20 años después del estreno de Independence Day llega su continuación, subtitulada Contraataque (Resurgence en el original), una secuela muy tardía que pretende repetir el tremendo éxito de taquilla que supuso en su día el film de Roland Emmerich. Al igual que en la realidad también han transcurrido 20 años en la ficción, un período de tiempo en el que la humanidad se ha recobrado casi por completo de las cicatrices dejadas por la devastadora invasión alienígena de 1996. La tecnología extraterrestre dejada atrás ha sido descifrada y adaptada a numerosos usos, dando la oportunidad de dar un salto cuantitativo y cualitativo en el avance de la humanidad. Sin embargo, los extraterrestres vuelven para reclamar de nuevo la Tierra, y esta vez puede que no haya salvación.
Esta es la premisa que Emmerich, junto a Dean Devlin, ponen en marcha en una continuación digna heredera del original en lo que a explosiones y devastación se refiere. Y es que Independence Day: Contraataque es solo eso, destrucción a una escala ten enorme que se diría que Emmerich está parodiando sus propias películas. Aun así, me temo que el realizador alemán, por los comentarios de los protagonistas al final de la película, tiene pensado aumentar esos niveles de devastación a escala casi galáctica. Veremos...
La película cuenta con el reparto original casi al completo, con la notable excepción de Will Smith quien, sea por problemas de agenda o, como dicen las malas lenguas, por su abultado caché, no accedió a trabajar en el film. Su ausencia se despacha con solo una frase al inicio del film (murió supuestamente en un vuelo de prueba), aunque podemos verle en un par de ocasiones en una fotografía y en un cuadro en la Casa Blanca.
Aunque en las películas de Emmerich es difícil definir cual es el protagonista debido a su debilidad por los repartos corales, podríamos decir que la trama se centra en el personaje de Liam Hemsworth, un piloto destinado en la base lunar novio de la hija del presidente Whitmore (Bill Pullman). Hemsworth hace lo que puede con un papel superficial, en realidad igual de superficial que el de todos los demás. Ni las nuevas incorporaciones ni las viejas glorias aportan por separado demasiado a la película, aunque todos tienen su pequeño momento de lucimiento. Quizás el más despistado y desdibujado sea el personaje de Jeff Godblum, quien en muchos momentos parece estar preguntándose que hace de nuevo en un fregado así. Más inspirado está Brent Spiner, encarnando de nuevo al doctor Brakish Okun, el divertido científico que despierta de un coma veinte años después para toparse de nuevo con una nueva invasión extraterrestre. No debe sorprendernos la introducción de Okun y su pareja en esta película, el Dr. Isaacs (John Storey), al ser Emmerich abiertamente gay y activista por los derechos de este colectivo. Por cierto, atentos a la escena en la que Isaacs lleva flores al comatoso Dr. Okun y las moja con un humidificador, algo que Emmerich gusta de introducir en muchas de sus películas.
En 1996, los efectos especiales de Independence Day dejaron con la boca abierta a medio mundo. Ya son icónicos esos planos de la Casa Blanca siendo destruida por el rayo mortal de una de las naves nodriza o alguno de los edificios más emblemáticos de Nueva York víctimas de esos mismos rayos. La secuela ha contado con 20 años de innovaciones tecnológicas para que el resultado ensombreciera al de aquel primer film. Y así podría haber sido si el espectador no hubiera tenido en todo momento la sensación de que todo lo que ocurría en pantalla ya lo había visto no una, sino cien veces en películas de parecida temática. Introducir una colosal nave espacial de 5000 kilómetros de diámetro no es suficiente para apabullar al espectador. Es necesario aportar originalidad, algo nuevo que contar o, al menos, lo mismo aunque de una manera algo distinta.
Y es que Independance Day: Contraataque no hace más que eso, contar otra vez de una manera aun más pantagruélica lo sucedido en el film de 1996 sin aportar nada demasiado interesante ni original. Lo peor es que Emmerich podría haber elegido algo nuevo que contar, como esa lucha del señor de la guerra africano con los alienígenas, o el desaprovechado ecosistema interno de la enorme nave que abraza la Tierra, decantándose por las vistas una y mil veces batallitas aéreas, la destrucción porque sí y las escenitas patrioteras y romanticonas metidas con calzador. Quizás la novedad más relevante de la película sea la presentación de "Ella" y la introducción de una serie de elementos que explicarían el modus operandi de los aliens, así como otras razas extraterrestres que podrían dar juego en próximas entregas, que las habrá.
Poco más puede decirse de Independence Day: Contraataque, salvo que gustará a los que disfrutaron del film de 1996 y aburrirá a los que prefieren tramas más elaboradas e ingeniosas. No nos engañemos, ID2 no es una mala película, solo está fabricada para su consumo masivo en una pantalla cuanto más grande mejor, y aunque la olvidamos nada más haber salido del cine, no llega a insultar la inteligencia del espectador. Quien vaya a verla sabe a lo que va, al menos Emmerich sigue siendo honesto con su público.
PREGUNTAS SIN RESPUESTA (SPOILERS)
- ¿Por qué se le ve tanto el plumero a Hollywood introduciendo tantos actores chinos en sus películas?
- ¿Por qué el diseño de "Ella" y la escena final en el desierto nos recuerda tanto las criaturas de la película Godzilla (2014) y la reina de Aliens: El Regreso (1986)?
- ¿Por qué los americanos tienen el gatillo tan fácil cuando se encuentran frente a frente con una colosal nave alienígena que a todas luces no pertenece a los belicosos aliens que los atacaron en 1996?
- ¿Por qué da la sensación de que pareciera como si la invasión del 96 hubiese terminado hace un par de años y no 20?
- ¿Qué hace Charlotte Gainsbourg en esta clase de películas?
- ¿Cómo es posible que los protagonistas se suban a una nave en la Tierra y lleguen a la Luna en un santiamén?
- ¿Por qué "Ella" decide abandonar la seguridad de su nave y se arriesga a ir al Área 51?
- ¿Cómo de repente queda solo una hora para que el láser alcance el núcleo terrestre cuando en el momento anterior quedaban siete? ¿Se estaba alargando demasiado la película y había que acortarla?
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