Sin duda alguna, la reedición de El Planeta de los Simios es uno de los títulos que con más ansia esperaban los aficionados al cómic clásico. Ahora, gracias a la colaboración entre la editorial estadounidense Boom! Studios y Panini Cómics, llega a España por fin la esperada colección en formato de lujo y cuidadosamente restaurada. Tras largos años, en los que parecía que nunca íbamos a tener la oportunidad de volver a disfrutar del magazine en blanco y negro que Marvel publicó bajo su sello Curtis entre los años 1974 y 1977, por fin vemos recopiladas aquellas historias en una edición como se merecen. Pero ¿cuál fue el origen de aquellos cómics?
Estrenada el 15 de junio de 1973, la película Batalla por el Planeta de los Simios (Battle for the Planet of the Apes) había puesto punto y final a las aventuras cinematográficas iniciadas cinco años antes, en 1968. Tras cinco películas, la saga llegaba a su fin, aunque solamente para dar el salto a la pequeña pantalla, como serie de imagen real así como en formato animado. Ambas series tuvieron un corto recorrido. La serie de imagen real de la CBS solo duró catorce episodios antes de ser cancelada, mientras que la serie animada de la NBC, titulada Regreso al Planeta de los Simios, solo alcanzó los trece capítulos.
Sin embargo, los fans de los personajes surgidos de la imaginación del escritor galo Pierre Boulle querían más. Mientras que la franquicia cinematográfica parecía muerta y enterrada, al igual que las series televisivas, los seguidores de la franquicia simia tenían otras alternativas para desahogar sus ansias. Fue la editorial Marvel la que supo aprovechar el tirón aún existente lanzando un magazine en blanco y negro con nuevas aventuras basadas en los personajes y situaciones de las películas. Junto a las historietas, artículos relacionados con las películas y series completaban cada revista.
En este primer tomo (de cuatro) de la recopilación, titulado Terror en el Planeta de los Simios, se recoge el principal arco argumental publicado en las páginas del magazine de Marvel. La historia, con guion de Doug Moench (Master of Kung Fu, Batman), arquitecto del proyecto, se publicó en quince de los veintinueve números que duró la colección, quedando inconclusa cuando esta se canceló en 1977. El argumento que Moench ideó para el hipotético número treinta de la colección puedes leerlo en los contenidos extra del volumen que edita Panini.
Sin duda alguna, la reedición de El Planeta de los Simios es uno de los títulos que con más ansia esperaban los aficionados al cómic clásico
Por tanto, estamos ante un volumen que recoge de manera completa las historias de Doug Moench que se publicaron salteadas en distintos números de la colección El Planeta de los Simios. Esta elección, aunque no hará felices a algunos de los seguidores más integristas de los cómics de El Planeta de los Simios, es la más lógica. De este modo, el arco argumental imaginado por Moench cobra pleno sentido, disfrutándose mucho más que si se hubiera publicado intercalado con otros cómics, tal y como Marvel hizo originalmente en los setenta en su magazine.
En Terror en el Planeta de los Simios seguimos las aventuras del humano Jason y Alex, su amigo simio. Tras enfrentarse con un grupo de supremacistas simios, los padres de Jason son asesinados, teniendo este que huir junto a su amigo Alex a la ignota Zona Prohibida. Allí vivirán peligrosas y extravagantes aventuras, conociendo extrañas criaturas y entablando amistad con sujetos tan curiosos como Steely Dan, Lighsmith y su gibón Gilbert o la bella gitana Malagueña, entre otros.
El Planeta de los Simios imaginado por el guionista Doug Moench se aparta enseguida de lo visto en las películas. Moench toma de aquí y allá conceptos, situaciones y personajes de la saga y los trasplanta a su propio mundo, un paisaje postapocalíptico demencial donde cualquier cosa puede tener cabida. Desde mutantes hasta gorilas cyborgs, pasando por simios alados y cerebros gigantes, cualquier invención valía para hacer avanzar la trama. Los elementos más extravagantes del cómic pulp se dan cita en las páginas de Terror en el Planeta de los Simios, dando el guionista muestras de una imaginación desbordante que parecía por aquellos entonces lejos de agotarse.
Estamos, por tanto, ante un nuevo universo que aprovechaba el potencial de las películas y series, pero sin las limitaciones de estas. En esta colección el único límite era la imaginación de Moench... y tenía mucha. Es una lástima que la colección se cerrara en su vigésimo novena entrega, ya que el creador de el Caballero Luna aún tenía mucho que decir a los lectores más adultos de Marvel.
El Planeta de los Simios imaginado por el guionista Doug Moench se aparta enseguida de lo visto en las películas
Otro de los aspectos destacables de esta colección son sus dibujos. Realizados con una maestría sobresaliente por artistas como Mike Ploog, Tom Sutton o Herb Trimpe, entre otros, las viñetas en blanco y negro del magazine de Marvel destilaban acción y espectacularidad a raudales. El blanco y negro, adornado con tramas y sombreados, alcanza aquí la categoría de arte con mayúsculas. En 1975, Marvel lanzaría un comic book con material de la revista coloreado, concretamente el que adaptaba las dos primeras películas, alcanzando así a un público más joven distinto al de las publicaciones de Curtis.
Como he dicho más arriba, la presente edición no contiene los artículos sobre las películas que se incluían en la colección original. Sí se incluyen sus espectaculares y llamativas portadas, realizadas por ilustradores como Bob Larkin, Gray Morrow o Malcolm McNeill, magníficos profesionales y en gran medida responsables del gran éxito de las colecciones para adultos de Marvel de los setenta. La presentación y el epílogo del tomo corre a cargo de Rich Handley, todo un experto en franquicias como El Planeta de los Simios, Star Trek o Star Wars, entre otras.
En mi post 10 Cómics Marvel Clásicos que Merecen una Reedición en España, El Planeta de los Simios figuraba entre los elegidos. Finalmente, mi reivindicación ha sido satisfecha, al menos en lo que respecta a esta colección. Para ser sincero, la admiración hacia estos cómics tiene más de componente nostálgico que otra cosa, lo que no niega su indudable calidad artística. Leer de nuevo las páginas de El Planeta de los Simios ha supuesto para mí revivir aquellos lejanos días en los que, tras salir de clase, me acercaba al quiosco de la esquina en busca de mi ración semanal de tebeos. Allí, en los polvorientos estantes, me esperaban colecciones como El Planeta de los Monos, editada en España por Vértice, cómics que podías leer en casa y devolverlos al quiosquero tras pagar solo diez o quince pesetas. Las cincuenta pesetas que costaba cada número todavía eran demasiado para un colegial de apenas diez o doce años...
Como he dicho más arriba, la presente edición no contiene los artículos sobre las películas que se incluían en la colección original. Sí se incluyen sus espectaculares y llamativas portadas, realizadas por ilustradores como Bob Larkin, Gray Morrow o Malcolm McNeill, magníficos profesionales y en gran medida responsables del gran éxito de las colecciones para adultos de Marvel de los setenta. La presentación y el epílogo del tomo corre a cargo de Rich Handley, todo un experto en franquicias como El Planeta de los Simios, Star Trek o Star Wars, entre otras.
En mi post 10 Cómics Marvel Clásicos que Merecen una Reedición en España, El Planeta de los Simios figuraba entre los elegidos. Finalmente, mi reivindicación ha sido satisfecha, al menos en lo que respecta a esta colección. Para ser sincero, la admiración hacia estos cómics tiene más de componente nostálgico que otra cosa, lo que no niega su indudable calidad artística. Leer de nuevo las páginas de El Planeta de los Simios ha supuesto para mí revivir aquellos lejanos días en los que, tras salir de clase, me acercaba al quiosco de la esquina en busca de mi ración semanal de tebeos. Allí, en los polvorientos estantes, me esperaban colecciones como El Planeta de los Monos, editada en España por Vértice, cómics que podías leer en casa y devolverlos al quiosquero tras pagar solo diez o quince pesetas. Las cincuenta pesetas que costaba cada número todavía eran demasiado para un colegial de apenas diez o doce años...
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