Los seguidores habituales de Batman que bordeen la cuarentena saben de sobra que los años 80 no fueron buenos para los fans españoles. La publicación de las colecciones de DC Comics era errática, y muchas cosas quedaban en el tintero, algo que Marvel no sufrió gracias a la editorial Forum. Esto ha sido clave para que España se considere un país marvelita, pues DC no tuvo quien lo representara en esos años. Por este motivo, la publicación en dos tomos coleccionables de Segundas Oportunidades por parte de ECC Ediciones es motivo de celebración. Esta etapa no había sido publicada en España, salvo algún número puntual, a pesar de que lo que aquí sucede sigue marcando la realidad del Hombre Murciélago.
Comenzamos con una historia en la que quien tiene el manto de Robin es Jason Todd. Pero no es el Todd que conocemos. La marcha de Dick Grayson a los Titanes hizo que, con el tiempo, los directivos de DC reclamaran un nuevo Robin para Batman. Dado que Marv Wolfman y George Pérez no querían soltar a un personaje que habían hecho crecer, pensaron en crear otro Robin. La ocurrencia no pudo ser más burda, otro chico que venía de un circo y cuyos padres eran asesinados. Este disparate fue afortunadamente corregido en la renovación que supuso Batman Año Uno, que se publicó originariamente entre el 404 y 407 de la colección de Batman, precisamente los números que faltan en este volumen. Por eso coinciden ambos Jason Todd en el mismo tomo.
La marcha de Dick Grayson a los Titanes hizo que, con el tiempo, los directivos de DC reclamaran un nuevo Robin para Batman
Los casos a los que se enfrenta Batman son bastante pegados a la tierra; robos, villanos clásicos... Sin embargo, están muy desarrollados y se nota el esfuerzo que le supone a Batman vencerlos. Se disfruta la ausencia de violencia gratuita y ese toque naif y esperpéntico. Para muestra, la extravagante parafernalia del Joker.
También se presta atención a la vida personal de Bruce Wayne, que en estos momentos sale con Vicky Vale, una de las amantes más importantes de Batman (en este post repasamos las más importantes). La pobre debe lidiar con sus famosas ausencias y frustrarse con ellas. Además, no es ninguna fan de Batman, algo que Bruce no lleva demasiado bien.
El debate acerca de la figura de Batman se incrementa cuando los medios de comunicación son testigos de un violento enfrentamiento entre Robin (Dick Grayson) y El Joker. El riesgo que el joven corre hace que Batman tome una decisión radical. Sin embargo, poco después sucederá el famoso momento en el que un joven huérfano, Jason Todd, roba los neumáticos del batmóvil. Si bien muchos han considerado este momento ridículo, debido a la gran seguridad que tiene dicho vehículo, en esta historia se da una perfecta explicación a lo ocurrido. Es destacable lo bien desarrollado que está todo y como los acontecimientos van derivando en distintas consecuencias.
A través de una aparente samaritana que no es lo que parece, Todd y Batman van entrelazando sus caminos. Es más, tras comprobar Batman que el chico tiene aptitudes, y que no tendrá otra oportunidad como esa en la vida, decide darle el puesto de Robin. Ya en este número vemos al chico en acción. Éste descubre la relación de Dos Caras con la muerte de su padre, algo que se ha respetado en cómics posteriores.
El debate acerca de la necesidad de un Robin lo enciende Alfred Pennyworth, que no acaba de entender semejante cambio de opinión. Dick no participa en esta decisión, y las consecuencias de ello se verán en el próximo tomo. La presentación del nuevo ayudante al Comisario Gordon es hilarante. Ya en este tomo entra en acción, y vamos viendo sus aciertos y errores, así como el alto listón que dejó Dick Grayson. También tendrá la oportunidad de demostrar cuál es su verdadero carácter, aunque aún está alejado de los retratos más duros de Jason Todd que veremos más adelante.
El guionista principal, Max Allan Collins, aunque no suene tanto como otros, se preocupa, y mucho, de dar un desarrollo natural a los acontecimientos. Tenemos casos que se resuelven en un número, pero a la vez disfrutamos de subtramas que van avanzando como nuestras propias vidas. El dibujo está a cargo de artistas con un estilo parecido. Tengo debilidad por Jim Starlin o Don Newton, pero nombres menos conocidos, como Chris Warner o Denys Cowan, también hacen un buen trabajo.
Lo único desafortunado del tomo es el nombre, ya que sería mejor una traducción menos literal y que diera más pistas de lo que incluye la trama. Batman: Segundas Oportunidades no debería faltar en ninguna buena colección de cómics de Batman que se precie de serlo. Os garantizo que lo releeréis varias veces.
UN MOMENTO QUE SE RESISTÍA AL LECTOR ESPAÑOL...HASTA AHORA |
El debate acerca de la figura de Batman se incrementa cuando los medios de comunicación son testigos de un violento enfrentamiento entre Robin (Dick Grayson) y El Joker. El riesgo que el joven corre hace que Batman tome una decisión radical. Sin embargo, poco después sucederá el famoso momento en el que un joven huérfano, Jason Todd, roba los neumáticos del batmóvil. Si bien muchos han considerado este momento ridículo, debido a la gran seguridad que tiene dicho vehículo, en esta historia se da una perfecta explicación a lo ocurrido. Es destacable lo bien desarrollado que está todo y como los acontecimientos van derivando en distintas consecuencias.
A través de una aparente samaritana que no es lo que parece, Todd y Batman van entrelazando sus caminos. Es más, tras comprobar Batman que el chico tiene aptitudes, y que no tendrá otra oportunidad como esa en la vida, decide darle el puesto de Robin. Ya en este número vemos al chico en acción. Éste descubre la relación de Dos Caras con la muerte de su padre, algo que se ha respetado en cómics posteriores.
El debate acerca de la figura de Batman se incrementa cuando los medios de comunicación son testigos de un violento enfrentamiento entre Robin (Dick Grayson) y El Joker
El debate acerca de la necesidad de un Robin lo enciende Alfred Pennyworth, que no acaba de entender semejante cambio de opinión. Dick no participa en esta decisión, y las consecuencias de ello se verán en el próximo tomo. La presentación del nuevo ayudante al Comisario Gordon es hilarante. Ya en este tomo entra en acción, y vamos viendo sus aciertos y errores, así como el alto listón que dejó Dick Grayson. También tendrá la oportunidad de demostrar cuál es su verdadero carácter, aunque aún está alejado de los retratos más duros de Jason Todd que veremos más adelante.
El guionista principal, Max Allan Collins, aunque no suene tanto como otros, se preocupa, y mucho, de dar un desarrollo natural a los acontecimientos. Tenemos casos que se resuelven en un número, pero a la vez disfrutamos de subtramas que van avanzando como nuestras propias vidas. El dibujo está a cargo de artistas con un estilo parecido. Tengo debilidad por Jim Starlin o Don Newton, pero nombres menos conocidos, como Chris Warner o Denys Cowan, también hacen un buen trabajo.
Lo único desafortunado del tomo es el nombre, ya que sería mejor una traducción menos literal y que diera más pistas de lo que incluye la trama. Batman: Segundas Oportunidades no debería faltar en ninguna buena colección de cómics de Batman que se precie de serlo. Os garantizo que lo releeréis varias veces.
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