Marvel no destaca demasiado por editar tomos autoconclusivos de sus personajes. Es una costumbre que asociamos más a la editorial DC. Sin embargo, para celebrar el ochenta cumpleaños de la editorial, han decidido lanzar esta historia que contiene las seis grapas que forman Spider-Man: Life Story. La idea del guionista, Chip Zdarsky, es contarnos la vida de Peter Parker a lo largo de los años como si hubiera envejecido igual que lo hacemos nosotros. La idea base es, por tanto, bastante buena, dividiendo cada década en cada uno de los seis números. Algunos se han atrevido a llamar a este cómic «obra maestra». ¿Lo es?
A pesar de que el tomo tiene un nivel bastante notable, me temo que obra maestra le queda bastante grande. La última vez que me asomé a la actualidad de Spider-Man fue en la colección Renueva tus Votos. El nivel de infantilidad me apartó de aquello rápidamente, y mira que tengo ganas de leer algo actual del trepamuros. Afortunadamente, este tomo engancha y se lee con agrado de principio a fin.
La historia centra el foco más en la persona de Peter Parker que en el superhéroe. Su vida personal es la que prima, y cómo esta sufre por decidir ser Spider-Man. Vemos a muchos de los personajes habituales que forman parte de la vida de Peter: Flash Thompson, Harry Osborn, Gwen Stacy, Mary Jane... Sin embargo, los acontecimientos que viven unos y otros no son los que tan bien conocemos, sino que sufren modificaciones.
La historia centra el foco más en la persona de Peter Parker que en el superhéroe. Su vida personal es la que prima, y cómo esta sufre por decidir ser Spider-Man. Vemos a muchos de los personajes habituales que forman parte de la vida de Peter: Flash Thompson, Harry Osborn, Gwen Stacy, Mary Jane... Sin embargo, los acontecimientos que viven unos y otros no son los que tan bien conocemos, sino que sufren modificaciones.
A pesar de que el tomo tiene un nivel bastante notable, me temo que obra maestra le queda bastante grande
Lo que más me ha sorprendido es el tono especialmente depresivo de la historia. A Spider-Man se le asocia con la alegría, pero pocos momentos, o casi ninguno, tiene aquí para ello. No es solo la parte personal de Peter, que no acaba de transmitirnos bien por qué no deja de ser Spider-Man si tanta ruina le trae. Apenas somos capaces de atisbar algún momento feliz en su vida. Esto no solo le ocurre a él, sino que la tragedia parece asolar a la mayoría de sus coetáneos héroes.
LA EXPRESIVIDAD FACIAL NO ES EL PUNTO FUERTE DEL DIBUJANTE. UNA PENA |
Chip Zdarsky le ahorra a Peter los problemas económicos que toda la vida le han acuciado y que tanto lo acercaban al lector medio. Esto me parece un error, ya que desdibuja mucho la personalidad del Peter que conocemos. Tampoco me queda claro cómo soluciona ese tema si no puede dedicar tiempo a su vida profesional ni personal.
Por momentos, me cuesta reconocerlo, y eso considero que es un error del cómic. Por muy otros mundos, what if o historia fuera de continuidad que nos cuenten, la esencia del personaje debe prevalecer. Podríamos decir como excusa que, al tener que ir acumulando años y experiencia, algo que en los cómics es muy limitado porque la mayoría nunca llegan a rebasar la treintena, no se llega a dar ese momento. Pero sigo insistiendo en que el tono general es bastante depresivo.
Chip Zdarsky le ahorra a Peter los problemas económicos que toda la vida le han acuciado y que tanto lo acercaban al lector medio
Otro recurso que aparece por el discurrir de los años y cómo afecta ello a los superhéroes es que momentos históricos no han tenido el resultado que conocemos debido a la implicación de los superpoderosos en ellos. La historia cambia tal y como la conocemos. También la vida sentimental de Peter. Aunque se mantienen sus dos grandes amores, Gwen y Mary Jane, el destino es diferente al que recordamos. Debo decir que el de Gwen deja mucho que desear. Me quedo de lejos con el clásico a todos los niveles.
Sí es un acierto la descripción de lo que en realidad supondría mantener una vida familiar y una superheroica sin horario ni fin. Un desastre absoluto y desatención de tu familia, no hay otra.
Sí es un acierto la descripción de lo que en realidad supondría mantener una vida familiar y una superheroica sin horario ni fin. Un desastre absoluto y desatención de tu familia, no hay otra.
Es la defensa del tono elegido por Zdarsky: si queremos que el héroe envejezca, y que se ajuste a la realidad, la cosa no puede ser muy halagüeña. Pero debe haber un resquicio para la alegría en ese mundo. Se atisba algo al final, pero casi que te lo tienes que imaginar.
Los villanos que aparecen son de lo más clásicos, más que nada aquellos que parecen saber la identidad de Spider-Man, no dedicando tiempo a otros. También se reinterpretan grandes momentos de Spider-Man, como el traje simbionte, la Saga del Clon o Vida y Muerte de las Arañas.
Estamos ante un tomo muy remarcable y que debo reconocer que me ha gustado bastante. Pero ¿qué es lo que aleja a Spider-Man: Toda una Vida de ser una obra maestra, más que los altibajos del guión? Muy sencillo, el terrible dibujo de Mark Bagley. No me explico el nivel tan paupérrimo del mismo. Oscila entre lo regular y lo vergonzoso. Es muy difícil en ocasiones saber qué personaje es el que aparece, porque no se parecen a sí mismos, ni casi a nadie. ¿De verdad para una historia conmemorativa, con un guión por encima de la media, no tenían a nadie mejor? Es muy difícil de entender, la verdad.
El tomo es una buena opción si eres medianamente fan de Spidey, a pesar de algunas cosas que no me han fascinado. No es demasiado caro y merece ser releído en el futuro. Si tuviera otro dibujo a la altura, subiría varios entereos y se acercaría más a esa obra maestra que algunos defienden.
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