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EL DESTINO DE JUPITER (JUPITER ASCENDING). LA CRITICA

Una de las cualidades que, innegablemente, se pueden asimilar a los hermanos Wachowski como realizadores es su capacidad para crear mundos a partir de la nada, de ambientar sus películas en escenarios dotados de una riqueza visual de la que pocos directores en la actualidad son capaces. Esa capacidad, no obstante, contrasta fuertemente con la fragilidad de sus propuestas argumentales, las cuales en pocas ocasiones aguantan un mínimo análisis. Es lo que ocurrió con filmes como Speed Racer, las dos secuelas de Matrix y, en menor medida, con El Atlas de las Nubes, quizás porque se basaba en una novela y no un guión original. Pues bien, eso mismo ocurre con la nueva propuesta de Andy y Lana Wachowski, Jupiter Ascending, o como ha venido a llamarse en España, El Destino de Júpiter.


Mila Kunis es Jupiter Jones, una chica cuya vida se reduce a limpiar con su madre hogares ajenos a cambio de un mísero sueldo. Sin embargo, la vida que Jupiter tanto odia está a punto de cambiar, ya que en su anodina existencia se cruzará Caine Wise (Channing Tatum), un legionario espacial, mitad humano mitad lobo, que le desvelará que su destino no está en la Tierra, sino en las estrellas, convirtiéndose en heredera de un imperio galáctico.

Esta es, mas o menos, la sinopsis de Jupiter Ascending, una película que podríamos encuadrar en el género de la space opera, o mas correctamente fantasía espacial, al igual que films como John Carter, la saga Star Wars, Flash Gordon, y toda una multitud de cintas en las que la ciencia ficción es apenas un pretexto para contarnos una historia completamente fantástica. La película es, de hecho, una mezcla de todas las películas mencionadas y de alguna mas, hasta tal punto, que en ciertos momentos dudaba qué film estaba viendo realmente. Así, Jupiter Ascending es una mezcla de muchos elementos propios del cine fantástico, alejándose de propuestas como Interstellar, mas cercanas a la denominada ciencia ficción dura. 

JUPITER JONES (MILA KUNIS)

Este batiburrillo de elementos tomados de infinidad de cintas de temática similar no significa necesariamente que Jupiter Ascending sea un film despreciable, nada de eso. Lo que yo creo que los Wachowski han intentado hacer con esta película es una especie de homenaje al cine de ciencia ficción barato de princesas espaciales, bravos guerreros, monstruos y enormes naves relucientes, solo que con un presupuesto mayúsculo (parece ser que 176 millones de dólares). Sería algo así como una serie B de alto presupuesto. Lo cierto es que al menos ese presupuesto si que ha estado bien invertido, ya que los efectos visuales son sobresalientes, haciendo palidecer los de otras producciones supuestamente equiparables.

La capacidad de los hermanos Wachowski de crear mundos fantásticos creíbles está mas presente que nunca en esta película. Desde el minuto uno nos sumergimos de lleno en la historia, la cual no tarda mucho en comenzar, lo cual está bien, y de la Tierra viajamos, junto a Jupiter, al espacio. Y es en ese momento en el que los Wachowski despliegan toda la imaginería fantástica que el presupuesto les ha permitido: enormes navíos espaciales, extravagantes villanos de opereta, vestuarios fastuosos rozando lo kitsch, razas alienígenas humanoides de rasgos bizarros, imperios galácticos... En definitiva, todo un festín para los sentidos.

BALEM (EDDIE REDMAYNE) OBSERVA EL PLANETA JÚPITER, UNA DE SUS POSESIONES

Entonces, ¿dónde falla esta película? En primer lugar, los hermanos realizadores cometen el mismo pecado que han cometido en tantas de sus películas: la fragilidad de un guión envuelto en un suntuoso envoltorio. Detrás de la acción a mansalva y de los estupendos efectos visuales hay una historia que, aunque los guionistas, los propios Wachowski, se esfuerzan por dotar de algo de profundidad, no llegan a lograr dicho objetivo. La historia de Jupiter Jones como una princesa galáctica está cogida con alfileres, y hay que hacer un gran acto de fe para que creamos la explicación que los Wachowski intentan colarnos. 

Tras distraernos con varias set pieces impactantes, haciendo olvidar al espectador por unos momentos la debilidad del guión, volamos hasta el espacio donde vemos como Jupiter asume su destino como aspirante a monarca de la casa Abrasax. Es ahí cuando asistimos a la secuencia en la que Jupiter y su guardaespaldas Wise recorren las ventanillas burocráticas del imperio para solicitar su título, uno de los momentos mas sonrojantes de la cinta, ya que pretende ser un chiste sin gracia en una película casi carente de humor. Tampoco es coherente lo que vemos en esas escenas, con escenarios y personajes mas cercanos a los de las películas de Harry Potter que con la ambientación del resto de la cinta.

 EN OCASIONES, LOS ESCENARIOS RECUERDAN BASTANTE A LOS DE LA NUEVA TRILOGÍA STAR WARS

No ayuda tampoco la actriz protagonista a salvar la película. Mila Kunis no destaca por su expresividad, ni tampoco encaja demasiado en su papel de princesa galáctica. Tatum, sin embargo, sale bastante airoso en su papel de legionario espacial, cómodo en las escenas de acción y algo menos cuando interactua con Kunis. Eddie Redmayne, que en La Teoría del Todo consigue hacernos creer que estamos ante el mismísimo Stephen Hawking, nos ofrece aquí en las contadas escenas en las que aparece, un recital de sobreactuación, demostrando que, o no es actor para villanos, o el personaje estaba pésimamente escrito, decantándome por esto último.

El Destino de Júpiter, sin ser decepcionante, no llega a emocionar, debido en gran parte a la debilidad de un guión que no logra ser enmascarado por el apabullante espectáculo visual. Ni la historia ni los protagonistas nos son cercanos, y no porque la historia suceda en el espacio, sino porque los Wachowski no logran que conectemos con ellos. Eso si, los fans de la ciencia ficción se divertirán encontrando aquí y allá referencias, guiños y homenajes a diversas películas del género: Star Trek (las orejas del protagonista, los alienígenas antropomorfos); Blade Runner (los cruces genéticos y las marcas de los genetistas); Dune (la boda de Jupiter en la nave de Titus Abrasax); Señales y Expediente X (los círculos en el maíz y los alienígenas grises); o Aliens El Regreso, con ese clímax en una refinería envuelta en llamas a punto de explosionar, por citar solo unos cuantos. 

El Destino de Júpiter es un film que no decepciona porque no esperas mucho de el, pero que tampoco consigue dejar ninguna huella al salir de la sala. Lo único que la película nos hace plantearnos es el por qué unos cineastas con tanta imaginación visual como los Wachowski se empeñan en escribir sus propias películas, en vez de dejarle la tarea a otros mas dotados que ellos para el arte del guión. No sería mala idea contar con esta singular pareja de hermanos para que nos ofrecieran su propia visión de sagas como la de Star Trek, la propia Star Wars o, incluso, ese reboot de Flash Gordon que tanto tiempo llevamos esperando. Por ahora, tendremos que seguir disfrutando de los mundos que crean, pero a la vez sufriendo con sus infames guiones.

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