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X-MEN: APOCALIPSIS. LA CRITICA EN 3 ACIERTOS Y 6 ERRORES

X-Men: Apocalipsis es la tercera entrega de una saga que, con gran acierto, tuvo su reinicio en forma de precuela de los films originales en 2011 con Primera Generación. En esta nueva entrega, de nuevo con Bryan Singer en la dirección, conocemos a un nuevo villano, En Sabah Nur, el primer mutante de la historia y quizás el más poderoso. En Sabah Nur (o Apocalipsis) despierta de su sueño milenario con el fin de rehacer el mundo bajo sus propios principios, para lo cual ha de destruirlo primero. Sin embargo, enfrente tendrá a los X-Men, de nuevo liderados por el Profesor Charles Xavier (James McAvoy)... ¿Estamos ante la merecida guinda del pastel mutante que se (re)inició con Primera Generación y que tan buena continuación tuvo en Días del Futuro Pasado o, en cambio, estamos ante la película más floja de la actual saga? Intentaré estructurar mi crítica en base a sus errores y sus aciertos.


LOS ACIERTOS


PRESENTACIÓN DE NUEVOS PERSONAJES

En esta película por fin se conecta a los personajes de Primera Generación con las encarnaciones jóvenes de los protagonistas de las primeras tres películas: Jean Grey (Sophie Turner), Scott Summers/Cíclope (Tye Sheridan), Kurt Wagner/Rondador (Kodi Smit-McPhee) y Ororo Munroe/Tormenta (Alexandra Shipp). No son el casting que más me hubiese gustado (Turner es bastante sosa) para estos icónicos personajes pero, teniendo en cuenta que son las versiones jóvenes de los que interpretaron respectivamente Famke JanssenJames Marsden, Alan Cumming y Halle Berry, podemos dejar de lado las reticencias y aceptar lo nuevo. La película se centra sobre todo en Scott y Jean, dejando a Kurt en cierta manera como alivio cómico y a Tormenta como comparsa de Apocalipsis. Algo raro, eso sí, queda la presentación de Warren Worthington III (Ben Hardy) como Ángel/Arcángel, un mutante al que Apocalipsis da una nueva oportunidad como uno de sus jinetes. Singer, al presentarnos a un Ángel alcoholizado y con sus alas deterioradas, ha querido remitirnos al cómic, aunque al final, más que un guiño, lo que le ha quedado es una escena rara y poco clara.


MERCURIO... OTRA VEZ

De nuevo tenemos a Peter Maximoff (Evan Peters) robando cada escena en la que aparece. El carisma de este actor de 29 años hace que su personaje sea uno de los que mejor ha conectado con el público de la saga desde su presentación en Días del Futuro Pasado. Tiene dos momentos de gloria en la película: uno muy divertido, todo un autoplagio de la película anterior, en la mansión de Xavier; y otro al final de la película, este menos acertado, en el que Mercurio se enfrenta a Apocalipsis


EL INEVITABLE CAMEO

La aparición de Lobezno como Arma X, aparte de resolver una situación que parecía desesperada para los protagonistas, es todo un guiño a los seguidores de la saga. A la vez, conocemos que ha sido de Logan todos estos años transcurridos desde el final de Días del Futuro Pasado. Sin embargo, si nos ponemos puntillosos, en aquel final Lobezno no era recogido del río Potomac por el coronel Stryker, sino por Mística con su aspecto. Entonces, ¿por qué se da a entender en esta película que ha estado cautivo y sometido a los experimentos del proyecto Arma X durante todos estos años? ¿Agujero de guión?


LOS ERRORES


MARIPOSA MENTAL (PSYLOCKE)

No me malinterpretéis. Olivia Munn encarna a  Elizabeth "Betsy" Braddock (Mariposa Mental) a la perfección. Su aspecto no podía ser más parecido a su versión de los cómics, y su presencia física, a la par que tremendamente atractiva, roba cualquier escena en la que aparezca. Un casting totalmente acertado. Entonces, ¿por qué incluirla entre los errores de la película? Sencillamente porque es un personaje completamente desaprovechado. No sabemos nada de ella, no se nos ofrece siquiera unas pinceladas de su origen, de quien es, y se dan por supuesto sus poderes. Y si a ello le sumamos que apenas interviene en un par de ocasiones (y una ya la vimos en el tráiler partiendo el coche por la mitad), solo puedo estar más que descontento con la decisión de Singer de no darle más protagonismo.


MAGNETO

Desde el principio, toda la trama en torno al personaje de Michael Fassbender se ve demasiado previsible. Empezando por el trágico término de su nueva vida hasta la escena de lucha final, todas las escenas en las que se ve involucrado Erik Lehnsherr son perfectamente previsibles, cuando no definitivamente inexplicables. Parece que Magneto tenia que estar ahí si o si, y para ello lo metemos con calzador en una historia en la cual juega un papel que no es el que debería. Quien conozca mínimamente al Magneto de los cómics sabe que nunca habría accedido a aliarse con Apocalipsis (de hecho en los cómics es quien lidera la rebelión contra el) y ser su marioneta. No acepto la excusa de su amargura y decepción como motivaciones... y mucho menos su de nuevo previsible y oportuno cambio de parecer.


APOCALIPSIS

Ya desde las primeras imágenes filtradas de la película vimos que el aspecto del mutante milenario Apocalipsis iba a defraudar a más de uno. Y así ha sido. Y no solo su aspecto (Singer incluso parece consciente de ello cuando hace mofarse a un personaje de En Sabah Nur por su cara de payaso), sino todo lo demás. Singer ha querido plasmar demasiado literalmente a Apocalipsis, un villano ampuloso y grandilocuente que no queda demasiado bien en pantalla grande. Ni resulta demasiado intimidante (Oscar Isaac apenas roza el 1,75) ni sus intenciones son demasiado fundamentadas. En definitiva, un villano plano, grotesco hasta lo operístico y que ha dado menos juego del que debería haber dado.


LA ESCUELA PARA JÓVENES TALENTOS... SIN TALENTOS

Si hay algo definitorio de todas las historias de la Patrulla X es que, cuando transcurren en la Escuela para Jovenes Talentos del Profesor Xavier, vemos a sus alumnos desplegar sus variopintos poderes: chicos volando para encestar balones, otros creando hielo o fuego de la nada, algunos mutados de aspecto poco agraciado... En definitiva, lo que uno esperaría encontrar en una escuela para jóvenes mutantes. Sin embargo, en X-Men: Apocalipsis esto no ocurre así. Vemos una escuela donde los únicos que parecen tener poderes son Jean Grey y Scott Summers, rodeados por chicos normales y corrientes. ¿Recortes de presupuesto? ¿Elección del propio Singer? El caso más sangrante es el de Jubilation Lee, la mutante con poderes psiónicos, los cuales no vemos en ninguna de las escenas de la película, posiblemente víctimas de la mesa de montaje.


PANTALLA VERDE Y MÁS PANTALLA VERDE

No vamos a negar que en películas anteriores de la saga se haya usado la pantalla verde. Sin embargo, es en Apocalipsis donde su uso es más patente, algo que, al menos a mi, me choca y me saca de la historia. Desde la desmesurada (y demasiado larga) escena inicial en el antiguo Egipto hasta la lucha final contra Apocalipsis en El Cairo, las pantallas verdes han primado sobre los escenarios reales. No estoy censurando el uso de esta técnica, tan extendida hoy día,  pero si su abuso y, sobre todo, que se note demasiado.


LA AMBIENTACIÓN

Mientras que en X-Men: Días del Futuro Pasado, que transcurría en 1973, la ambientación y el vestuario nos remiten a aquel período, en Apocalipsis, que transcurre en 1983, casi nada nos hace creer que estamos en los 80, una década icónica que muchos de nosotros (yo entre ellos) tenemos muy fresca en la memoria. No reconozco los 80 que Singer nos ha plasmado en esta película. Le hace falta incluso referirse al estreno de El Retorno del Jedi para situar temporalmente mejor al espectador, ya que la ambientación falla por completo. ¿Qué sucederá entonces en la siguiente película, que parece que se ambientará en los 90, la "década sin personalidad"?

En definitiva, X-Men: Apocalipsis ha tenido, en mi opinión, más errores que aciertos. Si bien el film de Bryan Singer no se puede calificar de malo ni llega a aburrir en sus 130 minutos de duración, si que esta falto de grandes momentos que queden impresos en la retina (y en la memoria) del espectador. No ocurre como con Días del Futuro Pasado, para mi más redonda y completa, una cinta llena de escenas evocadoras tanto para el lector de cómics como para el espectador que solo busca ser sorprendido. Mala elección del villano o, siendo más indulgentes, una mal enfoque tanto en su aspecto visual como en sus motivaciones. Jennifer Lawrence tiene un protagonismo excesivo, mientras otros personajes pasan sin pena ni gloria cuando se merecían un poco más.

Singer parece estar amortizado en la saga X-Men y es hora de ceder el testigo a un nuevo director que insufle aire fresco a unas películas que aun tienen mucho que contar. Y si no me creéis y pensáis que sobre los mutantes ya está todo dicho, echad un vistazo a los cientos de miles de páginas por las que han desfilado estos carismáticos personajes a lo largo de casi 55 años.

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