Con este tomo, ECC Cómics inicia la solicitada recopilación en tomos de tapa dura de la etapa de Renacimiento relativa a Batman. Y, si hay un nombre ligado a Renacimiento y Batman, ese es Tom King, autor de los guiones de una etapa que ya lleva dos años de andadura. El reto de King era heredar el Batman de Scott Snyder respetando lo sucedido en Los Nuevos 52, pero dando un nuevo giro al personaje. King, que venía de escribir Grayson, con más éxito de crítica que de público, se hizo cargo de la colección más vendida del personaje más rentable de DC, y además con regularidad quincenal en vez de mensual. ¿Qué nos vamos a encontrar en este primer tomo?
El primer número supone la transición de Snyder, que también participa en el guión, a King. Por tanto, nos encontramos con el protagonismo de un personaje, Duke Thomas, que afortunadamente se desvanecerá más adelante. No hay nada que haga Duke que no pueda hacer Alfred, que tiene en King a uno de sus mejores retratistas. El humor que desprende cada comentario del mayordomo se agradece. También su relación con Bruce, muy bien tratada, transmitiendo la relación padre-hijo que es la que mejor definiría a ambos personajes. Duke, en cambio, es un personaje carente de sentido por mucho que Snyder creyera que la batfamilia necesitaba más miembros.
Otra característica heredada, que me temo permanecerá mas tiempo, es la idea de un Batman superpoderoso enfrentado a amenazas de dimensiones colosales que pueden suponer la extinción de Gotham, como el caso del Hombre Calendario, transformado de payaso a criminal terrorífico, como tantos otros. A pesar de eso, King se las apaña para ofrecer enfrentamientos de menor calado más acordes con un personaje que no tiene superpoderes.
Otra característica heredada, que me temo permanecerá mas tiempo, es la idea de un Batman superpoderoso enfrentado a amenazas de dimensiones colosales que pueden suponer la extinción de Gotham, como el caso del Hombre Calendario, transformado de payaso a criminal terrorífico, como tantos otros. A pesar de eso, King se las apaña para ofrecer enfrentamientos de menor calado más acordes con un personaje que no tiene superpoderes.
Sin embargo, a pesar de estos puntos impuestos por sí mismo o por otros, King demuestra bien pronto que tiene bien pensado lo que quiere hacer con su Batman y cómo va a ir estructurando dicha etapa. Lejos de hacer historias autoconclusivas sin apenas relación, la relectura de Yo Soy Gotham me ha hecho darme cuenta de semillas que han visto su fruto bastante más adelante, con mayor o menor acierto.
YO CAMBIARÍA LA FRASE "YO SALVARÉ GOTHAM" POR "A VER QUÉ PUEDO HACER" |
Desde el primer número que King guioniza solo, el segundo, ya da muestras de que quiere darle un enfoque más emocional a Batman. Los personajes que crea, Gotham Girl y Gotham, son buena muestra de ello. El retrato que hace de estos héroes, tomándose el tiempo necesario para que lleguemos a conocerlos y a empatizar así con sus vidas y motivaciones, es algo que celebro. He leído algunas críticas a estos personajes, pero no me parecen justas. Están a años luz del ya mencionado Duke, cuyos talentos se me escapan. Al menos estos dos tienen superpoderes.
La identificación del propio Batman con ellos está muy bien llevada, y el destino de los chicos también. Empezamos a aterrizar gracias a King acerca de las consecuencias de los actos, de que no todo puede ser reversible.
En cuanto a su relación con Gordon, sigue muy presente, aunque afortunadamente nada nos recuerda que hasta hace bien poco éste interpretaba el papel de Batman. Ya se nota que King intenta despegarse en lo posible de Snyder y sus giros esperpénticos. A pesar de lo anterior, sigue siendo por momentos un Batman algo sobrado que se cree invencible y la única solución a los ataques a Gotham. Hay mejores formas de impresionar sin caer en lo vulgar. Vemos algo de labor detectivesca, pero no al nivel de las historias que de verdad han tenido en cuenta esta parte.
En cuanto a su identidad secreta, no estaría mal que volviera a preocuparse un poco en ocultar que Bruce Wayne es Batman. Según lo visto aquí, hasta un ciego lo vería, algo que King debe cuidar bastante más ya que tanto esfuerzo ha puesto en recuperar la vida personal de Bruce Wayne.
A VECES, NO SE PUEDE AYUDAR CON PUÑOS Y TEC NOLOGÍA |
En cuanto al dibujo, se nota que han ido a por lo mejor. Que te cambien a Finch por Janin no es un gran problema. Ya indiqué que la cara de Wayne parece el propio Grayson algo más mayor, pero el resto es bastante espectacular. Grandes viñetas que se han convertido en salvapantallas, el nuevo uniforme... No creo que nadie eche de menos a Greg Capullo a pesar de su gran trabajo, la verdad. El dibujo aquí apoya totalmente el guión, engrandeciéndolo sobremanera.
Un buen punto de partida este tomo que, a pesar de que yo adore un Batman más clásico, soy consciente de que los nuevos tiempos requieren otras características que atrapen a más público nuevo sin olvidar a los más veteranos. Quizás eso explica el exceso de violencia que tan común se ha vuelto. La evolución de lo que leemos va cada vez a más, conformando una lectura consistente y bien construida. Consigue aportar nuevos elementos y emocionar por momentos, sin ignorar por ello algunas cosas menos satisfactorias. Es una lectura muy recomendable tanto para quienes tienen curiosidad para acercarse a la actualidad de Batman, sin más, como para los que llevamos años siguiendo sus aventuras.
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