagonista, Gizmo, sigue todavía adornando los estantes de muchas habitaciones infantiles.
LA ETAPA MÁS BRILLANTE DE LA PRODUCTORA AMBLIN
Llegamos a la etapa más fértil de la productora Amblin. Regreso al Futuro (1985) se convierte en un éxito arrollador. Tanto fue así que la cinta, ideada en un principio como una película independiente, se convertiría en la primera de una trilogía, también analizada en todo su detalle en esta obra. Hubiera sido interesante, eso sí, ahondar un poco en las razones que hubo tras el baile de actores para interpretar a Marty McFly. De hecho, las escenas rodadas por Eric Stoltz como Marty McFly no fueron pocas, llegando a suponer un despilfarro de más de tres millones de dólares.
A la par que grandes éxitos, Amblin también produjo películas más o menos menores. No por ello dejaron de convertirse en clásicos de culto para toda una generación, como El Secreto de la Pirámide (1985). En ese mismo año llegaría el film que da título al libro, Los Goonies, y que dirigiría Richard Donner. Como el propio autor declara en una entrevista concedida a la web de RTVE.es, el título barajado para el libro era inicialmente Generación Amblin, eligiendo finalmente el que es, sin duda, el de la película más icónica de esta etapa de la productora.
En el libro también se recogen títulos menores, como Fandango (1985), con un joven Kevin Costner, así como producciones televisivas, como Cuentos Asombrosos (1985-1987). En 1985 Spielberg daría un golpe de timón a su carrera, apostando por el drama con El Color Púrpura. Sin embargo, sus once nominaciones a los Oscars de aquel año no se tradujeron en un solo galardón, un fracaso que, en palabras del autor del ensayo, obligó a Spielberg a redefinirse como cineasta.
AMBLIN Y LA ANIMACIÓN
En 1986 llegarían comedias ligeras de regusto clásico como Esta Casa es una Ruina (Richard Benjamin) o largometrajes de animación como la encantadora Fievel y el Nuevo Mundo (Don Bluth). Tras el fiasco de El Color Púrpura, Spielberg volvería a la dirección con El Imperio del Sol (1987), una historia en la que, de nuevo, el viaje hacia la madurez era el tema principal. La película es especialmente recordada por los cinéfilos españoles por haber sido rodada en parte en Trebujena, localidad de la provincia de Cádiz.
En 1987, Joe Dante dirige El Chip Prodigioso, una aventura de ciencia ficción con toques de humor que encendería la chispa del romance entre sus actores protagonistas: Meg Ryan y Dennis Quaid. El mismo año se estrenaría la olvidada Bigfoot y los Henderson (William Dear), un amable film con un afable Sasquatch como protagonista. También en 1987 llega Nuestros Maravillosos Aliados (Matthew Robbins), emotiva cinta con unos pequeños extraterrestres echando una mano a los inquilinos de un ruinoso edificio.
Nos acercamos al final de la década de los 80, etapa en la que sobresale sobre otras producciones de Amblin Quien Engañó a Roger Rabbit (Robert Zemeckis, 1988). La película, que innovó con sus novedosos efectos visuales que permiten combinar a la perfección personajes animados y reales, destaca por haber conseguido lo que ninguna otra: reunir en un largometraje comercial personajes de dibujos animados de estudios rivales.
Dejamos atrás el último tramo de los 80 y películas como En Busca del Valle Encantado (1988), Regreso al Futuro Parte II (1989) o la olvidada pero maravillosa Always (Para Siempre) (1989), esta dirigida por Spielberg. Los 90 se inauguran con otro taquillazo, Regreso al Futuro Parte III (1990) y una secuela algo tardía como fue Gremlins 2. La Nueva Generación (1990). También se cuelan títulos menores, como la inclasificable Joe Contra el Volcán (1990), con Tom Hanks y Meg Ryan, o Aracnofobia, una especie de serie B hipertrofiada.
SPIELBERG Y EL COMPLEJO DE PETER PAN
Sin embargo, Steven Spielberg sentía que tenía que contar la historia definitiva sobre el paso a la madurez. Hook (El Capitán Garfio) se estrenaría en 1991 con desigual acogida. En el capítulo dedicado a esta producción, el autor nos detalla qué ocurrió en aquel complicado rodaje, una filmación en la que incluso Spielberg llegó a sentirse incómodo.
Los últimos capítulos de Generación Goonies están dedicados a películas como El Cabo del Miedo (1991), un excelente remake que, sin embargo, se alejaba del espíritu que había inspirado los proyectos de la Amblin hasta ese momento. Como muestra, la perturbadora escena entre Max Cady (Robert de Niro) y la hija de los Bowden, Danielle (Juliette Lewis).
Pero en Amblin aún había sitio para recuperar viejos éxitos, como Fievel va al Oeste (1991), o para impulsar proyectos televisivos como los Tiny Toons (1990-1995), Animaniacs (1993-1998) o una olvidadísima serie animada sobre Regreso al Futuro (1991-1992). Parque Jurásico (1993) y La Lista de Schindler (1993) ponen el broche final a un etapa irrepetible.
La película sobre Oskar Schindler pone punto y final al libro. Ello no quiere decir que la productora Amblin desapareciera, tan solo continuó sin Spielberg. El realizador se embarcaría en fundar otra productora, Dreamworks SKG, pero sin abandonar su carrera como director. En el epílogo de la obra, Francisco Javier Millán alude a algunos cineastas que parecen haber recogido el testigo de la Amblin, como J. J. Abrams, Colin Trevorrow o, por qué no, el propio Spielberg con su autohomenaje en Ready Player One (2018).
Generación Goonies es un libro dedicado a aquellos que aprendimos a soñar viendo películas como E. T. El Extraterrestre, Gremlins o Regreso al Futuro. Solo quienes fueron niños en los años dorados de la productora Amblin saben bien de qué estoy hablando. Vistas hoy, muchas de aquellas películas han envejecido regular, pero no han perdido ni un ápice de su capacidad evocadora e inspiradora. Demos las gracias al autor de esta obra por ofrecernos un recorrido tan ameno y entretenido por una etapa que difícilmente se volverá a repetir.
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