En diciembre de 1983 cerraba Ediciones Vértice, casi coincidiendo con la prematura muerte de su fundador, Josep Torra, en marzo de aquel año. Se cerraba una etapa que había tenido comienzo veintiún años antes, en 1962. La editorial que había sido la encargada de introducir y popularizar los personajes de Marvel en España cerraba, a pesar del último intento por sobrevivir que supuso su breve relanzamiento bajo el nombre de Ediciones Surco.
¿Qué aficionado a los cómics español no conoce Ediciones Vértice? Incluso los más jóvenes tienen conocimiento —bien por sus padres o hermanos mayores— de las publicaciones de aquella editorial barcelonesa. Con sus luces y sus sombras —que fueron muchas—, Ediciones Vértice —y una ley franquista— tiene el honor de haber sido la responsable de la enorme popularidad de los cómics Marvel en España. Cuando Daredevil se Llamaba Dan Defensor. Historia de Ediciones Vértice nos cuenta su apasionante historia.
Alfons Moliné, autor de numerosos ensayos sobre animación, cómics y manga, ha sido el encargado de relatarnos la odisea de esta mítica editorial. En un cuidado volumen, dentro de la colección sobre cultura popular de Diábolo Ediciones, Moliné ha vertido los resultados de sus investigaciones sobre la editorial catalana. Investigaciones, todo sea dicho, que han supuesto numerosas dificultades, debido a la poca información documental que queda sobre Editorial Vértice. Esta escasez de información ha sido suplida con creces por el autor con entrevistas a personas que trabajaron para Vértice y expertos sobre el cómic en España, así como con una extensa labor de documentación.
Cuando El Planeta de los Simios se llamaba El Planeta de los Monos
¿Por qué del título? Un libro sobre la Editorial Vértice no podría haberse llamado de otra forma... ¿O sí? Cuando Hulk se Llamaba La Masa, o Cuando los X-Men se Llamaban la Patrulla X... Pero si hay un cambio de nombre ingenioso y disparatado a la vez, ese fue bautizar al alter ego del bueno de Matt Murdock como Dan Defensor, la única manera de traducir a los jóvenes lectores españoles el extraño nombre de Daredevil. Incluso los cómics de El Planeta de los Simios sufrieron esta fiebre de renombrarlo todo por parte de los editores de Vértice.
La obra se inicia con un prólogo del editor de Diábolo Ediciones, Lorenzo Pascual. En ese sentido preámbulo, Pascual nos da a conocer cómo vivió los años de Vértice y el gran componente nostálgico asociado a la editorial. Le sigue Antonio Martín Martínez, todo un especialista en lo que se refiere a la historia de los cómics en España. En su largo pero sabroso prólogo, el estudioso sevillano, quien fuera director editorial de Cómics Fórum desde 1983 al 2000, nos desvela no pocos datos interesantes sobre cómo se publicaban los cómics en aquellos años.
Tras una breve introducción —¡ahora sí!— el autor da paso al primer capítulo, abordando la etapa pre-Marvel de la editorial catalana. Personajes como Zarpa de Acero, Max Audaz o Mytek el Poderoso, entre otros, fueron los primeros en desfilar por las publicaciones de Editorial Vértice. Eran años en los que la editorial se nutría principalmente de material procedente de las Islas Británicas, concretamente del sello Fleetway. También publicaron colecciones enfocadas al público femenino, con nombres tan extravagantes como Amor ye-yé o Hit Romance.
Ya desde estas primeras páginas se aprecia cómo el autor se esfuerza por verter toda la información que ha logrado reunir sobre la editorial. Su exhaustividad llega a tal grado que, en ocasiones, hay que pausar la lectura para digerir los datos que nos ofrece. Quienes sean unos apasionados de la historia de los cómics disfrutarán enormemente con la manera de escribir de Moliné. Fechas, autores, colecciones, referencias, procedencia del material original, nada escapa al ojo escrutador del autor de este ensayo.
Los superhéroes Marvel llegan a España
Pero sigamos desgranando esta gran obra. Tras descubrir no pocas publicaciones de Vértice de los primeros años sesenta, llegamos al corazón de esta obra, su razón de ser: la llegada de los personajes Marvel a España. En 1969 desembarcan los primeros superhéroes. Los 4 Fantásticos, Spiderman (sí, sin el guion enmedio), Capitán América, Capitán Marvel, Dan Defensor, el Hombre de Hierro, Patrulla X y Los Vengadores serían los primeros. Es lo que los aficionados conocen como el Volumen Uno de Vértice, una etapa que otros lectores, sin embargo, prefieren ni nombrar.
Siempre acompañado por las bellas portadas que realizara en su mayoría el magnífico ilustrador López Espí, Moliné prosigue desgranando cómo se publicaron los primeros héroes de La Casa de las Ideas aquí en España. Los cómics de Vértice, en aquella primera época, eran de pequeño tamaño —el formato taco, como es conocido por los coleccionistas—, lo que obligaba a transformar el material original para acomodarlo en un formato más pequeño. ¿El resultado? Color inexistente, viñetas recortadas y/o retocadas, cuando no directamente descartadas. La edición era atroz, pero por aquellos entonces no teníamos con qué comparar aquellos nuevos tebeos que entonces inundaban los quioscos de media España.
El autor intercala también algunas curiosidades, como el misterioso Club Marvel, una iniciativa de la editorial para fidelizar a sus lectores, pero que pasó, como todo en Vértice, sin pena ni gloria. A través de las páginas de este libro también se nos descubren personajes y colecciones que muchos ni recordábamos. Nombres como Thongor, un remedo de Conan, o Dos Pistolas Kid, por citar solo a dos, y que gozaron la mayoría de un breve recorrido por los quioscos de la piel de toro.
La época dorada de Ediciones Vértice
Llegan los setenta y con ellos nuevos aires. Vértice comienza a publicar colecciones de cómics de horror, como Fantom y su sucesora Espectros. ¿Quién no recuerda a Tumbita, el simpático esqueleto que dibujara Tunet Vila, y que animaba las tétricas pero inolvidables historias que contenían aquellas revistas? También llegaron apuestas editoriales como Escalofrío Presenta, con títulos como Dracula Lives! o Tales of the Zombie.
Entre 1974 y 1980 la editorial alcanza su máximo esplendor. Cambian el formato taco por el formato revista, más respetuoso con el material original. Es el denominado Volumen Dos, que pasó en ciertas colecciones rápidamente al Volumen Tres debido al agotamiento del material USA. En esta parte del libro, Moliné trata también los experimentos de mercadotecnia de la editorial, como sus pegatinas de superhéroes o los pósteres articulados, una rareza que hoy en día alcanza precios astronómicos en el mercado del coleccionismo.
Moliné también aborda las colecciones denominadas contenedor, es decir, aquellas en las que tenían cabida aquellos personajes que, por distintos motivos, no merecían colección propia. Así, por colecciones como Super Héroes Presenta desfilaron personajes como el Motorista Fantasma, The Champions, Skull, la Antorcha Humana o el Hijo de Satán, personaje este de actualidad por el próximo estreno de una serie centrada en él. También llegaron cabeceras como Héroes Marvel, Selecciones Marvel o Relatos Salvajes, estas entre las más codiciadas por los coleccionistas.
Las tímidas colecciones de DC Comics de Editorial Vértice
En 1978, Vértice comienza a publicar algunas colecciones de personajes de DC Comics. Con nombres como Círculo Justiciero o Super Stars, estas colecciones intentaron acercarse al lector de cómics de aquella época, sin demasiado éxito. El daño que la prohibición que el régimen franquista había impuesto a los personajes de la DC en España era casi irreversible. Afortunadamente, las tornas cambiarían pocos años después con la llegada de Ediciones Zinco. Pero esa es ya otra historia...
La última etapa de Editorial Vértice está repleta de desaciertos. A pesar de sus esfuerzos por lanzar nuevas colecciones —Peter Parker Spiderman, Ms. Marvel, Triple Acción— y de la llegada del color a sus páginas, todo apuntaba al descalabro. Tras unos primeros intentos en 1977 de la todopoderosa editorial Bruguera por hacerse con los derechos de publicación de los personajes Marvel en España, en 1980 llega la última batalla para Vértice.
Tras ver cómo le eran arrebatados sus personajes más preciados, Vértice emprende una huida hacia adelante en un intento de superar la derrota ante Bruguera. Impulsó su línea Mundicomics, con nuevos títulos dedicados a las artes marciales, el terror y la ciencia ficción. También rescata personajes de la británica Fleetway, como Flierman —el antiguo The Spider—, Zarpa de Acero o el gorila Mytek. A estas colecciones se sumaron nuevos títulos Marvel, arrebatados a Bruguera por no haber sabido aprovecharlos. Entre ellos, títulos como Los Defensores, Power Man o Star Trek, entre otros.
El final de Editorial Vértice
En 1983 surge Editorial Surco, un último intento de Josep Torra por salvar su proyecto. Así, surgen colecciones dedicadas a la Patrulla X, Kazar, Micronautas o ROM, bajo el sello Línea 83. Sin embargo, este último intento de Vértice por sobrevivir coincide con un nacimiento, el de Cómics Fórum, quien se haría finalmente con los derechos de publicación de Marvel en España. Vértice había podido con el gigante Bruguera, editorial que ya en 1982 había presentado suspensión de pagos. No obstante, nada pudo hacer ante Cómics Forum, respaldada por el todopoderoso Grupo Planeta.
El legado de Editorial Vértice no es solo un puñado de colecciones inconclusas, ni sus caóticas ediciones, ni sus discutibles decisiones empresariales. Estamos ante una editorial que definió el gusto por los cómics de toda una generación, por no decir dos generaciones de lectores. Quienes empezaron a disfrutar de los cómics a finales de los setenta y principios de los ochenta guardamos con cariño aquellos tebeos en blanco y negro que cambiábamos en el quiosco de la esquina por cinco pesetas. Ese es el legado de Vértice, el haber creado el hábito por leer cómics de superhéroes —y de otras temáticas, todo hay que decirlo— en cientos de miles de niños españoles.
Como gusta decir a nuestros políticos, como no podía ser de otra manera, Cuando Daredevil se Llamaba Dan Defensor. Historia de Ediciones Vértice finaliza con el sentido homenaje de varias figuras relevantes del panorama comiquero nacional. Alejandro Martínez-Viturtia, editor de Panini, Raimon Fonseca, fundador de la librería Vértice Cómics, o Manuel Barrero, director de la magnífica web Tebeosfera, son algunos de los que han puesto el punto y final a esta obra relatando la huella que Editorial Vértice dejó en ellos. Sin duda, leer estos testimonios nos ofrece una visión más lúcida de lo que supuso esta modesta editorial catalana para los aficionados españoles. El libro concluye con un listado de todas las colecciones de Editorial Vértice, toda una checklist para los coleccionistas más nostálgicos y un detalle muy de agradecer por parte del autor.
¿A quién va dirigida esta obra? Indudablemente, a todo aquel que no quiera quedarse en la superficie de lo que fueron las primeras colecciones Marvel en nuestro país. No es una obra ligera, ni excesivamente trufada con curiosidades y anécdotas, sino un ensayo serio y bien documentado, enfocado al aficionado más interesado en conocer la intrahistoria del cómic en España. Con esta opinión no quiero espantar a los potenciales lectores de esta obra, ni mucho menos. Tan solo deseo enmarcar adecuadamente la gran labor que Alfons Moliné ha realizado escribiendo este ensayo.
Si tu niñez transcurrió entre los setenta y los ochenta, posiblemente perteneces a la generación Vértice, la primera que pudo disfrutar en España de unos personajes tan maravillosos como los de Marvel Comics. ¡Gracias, Editorial Vértice!
El legado de Editorial Vértice no es solo un puñado de colecciones inconclusas, ni sus caóticas ediciones, ni sus discutibles decisiones empresariales. Estamos ante una editorial que definió el gusto por los cómics de toda una generación, por no decir dos generaciones de lectores. Quienes empezaron a disfrutar de los cómics a finales de los setenta y principios de los ochenta guardamos con cariño aquellos tebeos en blanco y negro que cambiábamos en el quiosco de la esquina por cinco pesetas. Ese es el legado de Vértice, el haber creado el hábito por leer cómics de superhéroes —y de otras temáticas, todo hay que decirlo— en cientos de miles de niños españoles.
El legado de Editorial Vértice
Como gusta decir a nuestros políticos, como no podía ser de otra manera, Cuando Daredevil se Llamaba Dan Defensor. Historia de Ediciones Vértice finaliza con el sentido homenaje de varias figuras relevantes del panorama comiquero nacional. Alejandro Martínez-Viturtia, editor de Panini, Raimon Fonseca, fundador de la librería Vértice Cómics, o Manuel Barrero, director de la magnífica web Tebeosfera, son algunos de los que han puesto el punto y final a esta obra relatando la huella que Editorial Vértice dejó en ellos. Sin duda, leer estos testimonios nos ofrece una visión más lúcida de lo que supuso esta modesta editorial catalana para los aficionados españoles. El libro concluye con un listado de todas las colecciones de Editorial Vértice, toda una checklist para los coleccionistas más nostálgicos y un detalle muy de agradecer por parte del autor.
¿A quién va dirigida esta obra? Indudablemente, a todo aquel que no quiera quedarse en la superficie de lo que fueron las primeras colecciones Marvel en nuestro país. No es una obra ligera, ni excesivamente trufada con curiosidades y anécdotas, sino un ensayo serio y bien documentado, enfocado al aficionado más interesado en conocer la intrahistoria del cómic en España. Con esta opinión no quiero espantar a los potenciales lectores de esta obra, ni mucho menos. Tan solo deseo enmarcar adecuadamente la gran labor que Alfons Moliné ha realizado escribiendo este ensayo.
Si tu niñez transcurrió entre los setenta y los ochenta, posiblemente perteneces a la generación Vértice, la primera que pudo disfrutar en España de unos personajes tan maravillosos como los de Marvel Comics. ¡Gracias, Editorial Vértice!
Diábolo Ediciones
Formato: cartoné, 310 páginas, color.
Precio: 25,95 €
2 Comentarios
¡Muchas gracias por tu completa y entusiasta reseña!
ResponderEliminarTu libro ha hecho que muchos aficionados españoles rememoremos una importantísima parte de nuestra niñez y juventud. Espero poder disfrutar de tu próximo libro tanto como lo he hecho con este. Aquí nos tienes para lo que necesites. ¡Saludos!
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