El éxito de la miniserie Gambito de Dama en Netflix es incontestable. En siete episodios Beth Harmon (Anya-Taylor Joy) y su vida como ajedrecista han arrasado con la audiencia y la crítica. Basada en el libro de Walter Tevis del mismo nombre, es innegable la inspiración en algunos aspectos en la vida de Bobby Fischer. La serie tiene reseñas positivas en multitud de medios, así que hemos decidido celebrarla de otra forma. Manifestando que lo ocurrido con la serie es una prueba de los errores que comete Netflix con su política de series. Y con nosotros, los espectadores.
PRIMAR LA CALIDAD SOBRE LA CANTIDAD
Mes a mes, Netflix nos inunda con estrenos de series. Es prácticamente imposible estar al tanto de todos los que se producen. Temas muy disparatados, y sin ningún sentido, aparecen y desaparecen de las recomendaciones. Series sin ningún interés, mimo o cuidado. Gambito de Dama, basada en un libro solvente y con una producción exquisita, ha fascinado. Hasta el movimiento de las manos en el tablero que veíamos ha pasado el examen de jugadores profesionales de ajedrez. Mejor sería estrenar mucho menos y ofrecer producciones que realmente interesen a alguien. Con buenas historias, realizadas por quienes se apasionen por ellas y transmitan dicho emoción.
APOSTAR POR MINISERIES EN LUGAR DE SERIES CON FINALES ABIERTOS
Beth sale adelante en la vida gracias al ajedrez |
NO TEMER A LA TEMÁTICA DIFERENTE
Podríamos hacer una larga lista con las series de adolescentes de esta plataforma. Romances, inseguridades, problemas millennials bien o mal entendidos... Leer las sinopsis de un estreno tras otro es dolorosamente similar. Y llega Gambito de Dama, una serie basada en un deporte tan olvidado por los medios como el ajedrez. Nada de chicos de instituto musculosos, ni escenas deportivas o románticas. A cambio, esfuerzo intelectual, libros y estrategia. Y funciona. Porque si una historia está bien contada, poco importa de qué trata. En cambio, muchos olvidan que la temática más popular nada vale si no tiene nada más que aportar.
DEJARSE DE MODAS Y ADOCTRINAMIENTO
Muchas series parecen haber olvidado su función real de entretener. Si bien algunos han tachado la serie de feminista, no estoy de acuerdo. Que la protagonista sea una mujer da un tono muy interesante a la historia. Ya hay muchos reportajes de ajedrecistas hombres. Beth nunca es reprendida por nadie por ser mujer. Es considerada un igual por sus compañeros y la ayudan y respetan en su camino, huyendo de cualquier estereotipo o ideología. Es una buena historia y punto. Alejar las ideologías de las series es bastante más inteligente si queremos llegar a todos de una manera natural.
Beth consigue la admiración de todos con sus triunfos y su esfuerzo |
PRIMAR EL INSTINTO SOBRE EL ALGORITMO
Aprovecho para decir que odio el algoritmo de Netflix. Me siento cosificado cada vez que pretende recomendarme algo porque he visto tal o cual cosa. Nunca acierta. Gambito de Dama ha sido ignorada por el algoritmo. La palabra ajedrez seguramente no la tenga en su pobre vocabulario. Los años 50 y 60 menos. Ha sido el boca a boca, o el whatsapp a whatsapp, la que ha encumbrado la serie a lo más visto. Y entonces sí que la recomienda, vaya lince.
Cheers, uno de los mayores éxitos de la historia de la televisión, fracasó en su primera temporada. Pero el director de la NBC, un tipo con instinto, la mantuvo en antena por su calidad. Y terminó siendo un fenómeno. Si algo es bueno de verdad, eso no lo ve un algoritmo, al menos por ahora. Es la pasión por el medio audiovisual lo que más te puede guiar para ver si algo puede calar al público o no. Pero ese tipo de talentos ha sido borrado por los ejecutivos actuales, para los que todo es marketing y cuantificable.
Esperemos que se abstengan de hacer una continuación innecesaria dado el éxito de la serie. Que la dejen como está, perfecta en su duración y contenido.Y que vengan muchas más como ella. Hay muchos libros mereciendo el salto a imagen real. Que se animen con ellos.
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