Dentro de la maravillosa avalancha de series que estrena Netfix continuamente, tenemos esta nueva producción de ABC protagonizada por Kiefer Sutherland. En ella, ocurre algo bastante incomprensible aquí en Europa pero que es así en Estados Unidos desde 1845. Si el presidente muere o dimite, no hay elecciones. Sencillamente, el siguiente en la escala de poder ocupa su puesto hasta que llegue la fecha de la votación, como si de una familia real temporal se tratara. Por si todo el gobierno en pleno es atacado, se reserva a un miembro del gabinete aparte por si le toca hacer de presidente en el peor de los casos. ¿Os imagináis a quien le toca ser presidente? Pues eso.
La serie no puede ocultar que se emite en abierto y, si me apuras, que es de ABC. Si bien esto no es un problema en si mismo, ya sabemos que nos vamos a encontrar ciertos personajes prototípicos y poca profundidad en ellos. Como es evidente, el protagonista, Tom, está en Washington formando parte del gabinete presidencial, pero está en contra del estilo de hacer política, of course. Tendría gracia que la serie la protagonizara un burócrata medio sin interés. Además, nuestro héroe es un amantísimo padre de dos hijos y esposo ejemplar, con una mujer a la altura. De hecho, mucho más guapa de la que merece un avejentado Kiefer, que no acaba de parecerme el casting ideal para el papel que representa de hombre-común-decente-que-quiere-hacer-las-cosas-bien.
A pesar de lo anterior, la serie también tiene sus virtudes si entendemos que emitir en abierto es lo que tiene. Se entra rápidamente en acción y vemos como el gobierno entero perece por un ataque y Tom ha de jurar como presidente. La presentación de personajes es efectiva y sabemos quien es quien en un momento. Incluido el hijo adolescente de Tom, que hace cosas absolutamente increíbles incluso para un chico de su edad. Este la va a liar de la peor manera.
Dado que el ataque de momento no sabemos quien lo realiza, no faltan los investigadores supereficientes cubriendo la cuota racial y de belleza, que parecen sacados de la serie CSI... la que os de la gana.
El ritmo es bueno y ya vemos los problemas que quiere enfrentar Tom y la forma en la que piensa dirigir el país en el primer capítulo. También los que intentarán boicotear su presidencia. En definitiva, el típico sueño americano de que sea un hombre común el que esté al mando de la Casa Blanca para luego votar a multimillonarios para que la habiten. Si queréis una serie entretenida, bien hecha para ver comiendo pero que no os tome mucho el pelo (un poco si, la verdad) es una buena opción. Si preferís optar por la inmensa oferta de series geniales que actualmente se están produciendo, no os perdéis gran cosa.
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