Con este episodio termina el crossover entre las series Arrow y The Flash. Teniendo en cuenta el exitazo que ha supuesto respecto a las audiencias, rozando los 4 millones de espectadores, no me extrañaría que volviéramos a verlos juntos en el futuro. Pero, ¿realmente ha sido una buena idea juntar a los personajes de ambas series?
El episodio comienza con un encontronazo entre Arrow y Arsenal buscando a Boomerang con ARGUS. Todos buscan al mismo enemigo pero no lo han encontrado. Caitlin y Cisco están ayudando a Felicity a encontrar al asesino de Canario Negro mediante el ADN, aunque quedan más fascinados por la Arrowcueva que por otra cosa. Los chistes de Cisco resultan más afortunados que de costumbre, ya que tener una base de operaciones bajo una discoteca da mucho juego.
Pero lo más destacable del episodio ha sido la interacción entre The Flash y Arrow. Hay que reconocer que la escena de la estación de tren donde The Flash se lleva a todos los pasajeros es bastante espectacular. Y lo de tener que apagar la bomba entre cinco a la vez para que no explotara, algo bastante imaginativo. No era fácil que el capítulo supiera justificar la presencia de ambos héroes más que por las audiencias, pero lo ha conseguido con el caso que tenían entre manos por Boomerang.
En cuanto a los recuerdos de Arrow sobre Hong Kong, y su negativa a participar en torturas, no me acaba de convencer el enfoque de Amanda Waller. Da por sentado que con la tortura se consigue todo y lo está justificando, cuando no es así. Relaciona el atentado con la debilidad de Oliver, y es un mensaje que no me gusta. Esta postura aprendida que Arrow utiliza para sonsacar al diseñador de los boomerangs, Klaus Marcus, le enfrenta con el mucho más inocente y joven Barry, que aporta mucha luz a la oscuridad de Arrow, haciéndolo entrar en razón y perdonar a Boomerang. Claro que terminar al lado de Slade Wilson en la isla ya es una gran tortura en sí misma...
En cuanto a Diggle, poco tiene que hacer más que estar por allí, o aprovechar los contactos de su pareja. Encima es su pareja la que se lleva uno de los mayores palos con el boomerang que casi le cuesta la vida. Al menos tiene que anunciar su boda, una alegría que a Arrow le va a venir muy bien entre tantos disgustos.
Se demuestra con este episodio que ha sido una gran idea juntar ambos personajes, que aunque sean superhéroes resultan bastante diferentes. Aunque puestos a analizar, Flash critica que Arrow torture, pero todavía no hemos visto un juicio a los villanos que siempre terminan encerrados en la cárcel especial para metahumanos de Laboratorios S.T.A.R. También eso es una tortura si nos ponemos finos, porque pasarse toda la vida ahí solos... Ya veremos cómo explican eso en The Flash más adelante.
Pero lo más destacable del episodio ha sido la interacción entre The Flash y Arrow. Hay que reconocer que la escena de la estación de tren donde The Flash se lleva a todos los pasajeros es bastante espectacular. Y lo de tener que apagar la bomba entre cinco a la vez para que no explotara, algo bastante imaginativo. No era fácil que el capítulo supiera justificar la presencia de ambos héroes más que por las audiencias, pero lo ha conseguido con el caso que tenían entre manos por Boomerang.
CISCO CUMPLE EL SUEÑO DE CUALQUIER FRIKI |
En cuanto a los recuerdos de Arrow sobre Hong Kong, y su negativa a participar en torturas, no me acaba de convencer el enfoque de Amanda Waller. Da por sentado que con la tortura se consigue todo y lo está justificando, cuando no es así. Relaciona el atentado con la debilidad de Oliver, y es un mensaje que no me gusta. Esta postura aprendida que Arrow utiliza para sonsacar al diseñador de los boomerangs, Klaus Marcus, le enfrenta con el mucho más inocente y joven Barry, que aporta mucha luz a la oscuridad de Arrow, haciéndolo entrar en razón y perdonar a Boomerang. Claro que terminar al lado de Slade Wilson en la isla ya es una gran tortura en sí misma...
En cuanto a Diggle, poco tiene que hacer más que estar por allí, o aprovechar los contactos de su pareja. Encima es su pareja la que se lleva uno de los mayores palos con el boomerang que casi le cuesta la vida. Al menos tiene que anunciar su boda, una alegría que a Arrow le va a venir muy bien entre tantos disgustos.
DADA LA QUÍMICA Y LAS AUDIENCIAS, RARO SERÁ QUE NO VUELVAN A COINCIDIR |
Se demuestra con este episodio que ha sido una gran idea juntar ambos personajes, que aunque sean superhéroes resultan bastante diferentes. Aunque puestos a analizar, Flash critica que Arrow torture, pero todavía no hemos visto un juicio a los villanos que siempre terminan encerrados en la cárcel especial para metahumanos de Laboratorios S.T.A.R. También eso es una tortura si nos ponemos finos, porque pasarse toda la vida ahí solos... Ya veremos cómo explican eso en The Flash más adelante.
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