La idea de juntar a unos cuantas de parejas que tienen cierta amistad en un camping es la trama principal de esta serie cuyo piloto acaba de ofrecer HBO en su plataforma online. Es la versión americana de la serie británica del mismo nombre del año 2016. Si de protagonistas tenemos a nombres como Jennifer Gardner, que genera tantas simpatías, David Tennant, o Juliette Lewis, la cosa se pone interesante. Una vez visto este primer episodio, ¿qué podemos decir de Camping?
Lamentablemente, el interés de la serie se desperdicia porque no sabe sacar partido a nada de lo que tiene. Para empezar, la pareja protagonista no podría ser más esterotipada: Kathryn (Gardner) forma matrimonio con Walt (David Tennant). No entendemos que semejante actorazo se haya ofrecido a interpretar este papel de marido tonto y apocado. De hecho, el nivel de sutileza de esta serie te lo da el vestuario elegido para quien fuera Doctor Who. Me pregunto dónde han comprado ropas tan ridículas en pleno 2018.
Kathryn es la típica esposa fría y controladora de todo su entorno y vive pendiente de su Instagram donde pretende ofrecer guía a cierto tipo de madres. Las situaciones que pretenden ser divertidas no lo son. Que algo sea exagerado, como la reacción de ella al escuchar ruidos fuera de la tienda de campaña, no lo hace risible. Y es la carta principal a la que apuesta esta serie: situaciones esperpénticas buscando la sonrisa del espectador, encontrando tedio en su lugar.
La pareja protagonista no podría ser más esterotipada: Kathryn (Jennifer Gardner) forma matrimonio con Walt (David Tennant)
Ninguna de las parejas que van llegando aporta mucho más a la reunión. De hecho, lo poco que vemos de Kathryn hace difícil creer que nadie compartiera con ella ningún viaje. Sobre todo, porque el exacerbado egoísmo del que hace gala ya habrá causado estragos en sus círculos más íntimos como para querer repetir experiencia.
No falta la separación de última hora donde uno de los invitados se presenta, por supuesto, con la típica loca, Jandice (Juliette Lewis). Eso sí, el nivel de las locuras es este: "las farmacéuticas nos engañan, las vitaminas podemos sacarlas de los alimentos". Francamente, me merecen mucho más respeto la idea anterior que los guiones de la inefable Lena Dunham (Girls). Esta chica, en mi opinión, difícilmente habría tenido las oportunidades que ha tenido si no fuera hija de gente bien establecida en Hollywood. Encima, se permite el lujo de describir cualquier matrimonio como un desastre absoluto, mostrando a todos sus integrantes como agotados y malhumorados, sin tener edad ni experiencia para saber de lo que habla. De ahí que caiga en errores como que una tarada como Kathryn pueda ir mangoneando al resto como si estuviera en un campamento infantil, que parece la referencia de la Dunham, y no con personas adultas que optimizan su escaso tiempo y dinero.
CON ESAS EDADES, DONDE SE VA UNO ES A UN BUNGALOW... |
Si bien pretenden ser muy abiertos de mente en estos tiempos, me resulta curioso que se muestre el desnudo de una mujer, pero no el de ningún hombre. Las cosas que suceden no están bien llevadas, nadie reacciona con un mínimo de lógica (no van al médico ante una herida considerable), y no hay química alguna entre los personajes.
Poco más esperaría yo de esta serie, y mira que tenía ganas de verla, y cuando pueda veré la británica. Seguramente las sutilezas y verosimilitud que aquí faltan allí abunden. Posiblemente, eso convencería a los actores que aparecen en la versión americana. No los culpo en absoluto de lo fallido de esta apuesta, que se cae por los malos diálogos y la dirección.
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