La que en los años 80 fuera la colección emblemática de DC, Los Jóvenes Titanes, languideció a lo largo de los años. Ya a mediados de los 90, se tomó la decisión de anular la boda entre Nightwing y Starfire con la idea de incluir al primero de nuevo como un miembro activo de la batfamilia. La serie fue perdiendo fuelle hasta desaparecer tal y como la conocíamos. Los Nuevos 52 no solo los ignoraron completamente, sino que se ensañaron con la tremenda idea de que Wally West nunca existió. Ya sabemos que su retorno es la piedra angular en la que se basa Renacimiento, en una acertada reivindicación de Geoff Johns. Basándose en esto, han decidido relanzar el grupo con la mayoría de los miembros que tenía la formación original. ¿Ha sido una buena idea?
A pesar de que este primer tomo editado por ECC Ediciones recopila 7 números de la nueva etapa, una vez leído aún no hemos entrado en harina. Si bien en La Cacería de los Titanes se nos hace una presentación de por qué los chicos han estado separados y no se recuerdan, aquí todavía no tenemos el grupo plenamente establecido. Debo reconocer que era eso lo que esperaba, pero no por ello me ha decepcionado, a pesar de que tiene algunos puntos débiles.
El gran protagonista de la historia es Wally West. El chico, perdido en el espacio y en el tiempo, debe presentarse ante sus antiguos compañeros y amigos que no le recuerdan. Aún peor, su gran amor, Linda Park, ni siquiera sabe quién es.
Podríamos decir que este tomo reivindica sin miedo uno de los pilares que se perdieron con Los Nuevos 52: el amor tanto romántico como entre amigos. Las relaciones entre personajes icónicos perdieron su fuerza identitaria y los lazos que les unían y daban cohesión al Universo DC prácticamente se desvanecieron.
KADABRA, UN VILLANO PELIGROSO PERO POCO SERIO |
El villano aparentemente responsable de lo ocurrido tiene una imagen que desentona con la gran amenaza que supone. Es terriblemente poderoso, pero la causa de su odio por Wally West no está muy trabajada que digamos. Que lo repita continuamente tampoco ayuda, es poco convincente y simplón.
El tono del cómic es juvenil y desenfadado. Si bien está alejado de los problemas existenciales que asomaban en la etapa más gloriosa del grupo, el conjunto funciona. Parecen un grupo de chicos en la veintena con la complicidad que verías en una residencia universitaria. Si explotan esa fase más sería un acierto, ya que marca una gran diferencia con el resto de colecciones DC.
En mi opinión, se han enredado demasiado en el rescate de Linda y el resto de compañeros y menos en presentar la química del grupo. Tampoco acaba de parecer que estén nunca en verdadero peligro, y no tanto por las escenas, sino por la pinta del villano como ya he dicho.
El dibujo me ha gustado mucho, todos son sexys y guapos y no cambia a lo largo de los números. Tampoco cabe esperar otra cosa en una serie de jóvenes superhéroes.
Esta era una de las series que más ganas tenía de leer de Renacimiento. Espero que más adelante ofrezca más, con los chicos en la Torre viviendo aventuras y siendo un grupo público que interacciona con el resto del Universo DC. Veremos si cumple.
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