Se acaba de estrenar en España la serie Asuntos de Estado, en la que la actriz Katherine Heigl protagoniza una serie tras dejar Anatomía de Grey y sus incursiones en la comedia romántica. Aquí interpreta a Charleston Tucker, una experta analista de la C.I.A. que lidia a diario con la seguridad del mundo y tiene acceso directo a la presidenta de los Estados Unidos. ¿Merece la pena esta nueva serie?
La verdad, no me ha parecido muy destacable. Charlie es una improbable analista de la CIA que, como parecen imponer unos cánones que nadie sabe a quien satisfacen, tiene una vida personal desastrosa. En este caso, presenció la muerte de su prometido en lo que parece una misión en algún país árabe. Para mas inri, su prometido era el hijo de la presidenta de Estados Unidos, Constance Payton. La serie contiene mucha propaganda norteamericana, lo que esta bien para ellos que para eso la pagan y la hacen, pero al resto de países nos cuesta comulgar con eso.
Pareciera que los únicos problemas que enfrenta la presidenta de los Estados Unidos son los ataques que se producen en los países árabes, actualizados a lo que hoy día vemos por desgracia en los noticieros. Sin embargo, la serie aunque incorpore los últimos acontecimientos, ofrece lo que muchas otras: personajes planos, romances que se ven a la legua, un trauma personal de la protagonista... Lo gracioso es que siendo harto improbable que alguien con la edad y el aspecto de modelo de Heigl tenga semejante puesto, se permita el lujo de decirle a otro de los protagonistas que es muy joven y guapo para el puesto de la CIA. Podría ser ironía, pero es que la serie no maneja esas sutilezas.
POR MUCHO QUE HEIGL PONGA ESA CARA TAN SERIA, NO CONVENCE EN SU PAPEL |
Por decir algo bueno, la serie tiene ritmo, y no se ve corta de presupuesto (tampoco es una superproducción). También nos permiten dudar de que Charleston se mueve más por sus sentimientos personales que por los intereses de su país. De todas formas, tiene un fiel equipo rendido a su liderazgo que en nada la cuestiona y que se juegan su vida y su futuro laboral y personal por ella sin dudar. Como la vida misma...
Teniendo en cuenta cómo están los tiempos, no me parece que sea conveniente este tipo de serie que insiste en caricaturizar a una parte del mundo que se toma por un todo, como si los que allí viven se dedicaran a matar gente en exclusiva.
De todas formas, la audiencia no está siendo muy boyante, con 3,6 millones de espectadores el último episodio en NBC. No parece que esta serie vaya a ser una especie de Homeland que se emite en abierto...
Teniendo en cuenta cómo están los tiempos, no me parece que sea conveniente este tipo de serie que insiste en caricaturizar a una parte del mundo que se toma por un todo, como si los que allí viven se dedicaran a matar gente en exclusiva.
De todas formas, la audiencia no está siendo muy boyante, con 3,6 millones de espectadores el último episodio en NBC. No parece que esta serie vaya a ser una especie de Homeland que se emite en abierto...
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