La plataforma Amazon Prime no es de las que más estrenos ofrece al mes. Su negocio obviamente es otro, y está primando intentar ofrecer calidad sobre cantidad. El muy publicitado estreno de Good Omens (Buenos Presagios), basada en el libro de Neil Gaiman, es la segunda colaboración de la plataforma con el autor británico tras American Gods. A diferencia de aquella, con un tono algo más tétrico y depresivo, en Good Omens prima la diversión con clase y el optimismo, sin abandonar el mundo de la fantasía de los dioses y demonios. ¿Merecen la pena los seis capítulos de esta serie?
Cuando una serie se anuncia demasiado, a veces es más por su falta de calidad que por otra cosa. Sin embargo, en este caso, afortunadamente no es así. Seguramente habéis visto anuncios de esta serie por todas partes, aunque no acaba de quedar muy claro en ellos qué nos ofrece. Good Omens junta a David Tennant (Jessica Jones, Doctor Who) y a Michael Sheen (Masters of Sex) interpretando a un demonio, Crowley, y un ángel, Aziraphale, respectivamente. Ambos se conocen desde el principio de los tiempos. Literalmente. Entre ellos se entabla una curiosa amistad mientras, supuestamente, van cumpliendo su misión entre los hombres a lo largo de los siglos. De repente, la plácida existencia que llevan de infiltrados entre nosotros, se ve alterada por la inminente llegada del anticristo, que llevará a cabo la destrucción total de la Tierra. Dado el apego que ambos seres por el planeta, para nada compartido por sus respectivos supervisores, deciden evitar dicha catástrofe como puedan. El problema es que desde el nacimiento del niño, comprueban que no va a ser tan fácil.
Los diálogos entre ambos son de lo más irónicos y divertidos. A pesar de que parezca que ambos personajes son los grandes protagonistas, la serie se va abriendo a un grupo más coral a medida que avanzan los episodios. El problema es que son precisamente esos secundarios los responsables de que la serie vaya decayendo en interés. Me sobran algunos momentos protagonizados por ellos, y sus interacciones no alcanzan por lo general la chispa de Crowley y Aziraphale.
GOOD OMENS APENAS NECESITA NADA MÁS QUE ESTOS DOS. SE SALEN, COMO SIEMPRE |
Los saltos en el tiempo donde vamos conociendo como se ha ido forjando la amistad entre Aziraphale y Crowley son una delicia. Hubiera preferido más de esto en vez de tanto secundario y tanto niño sabiondo tan poco creíble.
La ironía con la que se trata la similitud entre una multinacional y el mundo celestial, entre otras cuestiones, es tronchante. También de lo más irreverente, aviso para los más sensibles. Sin embargo, la serie va perdiendo fuelle a medida que avanzan los episodios. No voy a criticar la tremenda inverosimilitud con la que pasa el tiempo, no estamos hablando de una serie formal en ese sentido. Sí lo absurdo que me resulta la resolución de todo, desmereciendo el comienzo de la serie. Pienso que la historia no está bien cerrada, se habría merecido algo más épico y menos facilón. De todas formas, considero que para mucha otra gente esto no será un problema.
Buenos Presagios tiene un aspecto eminentemente británico, algo muy común en los autores nacidos en las islas, como es el caso de Gaiman. Desde las ciudades donde se desarrolla la acción presente hasta la elección de los actores. Aunque, dado el carisma y personalidad que ambos suelen tener, es raro que no se hagan con más papeles principales en cualquier serie.
Si bien la serie se habría beneficiado de algún episodio menos, a pesar de ser solo seis, no deja de ser una aventura con clase que merece que le deis un buen y atento visionado. Por supuesto, en versión original. Además, está avalada por aquellos que han leído el libro, algo que siempre suele ser buena señal. Una razón más para pagar el abono a Amazon Prime Video.
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