Ya tenemos a través de ECC Ediciones el tomo recopilatorio de la miniserie El Batman Que Ríe, de Scott Snyder. Tras dejar la serie regular del murciélago en manos de Tom King, el autor sigue volviendo a Batman para historias cortas. Es el caso de este tomo, donde el Caballero Oscuro se enfrenta a un villano que es la versión de sí mismo infectado con una toxina por culpa de El Joker. El dibujo corre a cargo de Jock y Eduardo Risso.
CUÁL ES LA TRAMA DE EL BATMAN QUE RÍE
El comienzo es muy interesante. Batman descubre un cadáver, que resulta ser él mismo. En realidad, una versión alternativa de sí mismo, con otra edad y otras circunstancias. Afortunadamente, sigue contando con la ayuda de Alfred Pennyworth, así que el golpe no es tan duro como podría parecer. De la mano de El Joker vemos aparecer al Batman Que Ríe, un terrible enemigo para Batman, pues no deja de ser él mismo que sabe tanto, o más, que él propio Bruce Wayne.
LO MEJOR DE EL BATMAN QUE RÍE
Scott Snyder se aleja mucho de ser mi autor favorito de Batman. Sin embargo, en esta ocasión le reconozco algunas virtudes. La idea de que vayan apareciendo versiones alternativas de Bruce Wayne que tomaron otras decisiones es muy interesante.
El Batman protagonista quizás no esté actuando de la mejor manera, ni para él ni para Gotham. Es una importante reflexión. Los giros al pasado y los momentos de tensión con Alfred también están bien llevados. El Batman que Ríe, originado en el arco argumental Noches Oscuras: Metal, es también un buen concepto, aunque el origen es algo discutible.
La aparición de Jim Gordon y su hijo James en la historia entraría dentro de la parte emotiva. Son una buena compañía a la trama principal, aunque las capacidades de James son algo exageradas. La historia de Un Caballero Sombrío en Gotham, coguionizada con James Tynion IV, es un estupendo elseworlds incluido en el tomo, aunque alejado de optimismo alguno.
LO PEOR DE EL BATMAN QUE RÍE
Snyder no puede evitar enredarse en conversaciones pomposas y llenas de datos que no hay quien se crea. Resta mucha naturalidad a las situaciones. Parece que siempre tiene que dejar claro que es un hombre culto que sabe mucho, pero olvida que sus personajes no.
Tiende a hacer tramas tan complicadas y villanos tan poderosos que luego las batallas se resuelven sin mucho sentido. De repente está Batman herido de muerte, de repente está sano como una pera. Los planes son también demasiado grandiosos, olvidando que Batman es un héroe sin poderes. Aquí parece que tiene unos cuantos, pero es algo común con otros autores del personaje.
EL DIBUJO EN EL BATMAN QUE RÍE
Jock ya ha hecho otras colaboraciones con Snyder, como en Espejo Oscuro, y se nota que combinan bien. El estilo tétrico y oscuro le va a una historia en general angustiosa. En cuanto a Eduardo Risso, marca la diferencia en Un Caballero Sombrío en Gotham. La historia se centra en una versión alternativa de Bruce Wayne, una mucho más agresiva, con un origen diferente al que conocemos. El estilo de Risso es más bello y estilizado, con un colorido pictórico.
LA CONCLUSIÓN DE EL BATMAN QUE RÍE
Hay algún exceso de protagonistas y me sobran algunas apariciones de villanos. Me hubiera gustado que se centrara algo más en esos Bruce Wayne alternativos, y menos en batallas difíciles de entender. Sí que hay uno que llegamos a conocer más, pero me temo que no es el más admirable. También saber algo del destino de algunos Robins hubiera venido bien.
A pesar de todo, es un tomo autoconclusivo, aunque siga de alguna manera en la miniserie El Batman que ríe: Los Infectados. Es posible que guste más a los menos fans de Scott Snyder que a los más forofos. Creo que se le ha criticado más de lo que merece, y que es más disfrutable de lo que pudiera parecer por algunas valoraciones.
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