Como amante de los Elseworlds (Otros Mundos) de DC Comics, puede que no sea demasiado objetivo al reseñar este cómic. Ver a los superhéroes de siempre inmersos en situaciones y mundos alternativos siempre me ha fascinado, tanto en las colecciones What if de Marvel como en los Elseworlds de su Distinguida Competencia. Sin embargo, hay que admitir que la mayoría de estas historias no pasan de ser entretenidos experimentos especulativos intrascendentes en los que los autores no están atados a los grilletes de la continuidad oficial, salvo honrosas excepciones. Este cómic es una de esas salvedades tanto por su excepcional calidad gráfica como por sus originales historias.
La primera de las historias del volumen publicado por ECC Ediciones está guionizada por Alan Grant y, como todas las contenidas en el tomo, ha sido dibujada por Enrique Alcatena. Titulada Batman de Arkham (The Batman of Arkham), la historia nos presenta un escenario bastante parecido al de otro Elseworlds: Batman Luz de Gas, del que se rumorea tendrá versión animada próximamente. En esta historia, el mítico guionista escocés nos traslada a finales del siglo XIX, a una ciudad de Gotham más gótica que nunca acosada por villanos tan dementes como Dos Caras o El Joker. En esta realidad, Bruce Wayne es un respetado psiquiatra, director del asilo Arkham de día y justiciero enmascarado de noche.
El Batman de la primera historia, visualmente muy similar al de las primeras historias de Bob Kane y Bill Finger, se mueve por las barrocas páginas dibujadas por Alcatena, artista que se distingue por su original composición de las viñetas. Ninguna página es igual a la anterior en lo que a la forma y disposición de las viñetas se refiere.
La siguiente historia del volumen, el Detective Comics Annual #7 (1994), presenta a un Batman pirata, como el que Grant Morrison recuperara para su etapa El Regreso de Bruce Wayne (2010). En este caso, el guionista Chuck Dixon nos muestra un Bruce Wayne que oculta bajo una máscara su condición de noble inglés mientras saquea sin escrúpulos los barcos españoles que navegan por el Caribe. Aquí las viñetas de Alcatena son menos barrocas y enrevesadas, pero su estilo de dibujo sigue siendo superlativo, con interpretaciones de personajes como El Joker realmente sorprendentes y aterradoras. Obviamente, este Batman nada tiene de justiciero y no duda en matar; podríamos decir que solamente es menos despiadado que sus enemigos.
El último número del tomo, The Batman Chronicles #11 (1998), no pasa de ser, más que un cómic, una historia sin diálogos ambientada en el mismo universo de Leatherwing, el Batman pirata creado por Dixon en 1994.
En definitiva, estamos ante un cómic que, aparte de lo original de su propuesta, merece la pena sobre todo por el extraordinario talento gráfico del argentino Alcatena, un artista que se ha movido como pez en el agua tanto en Marvel y DC como en los más oníricos y surrealistas cómics independientes europeos y sudamericanos.
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