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Guardianes de la Galaxia Vol. 2. La Crítica (Sin Spoilers)

Guardianes de la Galaxia Vol. 2 es una de las excepciones del dicho "segundas partes nunca fueron buenas". Lejos de los fallos en los que frecuentemente caen las segundas partes de las franquicias, el film dirigido y escrito por James Gunn aporta todo lo que podríamos esperar de una nueva entrega de Guardianes de la Galaxia. Era fácil caer en la repetición, en abundar de nuevo en los mismos temas, pero Marvel y Gunn han sabido, respetando la fórmula que hizo de la película de 2014 todo un éxito, ofrecer un espectáculo a la altura de lo que esperábamos de estos épicos personajes galácticos.

Guardianes de la Galaxia Vol. 2

Tras escapar por los pelos de la armada de los Soberanos, una raza de seres humanoides dorados y bastante orgullosos (que no existen en los cómics Marvel), Star-Lord  (Chris Pratt), el resto del grupo y Nebula (Karen Gillan) hacen un aterrizaje de emergencia en un planeta cercano. Allí conocerán a Ego (Kurt Russell), un ser de aspecto humano que se revela como el padre de Peter Quill, y que se convertirá en el eje central de la película.

Como he comentado al principio, la película de James Gunn sigue ofreciendo lo que podíamos esperar de la continuación de Guardianes de la Galaxia. Ya conocemos los personajes, su situación, por lo que Gunn tiene ahora tiempo de desarrollarlos plenamente, haciéndolos interactuar entre ellos. De este modo, en el generoso metraje del film (136 minutos) vemos como evoluciona la relación de Gamora (Zoe Saldana) y su hermana Nebula, la conexión que se establece entre dos outsiders como Mapache Cohete Yondu Udonta (Michael Rooker), las jocosas conversaciones entre Drax (Dave Bautista) y Mantis (Pom Klementieff) y, lo más importante, el lazo que establecen padre e hijo, Peter y Ego, el Planeta Viviente.

BABY GROOT
BABY GROOT SE CONVIERTE EN UN AUTÉNTICO "ROBAESCENAS" POR MÉRITOS PROPIOS

Estas interacciones entre las distintas parejas de protagonistas de la película añaden aún más interés y profundidad a la cinta que, no nos engañemos, no es más que un espléndido divertimento épico-espacial sin más pretensiones. Aún así, este Volumen 2 me ha resultado bastante más divertida que la primera, a pesar de que la frescura de lo novedoso ya no está presente. Gunn no podía prescindir del tono ligero de la primera entrega, ya que parte del éxito de la franquicia se basa en los chistes, acertados algunos, desafortunados otros, que plagan toda la cinta.

Uno de los aciertos de la película es el personaje que interpreta Kurt Russell. Su papel como Ego, el Planeta Viviente, una especie de Grizzly Adams viviendo en su barroco y solitario paraíso espacial, es uno de los que mejor funcionan. La relación que establece con su hijo, al principio receloso, está bien dibujada y se convierte en el eje central de la película. Peor explicados están, en cambio, los motivos que mueven a su personaje a hacer lo que hace, motivos que no quiero desvelar por si no has visto aún la película.

EGO (KURT RUSSELL)
EGO (KURT RUSSELL), EL MISTERIOSO PADRE DE PETER QUILL

Guardianes de la Galaxia Vol. 2 renueva la fórmula de la primera y la mejora sensiblemente. Esta entrega es más interesante, más épica, más divertida y expande el universo Marvel hasta límites insospechados. El recurrente cameo de Stan Lee con ciertos seres de enorme cabeza, las nuevas razas, el papel de los Saqueadores en esta historia (personajes también ideados por Gunn), con Sylvester Stallone al frente de ellos, o la promesa en una de las cinco escenas post-créditos de la aparición en próximas películas de cierto ser artificial todopoderoso, hacen de Guardianes 2 una de las películas más interesantes de la Fase 3 de Marvel Studios. Sin embargo, es una de las más autocontenidas, ya que los sucesos que en ella suceden poco o nada repercuten en el resto de películas del Universo Cinematográfico Marvel.

Este último punto es otro de los fallos de la cinta de James Gunn, precisamente la falta de repercusiones de los hechos de los que somos espectadores en el resto de este universo. Los planes del villano de la película apenas parecen tener un verdadero impacto, como no sea dejarnos un par de escenas donde Gunn rinde homenaje a la película La Masa Devoradora (The Blob, 1958). En ningún momento parece que los Guardianes estén verdaderamente salvando el universo, más bien solo a ellos mismos. A pesar de ello, eso me basta como espectador porque lo que me cuentan y como me lo cuentan es impresionante, bien narrado y sobre todo, muy divertido. A veces salvar el universo solo es una excusa, y en este caso Gunn aplica esta máxima en toda su extensión.

En resumidas cuentas, Guardianes de la Galaxia Vol. 2, de nuevo con su inteligente uso de la música, su sentido del humor y de la épica, y el interés que despiertan en el espectador sus protagonistas, se convierte en el mejor film de la Fase 3 de Marvel, seguido de cerca por Doctor Extraño y Capitán América: Civil War. Ni la falta de un villano verdaderamente definido ni sus ocasionales fallos narrativos impide que la película se disfrute plenamente y que muchas de sus escenas persistan en nuestra memoria mucho tiempo después de haberse encendido las luces de la sala de proyección. ¿Qué más se le puede pedir a una película de superhéroes?

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