Siempre me ha resultado sorprendente la poca relevancia de esta historia en lo que a Batman se refiere. Pudiera ser que a mí me impresionara mucho cuando la leí, porque era de las primeras historias que compré del personaje. A pesar de eso, cientos de historias despues, me sigue impresionando por su calidad. Aprovechando que acaba de ser reeditada por ECC Ediciones, voy a explicar por qué me parece tan buena. Batman: Justicia Ciega celebraba el 50 aniversario del personaje, y vaya si lo hizo dignamente.
El guionista de la película Batman (Tim Burton, 1989), Sam Hamm, recibió la oferta de hacer un cómic sobre el personaje. El hombre, antes de comenzar, hizo una pregunta a los editores, la misma que todos nos hemos hecho alguna vez: ¿sabe James Gordon quien se oculta tras la máscara del murciélago? La respuesta es la misma que sospechamos los lectores: es posible. Esa idea será clave a lo largo de esta compleja y apasionante historia. El Batman de Justicia Ciega es uno especialmente obsesivo y solitario. No hay más batfamilia que el pobre Alfred. No hay la menor referencia a Robin ni casi te imaginas que pueda existir en este mundo. Las escenas en las que sufre continuas pesadillas no hacen más que confirmar esta visión. Ser Batman es aquí maldición autoimpuesta, sobre la que no tiene poder de decisión alguna Bruce Wayne.
La joven y bella Jeannie Bowen acude a Bruce Wayne en busca de ayuda para encontrar a su hermano perdido. Éste accede a ayudarla, alojándola incluso en su casa. Desde Empresas Wayne están haciendo unas investigaciones que afectaran de lleno tanto a Batman como a Bruce Wayne.
Esto va dando paso a una trama que tiene consecuencias imprevisibles, a la vez que fantásticas. El pasado de Bruce acude a su presente para complicarle la vida como nunca hubiera esperado. Estamos ante un Batman dispuesto a todo para sacar adelante su misión. Es más, pocas veces hemos visto a un Batman tan egoísta, dispuesto a sacrificar a quien necesite para salir adelante. Hamm acude a Empresas Wayne como fuente del conflicto, lo cual es lógico. Una gran multinacional es origen de muchos problemas y manipulaciones, algo que un Bruce Wayne tan centrado en ser Batman, descuida en demasía. Pocos autores aprovechan esto, y es una pena.
¿OS RECUERDA A ALGUIEN ESE MATÓN? |
Ni siquiera la posibilidad de vivir un romance hace ablandarse a Wayne. Gordon es aquí el contrapunto al disparate de Batman, que posiblemente ha llegado demasiado lejos en su misión. Una curiosa voz de la conciencia que cae en saco roto. El Batman más manipulador, que tira la piedra y esconde la mano, está muy presente.
Uno de los villanos que debe enfrentar Batman, aunque es esta una historia mucho más centrada en la investigación y la corrupción que en los puños, recuerda poderosamente a Bane. Dado que esta historia es anterior a dicho personaje, quizás inspiró en algo al mismo. Además, reconoceréis a otros personajes y escenas que han sido utilizadas en versiones cinematográficas del personaje, todo un logro para ser un guionista puntual.
¿Todo es fantástico en Justicia Ciega? El dibujo reconozco que nunca me ha gustado mucho. Es un estilo que tendrá sus seguidores, pero no me encuentro entre ellos. Me va más el dibujo estilizado, y no esas continuos surcos en las caras que avejentan y entristecen a los personajes. Tampoco se puede decir que mantenga homogéneo el aspecto de unos personajes a otros, ni entre ellos mismos. Otro dibujante habría elevado esta historia mucho más. Un apena que Denys Cowan no se luciera en esta historia.
En definitiva, un tomo que no debe faltar si os gustan las buenas historias autoconclusivas en vuestras estanterías.
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