Cada vez es mas evidente que las cosas en Alexandria no están funcionando como deberían y que, de seguir así, Rick y su grupo tendrán muy pronto que tomar las riendas de la comunidad si quieren sobrevivir. Y es que siempre es peor sentir una falsa sensación de seguridad y dejar de estar alerta que permanecer en peligro pero ser consciente de ello y hacer algo por sobrevivir. Es lo que hemos visto en este episodio, en el que la amenaza que suponen los zombies, aunque lentos y torpes, aun sigue siendo un peligro muy real que puede acabar de la noche a la mañana con el idílico remanso de paz en el que se refugian Rick y los suyos. Y si a ello sumamos que la serpiente de la traición anida en el propio seno del grupo, las cosas pintan cada vez peor.
Los habitantes de Alexandria, amodorrados por la comodidad de vivir relativamente aislados del mundo exterior, suponen un peligro para Rick y los demás mas importante si cabe que los propios caminantes. Esto ha quedado demostrado de sobra en el episodio de hoy, repleto de violentas (y gráficas) muertes por culpa de la ineptitud de los habitantes de la idílica comunidad. El primero en caer ha sido el propio hijo de la líder de la comunidad quien, con su torpeza, hace volar por los aires la granada prendida en el chaleco de un zombie. Ensartado por unos hierros pero aun vivo confiesa finalmente a Glenn que el y su compañero Nick fueron los cobardes que propiciaron la muerte de los anteriores refugiados a sus órdenes.
Otro que no ha sobrevivido a la nefasta misión en el exterior ha sido Noah, quien por culpa de Nick y su cobardía, es atrapado y devorado vivo por los zombies ante la mirada impotente y horrorizada de Glenn. Mientras, Eugene intenta ayudar a Tara, quien se debate entre la vida y la muerte por un grave golpe en la cabeza. Obviamente, estos acontecimientos provocarán que tanto Glenn y Eugene como Abraham acepten como la mejor opción la idea de Rick de tomar por la fuerza la comunidad que los alberga... si es que no quieren morir todos por la ineptitud y cobardía de sus anfitriones.
Otra escena que pone de manifiesto la irresponsabilidad de los "alexandrinos" es aquella en la que su descoordinación y falta de entrenamiento casi provoca la muerte de uno de ellos a manos de los caminantes. El propio Abraham, momentos antes de que los zombies surjan de la espesura, es capaz de reconocer sus señales, como los pájaros que vuelan asustados, y se prepara para ello. Solo la valentía y la experiencia de Abraham lo salvan a el y a una de las chicas del pueblo de morir comidos vivos.
Y si todo este desastre provocado por los incapaces habitantes de Alexandria fuera poco, una traición se forja en el seno del grupo. Sabía que el padre Gabriel era un cobarde redomado, pero no esperaba una traición así. Además, en parte, tiene poco sentido, como no sea por un arranque de locura. Claramente, sus demonios interiores le han impulsado a acusar al grupo de Rick de ser "mala gente que ha hecho cosas innombrables" a Deanna, la líder de la comunidad. Esta, a pesar de que parece que duda de las palabras del sacerdote, claramente desequilibrado, comienza a plantearse si no habrá algo de cierto en todo ello. Veremos si tras los tremendos acontecimientos ocurridos, incluida la muerte de su hijo, Deanna no termina creyendo en las palabras del padre Gabriel.
Por su parte, Carol continua con sus intentos de no dar demasiada cancha al hijo de Jessie, quien no parece haberse asustado mucho con sus amenazas. El chico, en cambio, parece empeñado en que Carol le cocine galletas, aunque parece que lo que en realidad busca es refugio de unos posibles malos tratos. Carol, con experiencia en esos temas, acude a casa de Jessie, pero quien abre la puerta es su marido, el cual parece estar siempre en un perpetuo estado de semi-embriaguez. Carol se da cuenta enseguida que el padre del niño maltrata a su madre, y quizás también al pequeño. Si no, ¿por qué le habría pedido el niño un arma?
La escena final en la que Carol desvela sus sospechas a Rick sobre el marido de Jessie, aconsejándole que debe matarlo, solo hace presagiar lo peor. A solo dos episodios del final de temporada, es previsible una gran confrontación, aunque sospecho que podría haber terceras personas implicadas aparte del grupo de Rick y los habitantes de Alexandria. ¿Tendrán que unir fuerzas ante una amenaza exterior? ¿Quizás el grupo autodenominado "Los Lobos"?
En resumen, un episodio con mas ritmo que los dos anteriores, y en el que las cosas avanzan un poco mas, preparando el terreno para lo que puede ser un final de temporada explosivo. La muerte de Noah y la gravedad del estado de Tara quizás sean solo dos de los múltiples revulsivos que Rick necesita para hacerse con las riendas de Alexandria. Un capítulo destacable que devuelve a la cruda y visceral realidad tanto a los protagonistas como al sufrido espectador de The Walking Dead.
0 Comentarios
Todos los comentarios son revisados antes de su publicación. Por favor, sé moderado e identifícate, nos gusta saber a quien nos dirigimos.