Al final del pasado episodio veíamos como Sasha y Maggie, mientras contemplaban el sereno amanecer tras la tormenta, eran sorprendidas por Aaron, alguien que decía venir con buenas intenciones ofreciendo un refugio seguro al grupo. En el capítulo de esta semana, titulado "The Distance", conocemos algo mas acerca de este nuevo personaje, el nivel de paranoia por la seguridad que ha alcanzado Rick Grimes y las ganas del resto del grupo por aferrarse a cualquier esperanza por pequeña que sea.
La llegada de Aaron levanta las lógicas sospechas de todos, sobre todo de Rick, quien la experiencia le ha hecho desconfiar de todo y de todos. Esta severa desconfianza, común a todo el grupo, es quizás retratada demasiado exageradamente en este capítulo, golpeando a Aaron en la cara cuando claramente este estaba completamente indefenso ante el grupo. Es un momento ciertamente extraño, ya que Rick se queda solo frente a los demás al mostrar ese gesto de violencia con alguien que, a priori, solo trae buenas intenciones.
Los anteriores capítulos han sentado las bases para que el grupo, cansado de vagar por las carreteras hacia el idealizado destino de Washington, quieran creer que existe un lugar donde finalmente puedan vivir en relativa paz y con toda la seguridad que puede ofrecer un escenario tan apocalíptico como este. De todo el grupo quizás sea Michonne la que mas apuesta por establecerse de una vez por todas en un lugar que, aunque tranquilo en apariencia como Terminus, Woodbury o la prisión, podría sin embargo ser finalmente donde fundar un hogar.
RICK DA FINALMENTE SU BRAZO A TORCER, AUNQUE CON MUCHAS RESERVAS |
El caso es que si Alexandria es un lugar seguro donde poder establecerse permanentemente, ¿qué sentido tiene esto en un show que se basa en poner continuamente en aprietos a sus protagonistas? Tras cinco temporadas es lógico pensar que los guionistas nos volverán a ofrecer el mismo esquema que nos habían ofrecido hasta ahora: el grupo llega un lugar que parece seguro, las cosas ni las personas no eran lo que parecían, y finalmente llega el conflicto y la huida. ¿Es esto lo que nos espera en los episodios que restan de temporada o acaso los responsables del show nos preparan un giro de guión inesperado, como un salto temporal hacia delante?
Ni Rick ni el resto del grupo sabe a ciencia cierta si Aaron trae buenas intenciones o no, pero se aferran a la esperanza de que así sea como a un clavo ardiendo. Sin embargo, muchas señales apuntan a que el refugio prometido pueda ser una trampa mortal, tanto por responsabilidad directa de Aaron como porque las circunstancias se tornen feas sin la intervención de este. Detalles como las fotografías defectuosas, la ausencia de gente en ellas, el micrófono direccional que Aaron lleva en la guantera, o las matrículas que colecciona, ¿quizás trofeos de incautos que han caído en la trampa de sus buenas palabras?
Uno de los momentos mas extraños del capítulo es la escena en la que el vehículo de Rick atraviesa la carretera plagada de zombies. Los trozos de cadáveres estropean el motor y una bengala ilumina la noche, lanzada desde un depósito de agua cercano. ¿Quién lanza la bengala? ¿Ha sido Eric, la pareja de Aaron? ¿Por qué reacciona Aaron tan violentamente cuando la ve y exclama que están perdidos? Obviamente hay algo en todo este asunto que huele a chamusquina y que los protagonistas no tardarán mucho en descubrir.
En resumen, un episodio con abundancia de caminantes y también de detalles que presagian de nuevo mas complicaciones para el grupo con su llegada a Alexandria, a cuyas puertas se quedan al final del capítulo sin que sepamos a ciencia cierta que ocurrirá, si mas de lo mismo como en situaciones parecidas o veremos un giro inesperado, algo que no le vendría mal a este show.
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