La ciencia ficción es un género tan antiguo como el cine. De hecho, uno de los primeros cortos de Georges Méliès, quizás el más conocido, ya abordaba un hipotético viaje a la Luna allá por 1902. Desde entonces, el género ha evolucionado, tomando, a veces, derroteros muy extraños. Películas tan psicodélicas como Dune (1984), de David Lynch, Una Mirada a la Oscuridad (2006), de Richard Linklater, o La Fuente de la Vida (2006) de Darren Aronofsky, son algunos ejemplos de largometrajes que es mejor ver, digamos, fumados. En este post vamos a sugerirte ver películas tan o más extrañas que las citadas, pero con un elemento en común: mejor disfrutar de ellas con un buen canuto.
2001: Una Odisea del Espacio (1968)
Si hubiese que elegir a la mejor película de ciencia ficción de la historia, posiblemente muchos escogeríamos el film de Stanley Kubrick. Adelantada a su tiempo en más de un sentido, 2001: Una Odisea del Espacio aborda un tema tan crucial como controvertido, el del impulso evolutivo del hombre gracias a una todopoderosa inteligencia extraterrestre. Una de sus primeras escenas, la de la aproximación de la lanzadera del Dr. Heywood Floyd (William Sylvester) a la estación espacial que orbita la Tierra, ya invita a relajar la mente con una buena infusión de marihuana.
Sin embargo, la escena psicodélica por excelencia de la película de Kubrick es el viaje que el astronauta David Bowman (Keir Dullea) emprende al entrar en contacto con el Monolito de Júpiter. Miles de colores saturados se funden e interactúan para representar, posiblemente, cómo sería un viaje por el hiperespacio. En definitiva, un vórtice de luces y colores alienígenas capaces de hacer volar la consciencia del espectador hasta el infinito, casi sin necesidad de echar mano de ninguna hierba.
Origen (2010)
También británico como Kubrick, Christopher Nolan es uno de esos realizadores capaces de hacer saltar los resortes de la realidad con sus historias. Antes de la también psicotrópica Interstellar (2014), en 2010 el director inglés nos sorprendía con un film cuyo guion, del propio Nolan, era casi tan estimulante como un buen viaje. A veces creo, sinceramente, que Nolan escribe sus guiones fumado. ¿Cómo explicar argumentos tan locos como ladrones de sueños o gente eternamente atrapada en sus pesadillas, incapaces de despertar? Eso, y mucho más, nos cuenta esta excelente película.
Si hay que elegir solo una, la escena en la que vemos doblarse la ciudad sobre sí misma merece figurar entre las visiones más alucinantes producto del mejor cannabis. Y si ha sido cultivado por ti mismo con los kits de Tecnocultivo, mejor que mejor. En definitiva, un largometraje visionario sobre una de las drogas más potentes que podemos probar: nuestros propios sueños.
Zardoz (1974)
Película postapocalíptica con guion y dirección de John Boorman (Excalibur, 1981) e interpretada por Sean Connery, quien se pasa casi todo el metraje vistiendo un taparrabos. La cinta gira en torno a una sociedad dividida entre seres superiores, los "elegidos", y los inferiores, los "brutales", dominados por aquellos mediante una colosal efigie volante. Si la premisa de la historia y la forma de contarla ya son psicotrónicas, no lo es menos el look de su protagonista. Botas altas, cartucheras cruzadas sobre el pecho, taparrabos rojo, pelo largo recogido en una trenza y un gran bigotón al más puro estilo mariachi. Oro puro.
Con un envoltorio extravagante y bizarro, aunque extrañamente cautivador, el film de Boorman pretendía lanzar ser una alegoría sobre la sociedad, quizás de forma algo obvia. Zardoz es un producto de su época, los 70, evocadora y extraña a la vez, ideal para degustar entre calada y calada de marihuana
Tron (1982)
Aunque no te lo creas, Disney demostró hace ya algunos años tener agallas para apostar por películas originales, imaginativas y arriesgadas. Pero para ello nos tenemos que remontar a los años 80, con producciones tan interesantes como El Dragón del Lago de Fuego (1981), Oz, un Mundo Fantástico (1985) o El Vuelo del Navegante (1986), entre otras joyas. Tron es una de ellas, una rara avis que se ha convertido en un film de culto por su alucinante diseño de producción, por ser el primer largometraje que usa masivamente el CGI y por un argumento inspirado directamente por la marihuana.Solo la escena de las motos de luz ya vale su visionado, sin contar, por supuesto, los flipantes diseños de escenarios, máquinas y personajes, surgidos de talentos tan preclaros como Syd Mead (Blade Runner, Star Trek: la Película) o Jean Giraud "Moebius". A continuación, una perla que no pudimos ver en la versión final de la película, la escena de amor eliminada entre Tron (Bruce Boxleitner) y Yori (Cindy Morgan).
El Planeta Salvaje (1973)
No podía finalizar esta pequeña selección de filmes para ver fumado sin mencionar El Planeta Salvaje, de René Laloux y Roland Topor. Este fantástico largometraje animado, ganador del Premio Especial del Jurado de Cannes de 1973, nos sitúa en un futuro lejano en el que los humanos, los "oms", han sido esclavizados y llevados al planeta de los gigantes Draags. Los pocos humanos que han logrado escapar viven de forma salvaje, pero bajo la amenaza constante de los Draags y la bizarra fauna y flora del planeta.La película, marcadamente surrealista, bebe de fuentes tan variopintas como el universo de Dalí o Chirico, todo ello sazonado con la fértil imaginación de Topor y la genialidad de un animador tan extraordinario como Laloux. Si crees que El Planeta Salvaje merece ser vista con un buen pitillo de cannabis entre los dedos, no te pierdas sus cortometrajes ni sus otras dos películas, Masters of Time (1982) y Gandahar (1987).
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