La película que parecía que tardaría una eternidad en llegar ya ha sido estrenada. Aquaman, dirigida por James Wan (Insidious), era prácticamente la última esperanza de que el Universo DC en el cine pudiera continuar, o al menos eso les gusta decir a los críticos. Se les olvida a la mayoría de ellos que el gran público no distingue Marvel de DC, ni les importa. Buscan películas de superhéroes que les aporten lo que van buscando por lo general: emoción, escenas espectaculares y diversión. Y, a pesar de lo que muchos hubieran deseado, Aquaman cumple estos objetivos con creces.
La película comienza con el verdadero origen del héroe: contando cómo se conocieron sus padres. Nicole Kidman representa estupendamente a Atlanna, la reina fugada de Atlantis que encuentra el amor en el farero Tom Curry (Temuera Morrison). Rápidamente, porque tampoco nos hace falta más de lo que vemos, pasamos a uno de los puntos fuertes de la película, la acción. Me han resultado divertidas algunas críticas que no entienden que haya tanta acción en una película de superhéroes. Entendería que se quejaran en una de Woody Allen. Deberían caer en la cuenta de que las películas heroicas sin acción lo que hacen es escatimar presupuesto. Es la acción uno de los elementos que buscamos. Sí parecen muy conscientes de que es un producto DC (algo que recuerdan constantemente) y no Marvel. De ahí que para el público, en Rotten Tomatoes haya un 86 % de aceptación, por encima de la pésima Black Panther (ya le dimos estopa en nuestra crítica) y para los críticos un roñoso 64 %. El error de no poner Marvel al principio se paga caro.
Aquaman no ejerce de héroe más que si se cruza la oportunidad, de ahí que cometa un error tipo Spider-Man en sus comienzos, que también tendrá sus consecuencias. No es este un Aquaman que se parezca mucho en el carácter al del cómic. Si este último tiene un carácter más regio, serio e introvertido, aquí Jason Momoa recuerda a los héroes de acción de los años ochenta. Chulesco, pero con fondo noble. Si bien aprecie más al de los cómics, reconozco que con Batman ya tienen esa personalidad cubierta, y que Aquaman es una buena oportunidad para ofrecer otra cosa, más tras la aceptación del personaje en Liga de La Justicia. Afortunadamente, les ha salido bien.
Una de las cosas más sorprendentes de Aquaman es, sin duda, los efectos especiales. No solo está alejada de la sensación de película-videojuego. El problema de hacer que buena parte de la acción suceda bajo el agua, se resuelve con imágenes llenas de belleza, tanto en la estética de Atlantis como en la elegancia de los movimientos. Las capas y cabelleras flotando suavemente, la forma en la que se deslizan los personajes... ¿Alguien ha visto alguna vez algo igual? Yo desde luego no. Si habría agradecido un mejor vistazo al día a día de los atlantes, pero es algo bastante normal que obvien esas explicaciones en este tipo de películas. Tampoco la explicación de la existencia de los cuatro reinos acuáticos queda bastante clara. Para descubrirlo tendrás que leer el excelente cómic, Aquaman: Las Crónicas de Atlantis, de Peter David y el gran artista español Esteban Maroto.
La exposición del gran presupuesto de la película se nota todo el metraje. Gran variedad de escenarios, el lujo del vestuario, escenas de acción apabullantes... Si muchos se quejaban de que Liga de La Justicia parecía un videojuego, y me temo que en algunas escenas era así, aquí no he tenido esa sensación. Hoy día, sorprender es complicado y lo han conseguido.
En cuanto a la trama y el tono de la misma, han optado por dos líneas argumentales principales. Una tiene que ver con Black Manta, enemigo personal de Aquaman, y el otro con la herencia del trono y los planes de su hermanastro Orm (Patrick Wilson). Debo reconocer que absorbe bastante la trama real, y me olvidé un poco de Black Manta, que parece que tendrá más importancia en la segunda parte. Sin embargo, espero que mejoren el poco carisma e interés que ha resultado tener en esta cinta. En cuanto al humor, no me ha parecido excesivo para nada, no entiendo que lo destaquen como si fuera una comedia.
La pareja formada por Arthur y Mera (Amber Heard) se lleva su tiempo en concretarse. Yo habría agradecido algo más de calidez entre ellos. Sin embargo, recuerdan gratamente a parejas de acción de los años ochenta, y no falta el homenaje a aventuras clásicas como Indiana Jones. Sobra decir que Mera no es la típica chica comparsa, aunque debo decir que bastante más romántica me parece la historia del padre y Atlanna. Se agradece ese aporte de optimismo, y sería interesante saber que pasa con ellos más adelante. Por otro lado, dados los tiempos que vivimos, las referencias a la contaminación del mar y contra el racismo están presentes, pero no de una manera machacona y pesada, sino con sentido.
Aquaman ofrece todo lo que podemos pedirle y más. Una prueba concisa de que el Universo DC tiene una gran variedad de opciones que ofrecer y que si juega bien sus cartas, como parece que está haciendo, puede ganar el favor del público sin renunciar a su esencia.
En cuanto a las comparaciones con las películas de Thor, resultan bastante risibles. Lo poco que vimos de Asgard palidece ante la grandeza de Atlantis. Sólo porque tengamos dos hermanos enfrentados y un reinado por medio, se han animado a compararlas por sistema. Qué vamos a hacer si no dan para más... Que lo hagan si quieren, pero que tengan la decencia de decir que Aquaman gana por goleada. Desde luego, no se han dedicado a escatimar escenas lujosas como han hecho casi siempre en Thor.
Aquaman se parece a Aquaman, aportando algo nuevo al cine de superhéroes, aunque no tanto al cine de aventuras. La elección de canciones pop bastante conocidas para la banda sonora (bueno, faltaba Atlantis is Calling, de Modern Talking) aporta optimismo a la cinta, suponemos que para alejar a los héroes DC del halo de tristeza que muchos se empeñan en adjudicarle. Un soplo de aire fresco que resulta raro, eso sí, al estrenar en invierno y no en verano, más propio para el baño de agua. Salvando lo extraño que resulta tanta frescura con chaquetones en el cine.
Warner sigue apostando por actores de renombre para sus producciones, en este caso con Willen Dafoe como Vulko, un personaje clave en la vida de Arthur, y con la ya mencionada Nicole Kidman. No parece una película Marvel, ni falta que le hace. Hay opciones para que cada casa de superhéroes haga sus propias apuestas con sus ideas y que, si como en este caso las cosas están bien hechas, las disfrutemos y le demos la bienvenida. Parece que Aquaman ha venido para quedarse vistas la abultada recaudación que lleva cosechada.
EL REY ORM NO ESTA MUY CONTENTO CON SU HERMANASTRO |
Una de las cosas más sorprendentes de Aquaman es, sin duda, los efectos especiales. No solo está alejada de la sensación de película-videojuego. El problema de hacer que buena parte de la acción suceda bajo el agua, se resuelve con imágenes llenas de belleza, tanto en la estética de Atlantis como en la elegancia de los movimientos. Las capas y cabelleras flotando suavemente, la forma en la que se deslizan los personajes... ¿Alguien ha visto alguna vez algo igual? Yo desde luego no. Si habría agradecido un mejor vistazo al día a día de los atlantes, pero es algo bastante normal que obvien esas explicaciones en este tipo de películas. Tampoco la explicación de la existencia de los cuatro reinos acuáticos queda bastante clara. Para descubrirlo tendrás que leer el excelente cómic, Aquaman: Las Crónicas de Atlantis, de Peter David y el gran artista español Esteban Maroto.
La exposición del gran presupuesto de la película se nota todo el metraje. Gran variedad de escenarios, el lujo del vestuario, escenas de acción apabullantes... Si muchos se quejaban de que Liga de La Justicia parecía un videojuego, y me temo que en algunas escenas era así, aquí no he tenido esa sensación. Hoy día, sorprender es complicado y lo han conseguido.
En cuanto a la trama y el tono de la misma, han optado por dos líneas argumentales principales. Una tiene que ver con Black Manta, enemigo personal de Aquaman, y el otro con la herencia del trono y los planes de su hermanastro Orm (Patrick Wilson). Debo reconocer que absorbe bastante la trama real, y me olvidé un poco de Black Manta, que parece que tendrá más importancia en la segunda parte. Sin embargo, espero que mejoren el poco carisma e interés que ha resultado tener en esta cinta. En cuanto al humor, no me ha parecido excesivo para nada, no entiendo que lo destaquen como si fuera una comedia.
DIFÍCIL NO RECORDAR PELÍCULAS CLÁSICAS DE AVENTURAS CON ESTE PAR |
La pareja formada por Arthur y Mera (Amber Heard) se lleva su tiempo en concretarse. Yo habría agradecido algo más de calidez entre ellos. Sin embargo, recuerdan gratamente a parejas de acción de los años ochenta, y no falta el homenaje a aventuras clásicas como Indiana Jones. Sobra decir que Mera no es la típica chica comparsa, aunque debo decir que bastante más romántica me parece la historia del padre y Atlanna. Se agradece ese aporte de optimismo, y sería interesante saber que pasa con ellos más adelante. Por otro lado, dados los tiempos que vivimos, las referencias a la contaminación del mar y contra el racismo están presentes, pero no de una manera machacona y pesada, sino con sentido.
Aquaman ofrece todo lo que podemos pedirle y más. Una prueba concisa de que el Universo DC tiene una gran variedad de opciones que ofrecer y que si juega bien sus cartas, como parece que está haciendo, puede ganar el favor del público sin renunciar a su esencia.
En cuanto a las comparaciones con las películas de Thor, resultan bastante risibles. Lo poco que vimos de Asgard palidece ante la grandeza de Atlantis. Sólo porque tengamos dos hermanos enfrentados y un reinado por medio, se han animado a compararlas por sistema. Qué vamos a hacer si no dan para más... Que lo hagan si quieren, pero que tengan la decencia de decir que Aquaman gana por goleada. Desde luego, no se han dedicado a escatimar escenas lujosas como han hecho casi siempre en Thor.
ATLANTIS NO ES EL ÚNICO REINO BAJO EL MAR |
Aquaman se parece a Aquaman, aportando algo nuevo al cine de superhéroes, aunque no tanto al cine de aventuras. La elección de canciones pop bastante conocidas para la banda sonora (bueno, faltaba Atlantis is Calling, de Modern Talking) aporta optimismo a la cinta, suponemos que para alejar a los héroes DC del halo de tristeza que muchos se empeñan en adjudicarle. Un soplo de aire fresco que resulta raro, eso sí, al estrenar en invierno y no en verano, más propio para el baño de agua. Salvando lo extraño que resulta tanta frescura con chaquetones en el cine.
Warner sigue apostando por actores de renombre para sus producciones, en este caso con Willen Dafoe como Vulko, un personaje clave en la vida de Arthur, y con la ya mencionada Nicole Kidman. No parece una película Marvel, ni falta que le hace. Hay opciones para que cada casa de superhéroes haga sus propias apuestas con sus ideas y que, si como en este caso las cosas están bien hechas, las disfrutemos y le demos la bienvenida. Parece que Aquaman ha venido para quedarse vistas la abultada recaudación que lleva cosechada.
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