Este año se celebra el 50 aniversario del nacimiento de una de las sagas televisivas y cinematográficas más importantes del género de ciencia ficción: Star Trek. Una ocasión así no podía dejarse escapar por parte de Paramount, los estudios propietarios de los derechos cinematográficos, de añadir una nueva película al reinicio de la saga que con tanto acierto J.J. Abrams llevara a cabo en 2009. En Star Trek: Más Allá, el Capitán Kirk (Chris Pine) y la tripulación de la USS Enterprise ya han iniciado el viaje de cinco años al espacio profundo que vimos en la serie original. Una señal de socorro los llevará a una nebulosa inexplorada donde el peligro les aguarda en forma de Krall, un beligerante alienígena que puede suponer el más poderoso enemigo al que la Federación se haya enfrentado jamás.
El encargado de esta nueva secuela es Justin Lin, un director de origen taiwanés conocido por haber dirigido tres entregas de la saga Fast & Furious, y eso se nota en la película. Este film de Star Trek es más rápido, más trepidante, con más acción que en las películas de Abrams y, aunque todo ello lógicamente va en detrimento de las relaciones entre los personajes, no por ello estamos ante un film superficial. Los poco más de 120 minutos de película se pasan en un suspiro y cuando termina tenemos la sensación de que hemos pilotado las mismas naves que los protagonistas, aunque sin esa sensación de mareo que nos dejan otras películas de acción similares.
Y si bien el protagonista verdadero de Stark Trek: Más Allá es la acción pura y dura, el guión escrito por Simon Pegg, quien encarna en el film al ingeniero Montgomery Scott, y Doug Jung (serie Big Love), no puede dejar de lado las peculiares y tan características relaciones interpersonales de los protagonistas. La acción deja poco lugar esta vez a las puyas entre Bones (Karl Urban) y Spock (Zachary Quinto), pero siguen estando ahí. Quizás las escenas que comparten estos dos protagonistas sean las que más podemos resaltar de la película, con algunos chistes y conversaciones más o menos profundas que dan un respiro al espectador entre tanta montaña rusa de acción desenfrenada.
De fondo, muy de fondo, el conflicto de pareja entre Spock y Uhura (Zoe Saldana), y el de los propios protagonistas principales: Kirk con sus intenciones de dejar el mando de la Enterprise, y Spock pensando en embarcarse en otros proyectos en Nuevo Vulcano. ¿Un guiño quizás al posible fin de este reinicio de la saga en un futuro más o menos próximo? Chekov, el personaje de Anton Yelchin, trágicamente fallecido poco antes del estreno de la película, tiene poca relevancia esta vez. Una pena, ya que es también la despedida de la saga de un personaje que no volverá a ser interpretado por nadie más, según han anunciado recientemente los responsables de la franquicia.
Quien si se reserva unos cuantos momentos de gloria es el propio Pegg. Era lógico que como autor del guión, el actor inglés se reservara para sí algunos de los momentos más relevantes de la cinta. La argelina Sofia Boutella como la alienígena Jaylah deja también una buena impresión, como ya lo hiciera en Kingsman, aunque esta vez con su rostro oculto bajo una espesa capa de maquillaje blanco... y con sus piernas. Ambos, Scotty y Jaylah, son la otra pareja protagonista alrededor de la cual gravitan algunas de las escenas más importantes de la película.
Esta vez, y como para evitar polémicas como la de Khan, se ha elegido un villano completamente nuevo en el universo Star Trek. Interpretado por Idris Elba, Krall se asemeja bastante en sus motivaciones (que no desvelaré aquí para no estropearos la sorpresa) al Nero de la primera película de Abrams. Con unas numerosísimas fuerzas casi imbatibles, Krall es capaz de poner en peligro no solo la Enterprise, sino a toda la Federación. Los que somos auténticos fans de la saga quizás hayamos echado de menos ver en esta película una nueva versión de algún icónico villano clásico. Aunque efectivo, Krall no deja de ser un remix de cientos y cientos de malos que han desfilado tanto por las series como por las películas de Star Trek.
En cuanto a los efectos visuales de la película, pocos peros se les puede poner. Desde la impresionante y "escheriana" base espacial Yorktown hasta el paisaje realmente alienígena del planeta de Krall, pasando por el ataque a la Enterprise, los efectos especiales de la película son sobresalientes. Quiero señalar especialmente el aspecto del planeta de Krall, muy conseguido, y que realmente parece alienígena. En otras películas, algunas tan relevantes como Star Wars: El Despertar de la Fuerza, me chocaba el aspecto terrestre de ciertos escenarios, algo que no me ha ocurrido en esta cinta por la sabia combinación entre exteriores, CGI y platós.
Spock, el personaje Leonard Nimoy, fallecido poco antes del inicio del rodaje de Star Trek: Más Allá, aparece brevemente en forma de fotografía junto a sus compañeros de la serie y películas originales. Era el último nexo entre el universo creado por Abrams en el film de 2009 y el universo paralelo de las anteriores series y películas, una realidad paralela, la realidad "Prima", una de las mejores ideas que nadie ha tenido nunca a la hora de reiniciar una saga cinematográfica. Obviamente, la película está dedicada a Nimoy y a Yelchin.
¿Podemos decir algo negativo de esta película? Los fans muy fans pueden que la encuentren algo apresurada, con una acción demasiado frenética, pero el cine actual es así. La franquicia Star Trek siempre se ha fundamentado en ser un estudio de los grandes problemas y cuestiones de la humanidad, reflejados en un universo fantástico más parecido al nuestro de lo que pensamos. En Star Trek: Más Allá, como un colosal episodio de la serie original, se dejan de lado esta vez un poco la filosofía y las grandes cuestiones y se apuesta más por la acción y la aventura sin más implicaciones. ¿Eso es malo? No, solo es un capítulo más de la saga con un tono algo diferente que intenta llegar a un público algo más amplio.
En definitiva, Star Trek: Más Allá no defraudará al espectador que busque disfrutar de una buena película de acción fantástica, si bien puede hacer que a más de un fan de la saga le haga enarcar una ceja. Para mi es quizás más satisfactoria que En La Oscuridad (2013), y un poco menos que el film de 2009, aunque definitivamente ocupando un puesto de preferencia entre las mejores entregas de la saga, incluyendo las 10 películas clásicas anteriores. Larga y próspera vida, Star Trek.
0 Comentarios
Todos los comentarios son revisados antes de su publicación. Por favor, sé moderado e identifícate, nos gusta saber a quien nos dirigimos.