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Cuando Bruce Wayne Se Llamaba Bruno Díaz. Un Viaje Por Novaro. Reseña

La Editorial Novaro es bien conocida por todos aquellos que somos de habla hispana y que nos aficionamos a los cómics en los años 80. No sólo eso, sino que es inevitable que hayamos tenido en nuestras manos ejemplares de décadas incluso anteriores con muchos de nuestros personajes favoritos. La difusión de Novaro fue muy superior en Latinoamérica que en España. De hecho, es la principal responsable de que en Sudamérica se conozca más a DC Comics que a Marvel, al menos a nivel de venta de cómics. ¿Cuál es su historia? ¿Qué personajes publicaban? Cuando Bruce Wayne Se Llamaba Bruno Díaz. Un Viaje Por Novaro, de Diábolo Ediciones, se adentra en esos temas para reivindicar una editorial que modeló muchos de los recuerdos de nuestra infancia y que resultó clave para que a día de hoy sigamos coleccionando cómics.

Cuando Bruce Wayne Se Llamaba Bruno Díaz. Un Viaje Por Novaro

Los pepines o pequines son el nombre que tenían en los años cincuenta lo que aquí en España llamaríamos TBO por la misma causa. Tomaron el nombre de uno de sus publicaciones más populares. El libro de Jorge Gad —especialista en el cómic mexicano— nos cuenta cómo incluso muchos analfabetos podían disfrutar de las publicaciones a través de los dibujos. La familia mexicana Novaro fue clave para que estas publicaciones se popularizaran por América Latina, llegando por aquellos años a un público más amplio que otros medios más elitistas como la televisión o el cine. Comenzaron siendo conocidos como SEA, dando un aspecto mucho más vistoso y lujoso a las publicaciones para luego evolucionar a Novaro.

¿Qué es lo que publicaban? A lo largo de este exhaustivo libro —estamos ante una segunda edición ampliada—, podréis asombraros con la cantidad y variedad de publicaciones que llegaron a alcanzar. Para empezar, Disney. Eran muy populares por aquella época Goofy, al que llamaban Tribilín. O Pluto, traducido como Rover. Estos curiosos cambios se debían a que dependían en gran parte de los traductores que iban tocando, y a una ley de la época que prohibía nombres extranjeros para publicaciones y programas infantiles. Una de las cosas más asombrosas del tomo es descubrir los nombres con los que Novaro publicaba a nuestros personajes favoritos de siempre. Y de verdad que la lista es larga.


Los personajes animados de Warner Bros. también aparecieron por Novaro. El Conejo de la Suerte (Bugs Bunny) o muchos de los popularizados por Hanna-Barbera tuvieron su oportunidad con ellos, multiplicando su popularidad en una época en la que pocos disfrutaban de televisión. Por supuesto, DC Comics tenía un importante hueco en Novaro, mucho antes que Marvel, que recayó en editoriales como VID. En Marvel tuvieron que esperara casi al ocaso de la empresa para aparecer en ella. De ahí la mayor popularidad de los cómics DC en Latinoamérica, por encima de Marvel. En España, cuando Novaro llegó, tuvo que competir con editoriales tan potentes como Bruguera, y con un precio muy alto debido al coste de importarlos. Sin embargo, encontró su hueco hasta su cierre a mitad de los años ochenta del pasado siglo.

El viaje a través de la historia del cómic que supone este libro es impagable. Muchas de las propuestas que arrasaban en décadas pasadas hoy han desaparecido y nos parecerían ridículas. Dramas románticos de médicos, vidas ejemplares, personajes literarios... Todo esto demuestra la gran importancia del cómic como medio cultural a lo largo del tiempo. Una forma deliciosa de viajar a través del tiempo y descubrir que no hemos cambiado tanto como nos quieren hacer creer. Aunque nunca hayáis tenido un cómic de Novaro en vuestras manos, cosa que os recomiendo, seguro que aprenderéis y disfrutaréis descubriendo publicaciones inimaginables en estos tiempos que corren.

Cuando Bruce Wayne Se Llamaba Bruno Díaz. Un Viaje Por Novaro, por Jorge Gard
Diábolo Ediciones
Formato: rústica, 360 págs. color
Precio: 25,95 €

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