Nos ha dejado uno de los iconos vivientes del siglo XX. Ha fallecido a la edad de 83 años el inigualable Leonard Nimoy, quien diera vida en la pequeña y en la gran pantalla al Sr. Spock, el alienígena vulcaniano de la saga Star Trek. El fallecimiento del veterano actor ha ocurrido esta misma mañana tras una larga convalecencia debida a una afección pulmonar, siendo comunicado a los medios por su esposa, Susan Bay Nimoy, con quien llevaba casado desde 1989.
De padres judíos ucranianos, Nimoy comenzó su carrera cinematográfica en 1951, especializándose en series de televisión, intercalándolos con papeles en el cine, en películas icónicas de la ciencia ficción de los 50 como "Zombies de la Estratosfera" (1952) o "La Humanidad en Peligro" (1954). Tras aparecer en infinidad de seriales en los mas diversos papeles, en 1966 le llegó su gran oportunidad, la que le encumbraría a la fama, con la serie Star Trek, y en la que aparecería en 80 episodios.
Su participación en la serie que creara Gene Roddenberry convirtió a Nimoy, en ocasiones a su pesar, en un verdadero icono de la ciencia ficción. Su peculiar caracterización, esas orejas y cejas puntiagudas, el característico peinado, así como su fascinante personalidad mitad vulcaniana mitad humana, hicieron de Spock una figura mítica en la cultura popular.
Tras el fenómeno de Star Trek: La Serie Original, la carrera de Nimoy se fundamentó básicamente en continuar con el papel de Spock en la saga cinematográfica y en variados proyectos, casi siempre centrados en la ciencia ficción. Pero es su interpretación del vulcaniano Spock la que siempre quedará en la memoria de millones de fans, que siempre festejaron cualquier aparición del actor por pequeña que esta fuera, como recientemente en la añorada serie Fringe como el doctor William Bell. Nimoy fue un "hombre del Renacimiento", pues aparte de su carrera como actor también era realizador, escritor, fotógrafo e incluso compositor y cantante.
Me quedo con el mensaje que Nimoy dejó en su cuenta de Twitter días antes de fallecer, casi una premonición del destino que le esperaba: "Una vida es como un jardín. Puede tener momentos perfectos, pero no podrán ser conservados, excepto en el recuerdo. Larga y próspera vida."
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