La Amiga Estupenda, de HBO. Episodios 1x01 y 1x02. La Critica

HBO está buscando su nueva Juego de Tronos. Tras la fallida y confusa Westworld, que ha caído en audiencia en su segunda temporada, ahora lo intenta con La Amiga Estupenda, que adapta la tetralogía Dos Amigas, escrita bajo el pseudónimo de Elena Ferrante. Cada libro será desarrollado en una temporada de ocho episodios, y no se han escatimado medios para llevar las novelas a la televisión. Desgraciadamente, vistos los dos primeros episodios, no parece que ese esfuerzo rinda en pantalla todo lo que debería.

La historia comienza con Elena, (Lenù) Greco, ya anciana, decidiendo escribir la historia de su vida junto a su amiga Lila. Esto nos lleva a Nápoles, a mediados del siglo pasado, cuya recreación ha supuesto la construcción de catorce edificios. Antes de investigar sobre este hecho, ya tenía la impresión de que estaba ante un escenario de atrezzo. Dudo muchísimo que en Italia no haya edificios de esa época que se pudieran haber utilizado Y, si no los tienen, aquí en España sí. El vestuario sigue el mismo camino, dando la sensación de que llevan ropas buenas y nuevas que pretenden ser viejas. Os garantizo que a principios de los 80 se realizaban en España series que adaptaban novelas de Galdós con muchísimo menos presupuesto, y parecía que hubiera sido rodado en el mismo siglo XIX. El equipo técnico no parece estar a la altura de las expectativas de tantos lectores de esta saga. Lo anterior no sería demasiado importante si no fuera porque la narrativa y las situaciones representadas también llevan impregnado ese aire a impostado.

ELENA (ELISA DEL GENIO) Y LILA (LUDOVICA NASTI) CENTRAN LA SERIE AL COMPLETO

Para empezar, no se entiende que haya una voz en off cada dos por tres diciendo obviedades que ya están siendo mostradas en pantalla. No estoy en contra de las voces en off por sistema, pero si es para decir lo mismo que me están contando las imágenes, no tiene sentido. O no confían en lo que están mostrando, o me toman por idiota. Ninguna opción me parece buena. Por si la monótona voz en off no fuera bastante engorro, la lentitud con la que se desarrolla cada situación llega a ser exasperante. No importaría tampoco si la belleza de las imágenes compensara, pero no lo hace. Como ya he indicado, el equipo técnico no es brillante. Pierden mucho el tiempo mostrando a los niños haciendo actividades en clase, en momentos alargados que deberían ser tensos y rápidos. Da la sensación de que hay que rellenar. Seguramente, cada libro da para menos de ocho episodios, que parece ser lo que adaptará cada temporada, y no han encontrado otra manera de cumplir la exigencia.

No se entiende que haya una voz en off cada dos por tres diciendo obviedades que ya están siendo mostradas en pantalla

Otro punto flaco de la serie son las actuaciones infantiles. No es que las niñas lo hagan mal, hacen muy bien lo que les piden: que se comporten como ancianas. Es asombrosa la cantidad de veces que Elena se queda mirando al infinito, recreándose la cámara en simples planos acercándose poco a poco a la niña. ¿Qué niño hace eso, ni ahora ni nunca? En esa época, y hasta probablemente los años 80, los niños se criaban en la calle. Corriendo, jugando en pandillas, gritando, riendo, cuidando los mayores de sus hermanos pequeños... Aquí están todos metidos en casa, como si tuvieran videojuegos, y las calles están limpias y vacías. La recreación en ese sentido no es buena tampoco. Mejora algo en el segundo episodio, pero la sensación de ver extras con las distancias medidas todo el tiempo no se desvanece. 

CARTEL PROMOCIONAL (POCO AFORTUNADO) DE LA SERIE

Debieran haber cuidado mucho más todas estas cosas, ya que los niños saben abstraerse bastante bien de un mal ambiente y jugar y disfrutar con lo que tienen. Están en Italia, donde la gente es alegre por naturaleza en tiempos mucho peores que los mostrados. Tampoco están en guerra, son clase obrera de la época, pero aquí todos van amargados como si estuvieran en un campo de concentración. Las relaciones familiares son demasiado obvias y unidimensionales, no están bien transmitidas. 

La fascinación de Elena por Lila se basa en silencios y miradas lánguidas, que para nada pertenecen a la infancia. Una niña con un carisma especial como la que debe representar Lila, lo primero que hace es hablar mucho, y ser expresiva.  Es el medio que tienen los críos, a falta de poder ejercer otro tipo de fascinación económica o social. La clase obrera representada en esa época era mucho más solidaria de lo que nos representan. Si bien la pobre viuda hubiera sufrido burlas por sus actos, también tendría el apoyo de sus vecinas para no dejarla sola por si se hacia ella algo o a sus hijos. Si esto es culpa del libro o de la serie, lo desconozco. 

QUE UNA NIÑA ESTUDIARA EN ESA ÉPOCA SE CONSIDERABA FUERA DE LO NORMAL

Es una pena, porque en mi caso, me gusta especialmente esta época de la historia y tenía ganas de ver esta serie. No se puede decir que sea mala, pero creo que falla a la hora de enganchar al espectador, al menos por ahora. Espero que mejore cuando las niñas crezcan y den más juego con sus vidas personales. Al menos eso parece ocurrir en los libros. Hay buenas intenciones en esta serie y ganas de hacerlo bien, pero algo ha fallado en el resultado final. A una serie de estas dimensiones y presupuesto se le debe exigir más que a otras menos ambiciosas, pero no atrapa como otras más modestas. Representar la infancia es bastante complicado, lo contaminamos siendo adultos. Sospecho que reducir los episodios de una hora o casi a unos 40 minutos habría hecho maravillas por esta serie.

Quizás más adelante mejore lo suficiente como para seguir viendo más episodios. No lo descarto, pero por ahora espero a que eso ocurra para lanzarme sobre ella al completo. Eso sí, como fenómeno de masas, me temo que no tiene futuro alguno.