ASTRO CITY: TRIFULCA DE PAREJA. LA CRITICA

El tomo Astro City: Trifulca de Pareja, editado por ECC, recopila los números 18 al 21 y del 23 al 24 de la edición americana del volumen tres de la colección escrita por Kurt Busiek e ilustrada por Brent Anderson. En este nuevo volumen, Busiek nos muestra nuevos aspectos de este particular universo superheroico, original, pero a la vez tremendamente evocador de tantos y tantos personajes, lugares y situaciones de otros universos de ficción de papel a los que creo no hace falta mencionar.

Uno de los elementos comunes de la colección Astro City es el empeño de Busiek por asentar en la realidad a sus personajes. Aunque en este universo los superhéroes y villanos coexisten con seres extraterrestres o fuerzas mágicas, el objetivo de este gran guionista es el de ofrecernos una perspectiva humana de esta realidad. Así, en el primer arco argumental del volumen, "Trifulca de Pareja", Busiek nos plantea que sucede cuando los héroes alcanzan la madurez y sus capacidades, o poderes, entran en declive.

La historia se inicia precisamente con la fiesta de jubilación de Florete Negro, un superhéroe afroamericano a quien ya, el suero que le otorga sus poderes, no le provoca el mismo efecto que en su juventud. Dos de los invitados a esta celebración son Figura y Trifulca, pareja de superhéroes y también pareja romántica, quienes también han entrado, casi sin darse cuenta, en el ocaso de su carrera. Los problemas inherentes a la edad se ponen de manifiesto sobre todo en sus enfrentamientos con los villanos, donde las heridas y lesiones son cada vez mas frecuentes. Trifulca, la chica, rememora su trayectoria desde sus inicios, mientras reflexiona sobre donde está el límite de la carrera de un superhéroes sin poderes como ella.

Figura, su compañero, tampoco tiene poderes pero, sin embargo, está menos resignado que Trifulca a dejar este tipo de vida. Las consecuencias de esta obstinación le conducirán a una situación dramática que tendréis que descubrir vosotros mismos.

Busiek ahonda también en el papel de los villanos y cuales son sus motivaciones últimas. Y que mejor manera para ello que convirtiéndolos en padres. El padre de Trifulca era un villano, y es precisamente el descubrimiento de sus actividades delictivas lo que impulsa a la chica a meterse dentro del traje de su progenitor y emplearlo para el bien, como queriendo enmendar en cierto modo todo el mal que ha hecho su padre, una tarea autoimpuesta que la acompañará toda su vida de superheroina.

El segundo arco argumental se titula "Baquetas" y está protagonizado por un gorila inteligente, una especie de Gorila Grodd del Universo Astro City, solo que en esta ocasión no estamos ante un villano, sino ante un personaje obsesionado con tocar la batería. Baquetas procede de un territorio escondido en la Antártida, una especie de Tierra Salvaje poblada por gorilas inteligentes. Tras contactar por vez primera con el mundo exterior en 1957, cuando los hermanos exploradores Furst encuentran el reino de los gorilas, su cultura experimenta un gran avance, lo que les ayuda a enfrentarse también a los peligros que supone una grieta interdimensional que, de vez en cuando, expulsa extraños y belicosos seres.

Sin embargo, no es esta historia la que interesa a Busiek, sino la de reflejar que sucede cuando un ser muy diferente a nosotros, en este caso un gorila pensante, se siente mas inclinado por nuestra cultura y arte que por enfundarse un traje de superhéroe. Todos damos por sentado que cuando en el Universo DC o Marvel los humanos entran en contacto con seres distintos a nosotros, estos necesariamente se van a ver solo impulsados o a ayudarnos o a intentar acabar con nosotros. ¿Por qué no van a sentirse interesados por nuestras manifestaciones artísticas? Porque un cómic con un personaje así sería bastante aburrido.

Lo único que Baquetas quiere hacer es tocar la batería, y ni un breve período junto a un grupo superheroico, le va a disuadir de abandonar lo que de verdad buscaba en nuestra cultura, es decir, tocar la batería. Finalmente, Baquetas encontrará una solución intermedia a su dilema de una forma que, otra vez, tendréis que descubrir vosotros leyendo esta nueva entregada de Astro City.

En cuanto al apartado gráfico, Brent Anderson continua siendo el elegido por Busiek para ilustrar sus guiones de Astro City, un artista que acaba de cumplir 20 años ininterrumpidos al frente de la colección. El estilo de Anderson, cercano al Neal Adams, cumple a la perfección, aunque su estilo a veces no ofrezca los mejores resultados posibles para una historia y unos personajes como estos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que lo que aquí importa de verdad es la visión de Busiek del mundo de los superhéroes, el estilo del dibujante podríamos decir que es lo de menos. Mención aparte merecen las portadas de Alex Ross incluidas al final del tomo, un artista excepcional que, como Anderson, se ha encargado de todas y cada una de las portadas de la colección desde que esta se iniciara allá por 1995.