Estos días las plataformas aún tienen reservados algunos estrenos. Es el caso de Run. Creado por la misma guionista de Killing Eve, Vicky Jones, y con Phoebe Waller-Bridge como productora ejecutiva. La nueva propuesta trae siete episodios de una media hora escasa cada uno. La trama gira en torno a una pareja, Ruby (Merrit Wever) y Billy (Domhnall Gleeson), que retoman su relación de manera sorpresiva tras un espacio de varios años. Si bien se define en los medios como comedia, seguramente por la duración de los episodios, no es la mejor de las descripciones. Una vez visto el primer capítulo, ¿qué podemos decir de Run?
La serie se deja ver. Comienza con una escena con la que cualquiera podríamos identificarnos hasta hace poco: una mujer en un aparcamiento de un centro comercial abarrotado. Enfrascada en una conversación rutinaria, de repente recibe un breve mensaje en el móvil que le hace tomar una decisión drástica que rompe con su vida diaria.
Si bien se define en los medios como comedia, seguramente por la duración de los episodios, no es la mejor de las descripciones
La serie no desvela desde el principio qué es lo que sucede, dando margen a que nuestra imaginación vuele pensando qué es lo que puede haber detrás del aviso. Poco a poco, a través de las decisiones de Ruby, vamos encajando el puzzle del camino que la ha llevado hasta Billy. Tampoco aquí nos desvelan todas las cartas. He de decir que ir construyendo el misterio poco a poco es uno de los aciertos de la serie. Consiguen mantenerte intrigado con qué es lo que sucede, y manejan bien los tiempos. No abusan de tu paciencia, sino que van contando lo justo para que la serie avance.
UN VIAJE EN TREN ES EL NUEVO COMIENZO DE ESTA PAREJA |
La química entre los protagonistas no es abrumadora, sino más bien mundana. La elección de dos protagonistas de aspecto normal ayuda a crear esa impresión. Lejos de las bellezas de Hollywood que protagonizan casi todas las series, es bastante más fácil identificar a esta pareja como algo más cercano. Una historia de esas que suceden en tu bloque o a un compañero de trabajo.
¿Nos podemos creer esta historia, en la que se abandona las responsabilidades diarias en un parpadeo por una antigua ilusión? Resulta curioso que, debido al confinamiento que vivimos, nos resulte más extraño ver a gente tocándose, ir a un centro comercial, cogiendo un tren o un avión que una serie de zombies. En cuanto a la decisión de ambos, conozco casos de reencuentros en los inicios de Facebook donde se liaron la manta a la cabeza sin decir adiós a nadie, hijos pequeños incluídos, más de uno y más de una. Así que esta historia nos la podemos creer.
Los diálogos entre ellos tienen mejores y peores momentos. A veces son dinámicos, a veces nos cuesta entender por qué han tomado esa decisión. Algunas reacciones son también algo exageradas, pero podemos encajarlas en el tipo de personalidad de ambos personajes.
Ya hemos advertido que de comedia de situación no tiene nada. Mucho más cerca está de ello Breeders. Se ve con agrado y tiene un momento final lo suficientemente intrigante como para seguir sabiendo de esta pareja. De momento, me interesa saber hacia dónde van. El reto de la serie en los episodios venideros es seguir interesando en el desarrollo de su nueva historia en común. Veremos si lo consigue.
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