Gracias a la gentileza de Netflix, hemos podido visionar los primeros cinco capítulos de la segunda temporada de Jessica Jones. La variedad de series basadas en personajes Marvel que ya pueblan la oferta de dicha plataforma de streaming hace que podamos esperar lo mejor, como The Punisher o Daredevil, o decepciones como Puño de Hierro. La primera temporada de Jessica Jones fue, en general, muy bien aceptada, por no hablar de que presentó uno de los mejores villanos de Marvel, Zebediah Killgrave, El Hombre Púrpura, interpretado por David Tennant. El listón estaba bien alto a este respecto, ya que todos sabemos cómo terminó el enfrentamiento entre ambos. Tras la miniserie de Los Defensores, donde la identidad secreta de Jessica se hizo pública y todo el mundo supo que tenía superpoderes, ¿qué tal se ha dado esta segunda temporada en su primera mitad?
Para los que se quejan de la edulcoración de personajes, pueden estar tranquilos. Jessica sigue siendo ella, alejada de cualquier amabilidad y dominada por sus demonios internos. La brusquedad de la chica sigue siendo su marca de la casa, pero dejando ver una sensibilidad interior cuyo mérito se debe a la actriz que la interpreta, Krysten Ritter.
El argumento de esta segunda temporada ronda la cuestión del pasado de Jessica, surgiendo nuevos enemigos a batir. Los secundarios de la primera temporada adquieren aquí más protagonismo. Esto evidencia en parte que quizás se ha alargado la cosa más de la cuenta. Malcolm (Eka Darville), el vecino y amigo de Jessica, demuestra una paciencia infinita con ella, ahora que han estrechado su relación. El nuevo personaje que aparece en su vida, Óscar (J. R. Ramírez), casero de su edificio, por ahora se hace algo forzado y tópico, no me parece una gran incorporación. En cuanto a la abogada, Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss), también tiene que enfrontar dilemas personales que encauzarán con la problemática de Jessica que, como suele ser habitual, se ve obligada a investigar lo que sucedió más por las circunstancias que por propia voluntad. Por otro lado, Trish (Rachael Taylor), quizás ha resultado algo excesivo cómo esta ha enfrentado sus problemas personales y sentimentales, y la manera de volcarse en una investigación hasta unos límites preocupantes y peligrosos para su vida, tanto laboral como personal.
El argumento de esta segunda temporada ronda la cuestión del pasado de Jessica, surgiendo nuevos enemigos a batir. Los secundarios de la primera temporada adquieren aquí más protagonismo. Esto evidencia en parte que quizás se ha alargado la cosa más de la cuenta. Malcolm (Eka Darville), el vecino y amigo de Jessica, demuestra una paciencia infinita con ella, ahora que han estrechado su relación. El nuevo personaje que aparece en su vida, Óscar (J. R. Ramírez), casero de su edificio, por ahora se hace algo forzado y tópico, no me parece una gran incorporación. En cuanto a la abogada, Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss), también tiene que enfrontar dilemas personales que encauzarán con la problemática de Jessica que, como suele ser habitual, se ve obligada a investigar lo que sucedió más por las circunstancias que por propia voluntad. Por otro lado, Trish (Rachael Taylor), quizás ha resultado algo excesivo cómo esta ha enfrentado sus problemas personales y sentimentales, y la manera de volcarse en una investigación hasta unos límites preocupantes y peligrosos para su vida, tanto laboral como personal.
JESSICA TENDRÁ MUCHOS PROBLEMAS... COMO SIEMPRE |
Dependiendo de lo que os interesen estos secundarios la serie os satisfará más o menos, pero ya advierto que el enemigo a batir por ahora no me parece a la altura del de la anterior temporada, primero porque era muy difícil, y segundo porque resulta bastante más difuso. Sin embargo, a través del mismo parece que conoceremos respuestas a cuestiones que quizás no pensábamos ni que tuvieran una explicación.
La acción no es la base de esta serie, que se centra bastante más en las personalidades y tribulaciones de los protagonistas que en la espectacularidad de sus escenas. Vemos a Jessica haciendo uso de sus habilidades, pero no estamos al nivel de lo visto en The Punisher o Daredevil. La fortaleza de esta serie está en otro lado. Si que ha supuesto un gran cambio, y no para mejor, en lo que a Jessica se refiere, que su identidad secreta ahora sea pública. Sin embargo, no todo va a ser negativo al respecto.
LOS AMIGOS DE JESSICA SERÁN IMPRESCINDIBLES ESTA TEMPORADA |
De momento, y vistos solo cinco capítulos de los trece que componen esta nueva temporada, es una digna continuación de la anterior, con sus giros y sorpresas, pero con un reparto más coral que aquella. Pareciera esta una serie poco abierta al optimismo, que le gusta profundizar en las tragedias de los distintos personajes, sin poner límites a la dureza de lo que cuentan, pero evitando escenas escabrosas. Y es que a veces, Jessica resulta mucho más dura que el propio The Punisher, con el que comparte la tragedia de haber perdido a toda su familia.
Un viaje a los orígenes que ayuda de momento a entender más a Jessica y una amenaza que va in crescendo, a la espera de saber como rematarán las historias que tenemos abiertas casi a mitad de temporada. De momento, recomiendo que os subáis al carro de esta nueva temporada el próximo 8 de marzo, como no, en Netflix.
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