Nacido en 1907, Lyon Sprague de Camp fue uno de los escritores norteamericanos de ciencia ficción y fantasía más relevantes de la década de los 40 y 50 del pasado siglo. Sus relatos y novelas sobre Conan el Bárbaro y la era Hyboria, así como otras obras más enmarcadas en la ciencia ficción, como la excelente Que no Desciendan las Tinieblas (1939) todavía conservan suficiente interés y atractivo como para rivalizar con lo que actualmente se escribe dentro de estos géneros. De Camp también fue un solvente biógrafo. Entre sus biografías más relevantes se encuentran, precisamente, la de Robert E. Howard, creador del guerrero cimmerio, y la de Howard Phillips Lovecraft, libro este último que intentaré reseñar en el presente post.
De Camp no llegó a conocer a Lovecraft en vida. Aunque podrían haber coincidido debido a que compartían amistades comunes dentro del mundillo de escritores fantásticos norteamericanos del primer tercio del siglo XX. Sin embargo, el prematuro fallecimiento en 1937 de El Solitario de Providence, como era conocido por su círculo de amigos, debido a un tardíamente diagnosticado cáncer de colon hizo que estos dos grandes autores de lo fantástico nunca llegaran a encontrarse.
El estudio que Sprague de Camp dedica a Lovecraft es monumental. El autor neoyorquino se basa tanto en testimonios de personas que lo conocieron como en las más de 100.000 misivas que escribió durante su corta vida. De hecho, estas cartas son más esclarecedoras acerca de la vida y obra de Lovecraft de lo que podrían haber sido entrevistas realizadas en persona al propio autor de Providence. Como se menciona varias veces en la biografía, de no haber dedicado tanto tiempo y esfuerzo a la epístola, el legado narrativo de Lovecraft habría sido muchísimo mayor.
Pero no fue el excesivo amor del célebre escritor por escribir cartas a su círculo de amigos (más amplio de lo que los tópicos sobre este autor siempre nos han empujado a pensar) lo que más dañó su carrera literaria. De Camp, con una prosa sencilla, directa, pero muy disfrutable, comienza su obra escarbando entre las raíces de los problemas que acuciaban a Lovecraft desde su más tierna edad. Una madre dominante y excesivamente acaparadora, un padre con serios problemas mentales muerto a los pocos años de nacer su hijo y unas tías y abuelos maternos que lo sobreprotegieron y mimaron de pequeño más de lo debido... Todo ello se unió en un cóctel mortal que atenazó y limitó el normal desarrollo emocional y social del joven Lovecraft, condicionando toda su vida adulta.
EL PEQUEÑO HOWARD (VESTIDO COMO UNA NIÑA) JUNTO A SU PADRES |
La labor de De Camp para arrojar luz sobre las sombras que rodean la figura de Lovecraft es verdaderamente encomiable. El biógrafo, alejándose de tópicos, ideas preconcebidas, y haciendo gala de una gran objetividad, mira en la distancia al literato enmarcándolo en su tiempo, en el contexto social, cultural, político y económico de la Providence de principios del siglo XX. De Camp denomina en su obra a la clase social a la que pertenecía Lovecraft como "americanos viejos", es decir, la clase dominante de la sociedad de la época, sobre todo en los estados del sur y en otros como el propio Rhode Island. Por supuesto, el pensamiento de esta rancia clase privilegiada estaba dominado por el clasismo, el racismo y todo un catálogo de lacras morales que, en aquellos tiempos, no solo no estaban mal vistas, sino que eran opiniones ampliamente aceptadas. Entonces, ¿era Lovecraft un racista?
De no haber dedicado tanto tiempo y esfuerzo a la epístola, el legado narrativo de Lovecraft habría sido muchísimo mayor
De la lectura de la obra de De Camp saco varias conclusiones. Lovecraft siempre ha cargado con el estigma de ser un personaje poco menos que racista y misógino. Sin embargo, De Camp deja claro que ese pensamiento era normal en la clase social y el lugar donde se había criado. Por ello, y siguiendo el razonamiento que De Camp hilvana en su libro, el creador de Cthulhu solo fue un autor que, recluido en su juventud, alimentó el ya imperante racismo de su entorno con su autoimpuesto aislamiento, la ausencia de una formación reglada y ciertas lecturas equivocadas que fueron cayendo en sus manos.
Tal y como relata De Camp en su texto, Lovecraft era un hombre de extremos. De su desprecio por las por él denominadas "razas inferiores" (¿os suena este término de algunos de sus relatos?) pasó, en pocos años, a respetar e, incluso, a admirar a personas judías o afroamericanas. Sus opiniones, en sus inicios encendidas y furibundas, se vuelven más matizadas en sus misivas más tardías. Todo en Lovecraft se suaviza con los años, no solamente su racismo inicial. De este modo, de ser un apasionado defensor del Imperio Británico y del poder germánico, basculó al extremo opuesto del péndulo llegando a alabar una especie de socialismo de corte liberal, llegando a simpatizar con el bando republicano en la Guerra Civil Española, en la que murieron tantos compatriotas suyos.
SR. Y SRA. LOVECRAFT POSANDO SONRIENTES |
El autor relata etapas tan interesantes de la vida del maestro del horror cósmico como su matrimonio con Sonia Greene, precisamente de religión judía. Desde el inicio fue un matrimonio fallido, obviamente por el excesivo apego de Lovecraft hacia su ciudad natal y por las pesadas cargas psicológicas y emocionales que lastraban su personalidad. Además, pensaba que un caballero de la vieja Providence como él no podía trabajar como no fuera en alguna profesión digna, lo que limitó enormemente sus posibilidades de contribuir al sostenimiento de la economía familiar.
De Camp no olvida situar la producción literaria de Lovecraft en el contexto de las diversas etapas de su vida. De esta manera, el lector de esta biografía puede tener una perspectiva más amplia acerca de sus relatos y qué circunstancias de la vida del autor de Providence dejaron huella en sus narraciones. ¿Sabías que Lovecraft odiaba el pescado, el marisco y, en general, cualquier alimento marino? A ello se debe quizás que en sus cuentos y novelas cortas la mayoría de criaturas monstruosas surgidas de su fértil imaginación proceden, viven o tienen características físicas que recuerdan a los animales del océano. Del mismo modo, el racismo que le consumió en su primera parte de de su vida es lo que propició que en sus relatos aparecieran tan a menudo subhumanos híbridos con seres preternaturales de insondables abismos submarinos.
El autor relata etapas tan interesantes de la vida del maestro del horror cósmico como su matrimonio con Sonia Greene
La edición de Editorial Valdemar de Lovecraft: Una Biografía es un grueso tomo de mil páginas, contando las páginas dedicadas a notas y los índices. Traducida por Francisco Torres Oliver, la obra de De Camp constituye, en sí, una apuesta arriesgada porque, si bien Lovecraft es un autor que goza de gran popularidad, su vida personal sigue sumida en las sombras para el gran público. Raro, misógino, inadaptado, racista, clasista, enfermo, homófobo, son algunos de los clichés que surgen en cualquier conversación entre dos personas poco informadas sobre quién fue Lovecraft en realidad. Más allá de los Mitos de Cthulhu, de sus narraciones de ciencia ficción o de sus cuentos oníricos y dunsanianos se encontraba una persona de extraordinaria cultura, adquirida mayormente de manera autodidacta y muy amiga de su amigos. Lovecraft, según el retrato que de él hace De Camp, era un excelente conversador, un ser amable y cordial que pasaba de estar sentado en un rincón al inicio de las reuniones con sus amigos a ser el alma de la fiesta... y ello sin probar una sola gota de alcohol, ya que era abstemio.
Este libro no está pensado para aquellos que busquen encontrar un significado esotérico y oculto a las narraciones de Lovecraft. Más bien se centra en arrojar luz sobre las motivaciones, anhelos y deseos de un hombre sencillo que tomó muchas decisiones equivocadas en su corta vida, muchas de ellas relacionadas directamente con su actividad literaria. De Camp no entra demasiado en qué se basó Lovecraft para crear a Nyarlathotep o al dios idiota Azathoth, sino en diseccionar su vida intentando explicarnos por qué ha llegado a erigirse en uno de los escritores norteamericanos más influyentes del siglo XX. Por eso, recomiendo este volumen no solo a fanáticos del escritor de Providence, sino a cualquiera mínimamente interesado en ahondar en las grandes figuras de la literatura en general. Sin duda, un libro para leer (y releer) con detenimiento, con el que conocer al creador de un rico panteón de seres, personajes y conceptos que influyeron, y seguirán influyendo, en la literatura de horror y ciencia ficción.
4 Comentarios
Buenas.. yo tengo entendido que esta biografía es muy socorrida por ser de las pocas que hay en español y que sin embargo "ataca" a la figura del maestro Lovecraft dejándolo no muy bien parado.
ResponderEliminarEs una biografía que no hace concesiones, ya que saca a la luz las miserias, errores y problemáticas de alguien como Lovecraft. Pero no se recrea en esos elementos y, lo que considero más acertado, los pone en contexto. Una delicia de libro para entender mejor a un autor por muchos malinterpretado. Gracias por comentar.
EliminarMuchas gracias, le echaré un ojo a futuro ya que actualmente estoy inmerso en la biografía que sacó Roberto Garcia-Alvarez (también muy esclarecedora) y yendo por la mitad no quiero mezclar cosas. ¿Sabes si alguna editorial ha sacado la biografía escrita por Joshi en español?
EliminarMagus, había noticias de que el libro I Am Providence iba a ser publicado en castellano por la editorial Aurora Dorada, pero, que yo sepa, aún no lo han sacado. Habrá que recurrir a la edición en inglés... Saludos.
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