Estamos a finales de la década de los 80. Tras la puesta a cero que supuso el mega-evento Crisis en Tierras Infinitas, la editorial DC Comics deseaba encontrar miradas diferentes para sus héroes tradicionales. Y para ello, se fijó en una serie de guionistas que habían despuntado en otros géneros y que resultaban ideales para refrescar el agotado panteón de metahumanos de la editorial. Uno de esos guionistas fue el escocés Grant Morrison quien, desde aquella primera colaboración en 1988 renovando un personaje tan secundario como Animal Man, no ha dejado de estar más o menos presente en las colecciones de DC Comics.
Este pasado mes de febrero ECC Ediciones puso a la venta como una de sus novedades destacadas el primer volumen (de tres) recopilatorio de la etapa de Grant Morrison en la colección de Animal Man. Subtitulado "El Zoo Humano", este primer volumen incluye los nueve primeros números de una colección que, a primera vista, puede no interesar mucho, ya que estamos ante un héroe semi-desconocido para el gran público y, me atrevería a decir, para muchos lectores habituales de cómics. Nada mas lejos de la realidad.
Concebida inicialmente como una miniserie de cuatro números, la colección centrada en Buddy Baker, un sencillo padre de familia dotado de increíbles poderes, se dilató durante mas de dos años, tiempo suficiente para que el excéntrico guionista escocés nos deleitara con una de las mejores reimaginaciones que hayamos visto de un superhéroe. Y es que Animal Man es precisamente eso, coger a un personaje semiolvidado (antes de la llegada de Morrison el personaje perteneció precisamente a un grupo llamada Forgotten Heroes, "Los Héroes Olvidados") y darle una nueva capa de pintura, pero esta vez asentándolo en la realidad y la cotidianidad que supone ser padre, esposo... y con poderes animales.
Ya en el primer número se nos presenta a la familia Baker, una familia típicamente americana, con problemas normales, un vecino gruñón, dos hijos en edad de dar problemas y un padre que no sabe muy bien como sacarle partido a unos poderes que, de usarse bien, podrían ensombrecer a los de héroes de mucho mas renombre. Decidido a retomar su vida como justiciero, Bernhard "Buddy" Baker se enfunda de nuevo las mallas de superhéroe, esa chaquetilla tan hortera pero tan típica de los héroes de los ochenta, enfrentándose a su primer gran adversario, también un gran olvidado del Universo DC: el Dios Blanco del Kilimajaro.
Hay que hacer aquí un inciso y hablar del tema de los adversarios de Animal Man. Morrison no solo rescató a Baker del limbo en el que se encontraba tras las Crisis en Tierras Infinitas, sino también a toda una galería de villanos completamente bizarros pero que también nadaban en la negrura del olvido. Así, tenemos al primer gran contendiente de Animal Man, el citado Dios Blanco del Kilimajaro (un tipo enmascarado con un exiguo taparrabos defensor de los animales), animales antropomorfos de otras dimensiones (en una de las historias mas "Morrison" del tomo), extraterrestres thanagarianos, al Amo de los Espejos, o Máscara Roja, un supervillano que conoció tiempos mejores.
En el apartado gráfico tenemos a Chaz Truog y Tom Grummett, dos artistas que, para ser sinceros, no aportaron nada demasiado original ni innovador al aspecto visual del cómic de Morrison. Quizás una historia y un personaje como este hubieran merecido unos dibujantes con más personalidad y de estilo menos convencional, pero puede que hubieran distraído de lo verdaderamente importante aquí, que es la visión de Grant Morrison del personaje. Mención aparte merecen las portadas de Brian Bolland, auténticas obras de arte en sí mismas y verdaderas lecciones de como realizar la portada de un cómic.
En definitiva, Animal Man es un cómic imprescindible para todos aquellos que, considerándose fans del Universo DC, aun no conocían esta etapa del personaje. Quienes busquen aventuras épicas, que se olviden, no las encontrarán aquí. Lo que si hallarán es la visión de un superhéroe fresca y sin aditivos, contrapuesta, eso sí, a la oscuridad del Batman de Miller o los torturados vigilantes del Watchmen de Moore. Veganismo, ecología y derechos animales son algunos de los temas personales que Morrison vierte en este cómic, a los que cabe añadir el día a día de un héroe y su esfuerzo por sacar partido a sus poderes, todo ello sin dejar de lado ni a su mujer ni a sus dos hijos, toda una novedad en el extenso universo de héroes de DC.
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