Uno de los autores de cómics más famosos de la actualidad es sin duda Tom King. El antiguo agente de la CIA, actual responsable de la colección principal de Batman, tiró de su experiencia profesional para El Sheriff de Babilonia. Dicha obra puso a este autor en el punto de mira, a través del sello Vertigo, cuya función es precisamente esa: dar oportunidades a autores de cómics para que experimenten con mayor libertad. Este caso es sin duda uno de sus mayores éxitos, que ECC Ediciones recopila ahora de manera integral, para poder disfrutarla al completo.
Estamos en el año 2004. La presencia norteamericana en Irak tras la caída de Saddam Hussein es algo que hay que saber presentar al lector occidental. King, alejado de buenos y malos, nos presenta a Christopher Henry. La misión de este agente es preparar a la futura policía de Bagdad para instaurar el orden. Es aparentemente un hombre bastante decente y bienintencionado que, alejado de panfletos, se preocupa de dejar el lugar mejor que estaba. De repente, uno de los nacionales a su servicio es asesinado. Si bien donde estamos situados esto no tendría la menor importancia, para él si la tiene. Su investigación para ver qué sucedió será la guía de esta apasionante y dura historia.
Tom King huye de estereotipos y de buscar culpables o inocentes en esta obra. Prefiere centrarse en los personajes y en las motivaciones y psicología de cada uno. Una tarea bien difícil, ya que los medios nos imponen unos estereotipos de lo que sucede en aquellas tierras que son difíciles de desterrar. Esta obra sin duda ayuda a ello. No hay diferencia entre la familia de Nassir y la idea que tenemos en occidente de una familia feliz. Su mujer, Fátima, es posiblemente el personaje que más simpatías genera al lector, o al menos ese ha sido mi caso. La conversación que tiene con Christopher nos lleva a pensar que King ha vivido un momento parecido en el ejercicio que ha decidido adaptar. No olvidemos que King insiste en que esta historia no es real, pero la verosimilitud de lo expresado en ella posiblemente beba de experiencias allí vividas.
PRIMERO DE LOS DOS TOMOS QUE CONTIENE ESTE INTEGRAL |
King se centra en los personajes protagonistas, no extendiéndose en temas de política interna o en la sociedad civil. Si toca más el tema de los tejemanejes norteamericanos, retratando sin piedad a aquellos que se benefician sin pensar en los daños a la población inocente. Las pinceladas a algunos momentos cotidianos son suficientes para hacerse una idea de la devastación producida. También muestra que el régimen anterior tampoco era jauja precisamente. Se agradece la falta de aleccionamiento y posicionamiento.
Sofía es otro punto fuerte del cómic. Es original y poliédrica, en la encrucijada de vengar su origen y su educación norteamericana. La misión que desea y la que otros otros le encomiendan. Su sufrimiento personal está magistralmente tratado, marcándose King otro acierto en un tema que otros tocan de pasada. Como si fuera tan fácil.
Poco a poco vamos averiguando que es lo que pasó, y quién está detrás. Hay más víctimas, no sólo las que perecen junto a las bombas. La reacción de uno de los personajes os lo recordará por siempre.
En El Sheriff de Babilonia hay grandes momentos de tensión, pero la lectura no se ampara excesivamente en ellos. Fascina más por la naturalidad de los diálogos y el retrato de las relaciones humanas. Por ello no veo justo compararlo con la primera temporada de la serie televisiva Homeland, aquello iba de otra cosa.
En cuanto al dibujo, llamarlo extraordinario es quedarse corto. Mitch Gerads hace un retrato inmejorable de cada personaje, cada expresión, sentimiento, matiz... Usa los colores como gran escenario, algo muy conveniente si estamos en el desierto. Sin embargo, no creáis que se queda en los marrones y ocres, esto da para mucho más.
No me atrevo a daros más pistas, porque se trata de que lo descubráis vosotros. Alejaos de prejuicios y descubrid por qué este es uno de los cómics más sonados de los últimos años.
Tom King huye en esta obra de estereotipos y de buscar culpables o inocentes. Prefiere centrarse en los personajes y en las motivaciones y psicología de cada uno
Poco a poco vamos averiguando que es lo que pasó, y quién está detrás. Hay más víctimas, no sólo las que perecen junto a las bombas. La reacción de uno de los personajes os lo recordará por siempre.
En El Sheriff de Babilonia hay grandes momentos de tensión, pero la lectura no se ampara excesivamente en ellos. Fascina más por la naturalidad de los diálogos y el retrato de las relaciones humanas. Por ello no veo justo compararlo con la primera temporada de la serie televisiva Homeland, aquello iba de otra cosa.
LA CONCLUSIÓN DE LO LEÍDO SE ALEJA DEL TÍPICO CASO DE ASESINATO |
En cuanto al dibujo, llamarlo extraordinario es quedarse corto. Mitch Gerads hace un retrato inmejorable de cada personaje, cada expresión, sentimiento, matiz... Usa los colores como gran escenario, algo muy conveniente si estamos en el desierto. Sin embargo, no creáis que se queda en los marrones y ocres, esto da para mucho más.
No me atrevo a daros más pistas, porque se trata de que lo descubráis vosotros. Alejaos de prejuicios y descubrid por qué este es uno de los cómics más sonados de los últimos años.
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